viernes, 2 de noviembre de 2012

CAPÍTULO 16

Hello, this Is Lady Gaga. Happy birthday to you...


Abro los ojos y me doy la vuelta rápidamente. Un amigo me enseñó ese vídeo de Gaga hace muchos años y desde entonces he imaginado en cada cumpleaños que me lo canta a mi. Ahora Dani me despierta con él. ¿Es para quererla o no?
-¡Felicidadeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees! ¡Y de parte de Gaga también!- se ríe mientras me abraza y me aplasta.
-So cacho guarra, que me estás matando, quita...
-¡Ala, ala! Que basta eres, por dios.- se ríe más todavía de mis palabras.- Espera, ya vengo.
Le da a pausa al vídeo de Gaga. Me estiro de forma exagerada en la cama, retorciéndome, hasta que la veo venir con una bandeja con tostadas y zumo.
-¡Como las princesas!- me siento sobre la almohada y la abrazo con cuidado de no tirar nada. Empiezo a devorar el desayuno con ganas, ya que tengo hambre.
-¿Pongo música?
-Gaga, por favor.
Le da al play y suena "Electric Chapel" Canto en voz alta con la boca llena mostrando mi ridiculez.
-Este es mi primer regalo. 
- Me ha gustado mucho, en serio. Siempre he querido que me despierten así. 
Tras terminar salgo al salón y me encuentro otro regalo, pero esta vez  liado en papel rojo con un estampado de lazos dorados.
-¿Este es el segundo regalo?
-No, ese ha llegado por correo.
Pegado a él hay una carta, pero la curiosidad me puede y abro primero el paquete. Es una caja blanca. La abro y encuentro un portaretratos táctil, de esos a los que les puedes meter muchas fotos y poner la que quieras como fondo. Lo dejo a un lado y abro la carta:

CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ, TE DESEA TU PRIMA, CUMPLEAÑOS FELIZ.
Como puedes ver, me he acordado de ti. Hoy, día 23, mi prima favorita cumple 19 años. Aunque estás en Londres hoy viviré este día como si estuvieras conmigo, en este pequeño piso de Málaga, tu tierra. Te echo muchísimo de menos y no puedo esperar ni un día más para estar allí a tu lado y pasar la mejor Navidad de mi vida. Espero que haya llegado a tiempo mi regalo, lo he enviado con mucha antelación . Que lo pases de maravilla y si lo vas a celebrar con nuestros chicos, diles "hola" de mi parte. Un besazo para Dani también.
PD: Enciende mi regalo, hay fotos. xxxxxxxxx.

¡Elena! Que amor, dios mio. Yo también quiero que llegue Navidad para poder verla. Enciendo el portaretratos y una foto nuestra aparece. Estamos en la playa de la Malagueta, allí en nuestro sitio, nuestra tierra como dice ella en la carta. Con el dedo paso la imagen y aparece otra, y otra, y otra más. Hay muchísimas fotos de los veranos que hemos pasado juntas. ¡Me encanta este regalo, es precioso!
Dani lee la carta y mira las fotos.
-¡Aquí salgo yo!
- Sí, también hay fotos de nuestro verano juntas.
Me conecto a Tuenti y a Twitter. Menciones y comentarios aparecen, sin darme tiempo a leerlos. En el chat la gente empieza a hablarme y yo me agobio un poco. ¡Madre mía!
 Felicidadeeeeeeeees, te echo de menos, espero que lo estés pasando bien en Londres.
¡Felicidades guapa! Un besazo, espero que lo estés pasando genial.
¡Felicidades! Que te regalen muchas cosas...
Una infinita lista de comentarios así aparece en ambas redes sociales. Mi madre y mi prima me hablan por el chat:
Lola: CUMPLEAÑOS FELIZ DE PARTE DE PAPÁ, DE ALFONSO, DE LOS ABUELOS, DE TUS TÍOS Y DE MIIIIII.
Yo: ¡Muchas graciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas! Dios mio, estoy recibiendo muchos comentarios...
Lola: ¿Te han regalado ya algo?
Yo: Dani me ha hecho el desayuno y me lo ha traído a la cama y la prima Elena me ha enviado un regalo.
Lola: Los abuelos, los tíos y nosotros también te hemos enviado cosas, pero llegarán más tarde.
Mientras, en el otro chat, mi prima también me habla.
Elena: PRIMA, FELICIDADEEEEEEEEES.
Yo: ¡Graciaaaaaaaaaaaaaas! Me ha encantado tu regalo, las fotos me han recordado tantas cosas...
Elena: ¡Ha llegado a tiempo, bien!
Tras un rato hablando y respondiendo comentarios, decido desconectarme. ¡Me estoy agobiando! Sobre todo en Twitter... Todos me felicitan como si fuera famosa, gracias al 5/5 de los chicos.
Mi móvil suena y mi corazón da un vuelvo al ver en la pantalla "Harry". Descuelgo casi sin poder mover mis manos.
- ¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliiiiiiiiiiz!
Los chicos gritan al teléfono que decido poner en altavoz para que Dani oiga la conversación.
-¡Muchas gracias, chicos! ¿Cómo lo sabéis? ¿Habéis visto twitter?
- No- habla Niall- nos lo ha dicho Dani.
La miro con la boca abierta.¡Ella! ¡Les llamó ayer, por eso se fue tras la conversación!
- Tenemos un regalo para ti.- Ahora parece hablar Zayn, aunque entre tanto alboroto me cuesta reconocer sus voces.
-¿De verdad? ¡Jo, no teníais por qué! 
- No mientas, que en realidad estás deseando que te regalemos algo.- habla Lou. Yo me río, como siempre con él- Esta tarde a las 7:30 estaremos allí. No te vistas de fiesta ni nada de eso, no hace falta.
-¡Tengo una curiosidad increíble!
- ¡Ya falta poco para que sepas lo que es!- dice Harry- ¡Nos vemos esta tarde!
Vuelven a oírse muchos gritos hasta que cuelgan. Abrazo a Dani, que no se lo espera y cae hacia atrás. 
- Gracias, gracias infinitas. ¡Infinitas hasta el fin, gracias, gracias!
- Este es mi 2º regalo.- se ríe- aún quedan más, para que veas la buena amiga que tienes.
- Dani, te quiero. En serio. Te lo he dicho muchas veces pero es que, te quiero. Así de simple. Te quiero. Te quiero.
Y la abrazo cuatrocientas veces más. Ella me dice "pesada" y me pega con suavidad, se aleja de mi pero corro tras ella, y así pasamos  lo que queda de mañana hasta que decidimos comer.
-¿Llamamos a Ana y a Mel y salimos a comer fuera?- le propongo.
- Vale, pero, ¿dónde vamos?
- Al restaurante de aquí al lado.
- Ese es "El restaurante"
- ¡El restaurante!- Y otra vez salto recorriendo toda la casa, gritando a pesar del miedo que le tenemos a la señora Foster, dando vueltas alrededor del sofá... Esos ataques de felicidad que no se pueden describir con palabras, sino con acciones, tontas acciones que te dejan como una estúpida, pero que muestran tu estado de la mejor manera.
Dani llama a Ana y a Mel mientras yo me visto. Me pongo el vestido blanco de cuello de camisa, la ropa de nuestra primera noche en Londres. Ella se pone el vestido rojo ajustado que también llevó aquella noche y esperamos a que vengan nuestras dos chicas.
- A Ana le dejan hasta las 4:00 de la tarde porque tiene que hacer ejercicios del instituto.
-Por Dios, que tiene 17 años. Se supone que ella sabe el tiempo que tiene que utilizar para estudiar.
- Con Mel no hay problema, solo que ella se va a las 18:30 porque tiene que ir a una reunión con su padre.
El día está perfectamente organizado: Comida y tarde con Mel y Ana, después ¿qué tendrían los chicos para mi? No lo se, pero tampoco voy a pensar mucho más en ello porque será genial.
Mel llega primero. Abro la puerta y no puedo esconder una amplia sonrisa: se ha dejado el pelo suelto. Creo que solo la he visto una vez con el pelo  así de natural. Lleva un vestido violeta con un poco de vuelo por encima de las rodillas y los tacones que le presté el otro día. Se ha maquillado un poco los ojos para que resalte su increíble azul y con un diminuto lazo negro se ha recogido el flequillo. Por primera vez aparenta los 19 años que tiene.
Ana llega poco después, montada en el coche de su padre. Se dan dos besos y tras decirme por la ventanilla que solo puede quedarse hasta las 4:00, se va. La observo y al contrario que Mel, ella aparenta menos edad de la que tiene. Lleva unos shorts vaqueros, una camiseta de esas holgadas por un hombro verde y unas botas hasta la rodilla negras. Es lo que yo me pondría para un día normal, pero esto es una ocasión especial.
Al entrar se percata de que parecemos sus tres hermanas mayores. Nosotras: tacones, vestidos cortos, maquillaje, pelo largo y perfectamente colocado...
- Creo que no encajo con esta ropa.
- No pasa nada, Ana. Si quieres, puedo dejarte algún vestido.
-¿De verdad?
- Claro que sí. Y unos tacones. Y si quieres, te maquillo un poco.
- Joder, Marina, muchísimas gracias. Es que mis padres no me dejan ponerme ropa así de guai ni para salir de noche. Además, hasta les he tenido que mentir. Se supone que comemos aquí en casa, no que vamos a salir fuera. No me dejan salir lejos de la nueva casa sola, exceptuando cuando recojo a mi hermano...
Mientras me dice todo esto, que escucho asintiendo con la cabeza y mirándola con pena, le saco uno de mis vestidos. Es azul cielo y se parece bastante al de Mel.
-¿Estás acostumbrada a andar con tacones?
-Para nada...
-Entonces mejor te dejo unas sandalias planas.
Salimos de mi habitación y al ver a Dani y Mel charlando animadamente me acuerdo de que no se conocen y hago las presentaciones. Mientras se dan dos besos e intercambian varias palabras las miro a las tres. El grupo que Josh pretendía que tuviésemos no ha dado resultado, pero éste nuevo me gusta más. Ana, Mel, Dani y yo. Parece ser que la cosa marcha bien, pero hay que ver que pasa.
Ana y yo entramos en el baño. Le dejo el pelo al natural, ya que sus ondas están perfectas. Un poco de rímel y gloss para los labios. Ahora sí que está guapísima. Un momento, está demasiado guapa...¿Y si tengo un talento oculto de maquilladora profesional? ¿Y si soy la siguiente Tara Savelo?
Me río de mi misma y salimos en busca de El Restaurante.


Ya que Mel no me ha regalado nada, decide pagarlo todo como regalo. Ana se disculpa una y otra vez por no haber traído ninguno.
-¡No importa! Además, ni siquiera sabías que era mi cumpleaños. No te preocupes, con que hayas venido me basta.
- Gracias por entenderlo.- Dice ella, siempre tan tímida e insegura.- Quiero contaros una cosa.
-Habla.
-¿Os acordáis del chico que os dije?
-¿Qué chico?- Mel, confusa, pregunta por él. Se lo explicamos todo rápidamente y Ana sigue hablando.
- Hemos quedado hoy en el parque. Les he dicho a mis padres que voy a estar con vosotras otra vez, para que me dejen ir. ¡A ver que pasa, estoy nerviosísima!
-¡Que bonito!- Exclama Mel, cogiéndola de las manos.
-¡Mucha suerte!- le dice Dani sonriente.
-Ana- pronuncio su nombre con voz y cara seria. Todas se sorprenden y me miran atentas.
-¿Qué?
- No puedes estar tan controlada por tus padres. Tienes 17 años y es edad suficiente para quedar con un chico, deberías decírselo y mostrar que eres lo suficientemente madura...
Antes de poder terminar mi pequeño discurso, ella me corta levantando un poco la voz.
-Tu no conoces a mis padres. Si les digo que voy a irme con un chico, me matan.
-Solo es un consejo, Ana- le digo algo tranquilizadora al ver que está alterada- tu puedes hacer lo que quieras.
Dani desvía el tema, ya que ve que la situación no es precisamente la mejor y seguimos comiendo hasta terminar. Como son las 15:30, volvemos a casa para que Ana se ponga la ropa que llevaba. El tiempo pasa rápido, ya que en nada su padre está de nuevo en la puerta.
Solo media hora después de que ella se fuera, a Mel la llama el suyo diciéndole que la reunión se ha adelantado, por lo que se marcha apresurádamente dejándonos a Dani y a mi en el salón, sorprendidas de como han desaparecido en poco tiempo.
-¿Qué hacemos hasta que vengan los chicos?
- No lo sé...
Nos ponemos el pijama de nuevo y como siempre, la música suena. Gaga sigue envolviéndome con cada nota de sus canciónes mientras que mi cuerpo recibe con alegría mi pijama calentito. Las dos sobre el sofá cantamos, pero a voz normal ( la señora Foster es una aguafiestas) Mientras hablamos sobre cosas... Y qué cosas. Sin quererlo, acabamos situando nuestra mente en España. ¿Por qué? No lo sé, quizás echemos de menos a nuestra gente. Quizás todos esos "malos" sentimientos de separarse de tus seres queridos estén apareciendo ahora. Se supone que debíamos estar en la universidad. Ella en Jaén, yo en Málaga. ¿Que estaríamos haciendo ahora? Estudiar, claro. Salir con nuestros amigos. Seguramente, hoy una de las dos hubiera cogido el autobús o cualquier medio de transporte para celebrar mis 19 juntas. Mis amigas malagueñas ( incluida Elena) y yo habríamos planeado una noche de locura en la discoteca más cercana. Hubiera ido a ver a mi familia al pueblo...
Quién iba a decirme que el día de mi 19º cumpleaños iba a estar aquí en Londres cumpliendo tantos deseos. Mi sueño de ser escritora está dando pequeños pasos y aunque siempre intento ir con la negatividad por delante para no llevarme desilusiones, sé que triunfaré. Más tarde o más temprano, pero lo haré. Vivo con mi mejor amiga en una casa bien ubicada  que cada vez va pareciéndose más a cómo quiero que sea. Hacemos nuevas amigas, conocemos nuevos sitios... Sé que es lo que repito siempre, mi vida es perfecta, genial, maravillosa... Soy muy pesada, lo sé, pero tengo razón. ¿Verdad?
Eso sin nombrar lo perfecto que está siendo este día y que esta noche volveré a ver a los chicos...

Los chicos. One Direction.

Todo está yendo tan rápido que no me he parado a pensar en ellos detenidamente. Ni siquiera por las noches, que es cuando suelo reflexionar sobre mi vida en general. Claro que he pensado en ellos, pero me refiero a que... Aún no me he percatado de la suerte que he tenido por completo.
Creo que es lo que confesé ayer. Conocí a Harry y a Zayn en la cafetería, Harry volvió a ver a Dani, todos en casa huyendo de las fans, después la cena de agradecimiento y la corta  noche de discoteca...
He vivido todo eso demasiado rápido. Y como su amiga, que es lo que todas las directioners deseamos. Pero... falta algo esencial: decirles el por qué de tanto amor hacia ellos. Lo hice con la carta para Niall, pero... A saber si se acuerda de ella. La leyó y la prueba es que me siguió en Twitter. Dios sabrá dónde está ahora.
Quiero, no, necesito decirles por qué les amo. Por qué soy directioner. Pero cuando les tengo delante soy incapaz de verlos como mis ídolos y es muy difícil decirlo. Son tan naturales con nosotras que doy por perdida la posibilidad de mostrarme como directioner ante ellos.

Perdida en mis pensamientos el tiempo ha volado tan rápido que ellos están a punto de llegar y aún sigo en pijama. Como me han advertido que no me arregle, me pongo una sudadera y unos shorts. Aunque el tiempo hoy es frío, para mi solo hace fresco. Será por los nervios o yo que sé.
Como siempre, Dani y yo esperamos a que llamen vestidas con sudaderas, shorts y Converses. Es nuestro estilo y somos fiel a él. Y una vez más el tiempo, que parece estar en una maratón, corre más que la luz y los chicos llegan. Sus chillidos se oyen desde el interior de la casa.
-¡Felicidadeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees!- Gritan todos mientras entran a empujones, sonrientes, locos... Llevan collares de colores, gorros de cumpleaños, globos, matasuegras demasiado ruidosas... El último en pasar es Harry que sostiene sobre sus manos una caja verde con un lado amarillo.
-Podemos entrar, ¿verdad?
- Como puedes ver: sí.
Me abraza mientras nos partimos el culo como dos tontos ahí en la puerta. Mientras, los demás lanzan confeti por toda la casa al ritmo del cumpleaños feliz en español. Harry y yo entramos y se me quedan mirando todos en silencio.
- Después vais a limpiar vosotros.
Tras romperlo con esta frase, todos me abrazan igual de felices que siempre. Observo como Harry deja la caja sobre el sofá y se une. Dani también se une, divertida. Tras un rato así, ven que me estoy ahogando en el centro de ese abrazo y me dejan algo de espacio, pero sin dejar de rodearme.
-Esto no me lo esperaba, en serio...
-Dale las gracias a Dani, ella lo ha organizado todo- confiesa Niall.
-Lo sé- dirijo mi rostro sonriente hacia ella. Después miro a Harry- ¿Puedo abrir la caja que traías?
-¡Claro que sí!- La recoge para dármela, pero antes de soltarla sobre mis manos la cojo y me siento en el sofá. Todos vuelven a rodearme mientras con ansia quito el papel que la cubre. Adoro los regalos y soy de esas personas que piensan que es una ridiculez abrirlos con cuidado, ¡el papel está para romperlo!
Tras el papel hay una caja gris. Es bastante grande y alta ¿ que  hay aquí dentro, que ocupa tanto sitio? Me decido a abrirlo y resolver mis dudas.
Dejo la tapa sobre uno de los brazos del sofá. Mi mirada atenta mira el regalo, sorprendida. No puedo dirigir mis ojos a otra dirección, las brillantes lentejuelas del vestido los han atrapado.
El vestido. Sí, el que vimos ayer. El que me probé y después dejé en la tienda con desilusión. Ahora es mio. Además, justo al lado están esos preciosos tacones rojos con mucha plataforma que me probé. Con cuidado lo saco y lo desdoblo ante mi. Sencillo, elegante, brillante ( muy brillante) Perfecto. Al estar tan callada, Niall habla:
-No me digas que no te gusta...
-¿Quéeeeeee?- pego un grito algo exagerado- ¡Lo adoro! Dios mio, es tan, es tan... Que lo adoro, joder, que es ideal...
-Pues ve a tu cuarto y te lo pones, ¡Nos vamos de fiesta!- Lou levanta los brazos al decirlo gritando otra vez.
- El otro día nos quedamos con ganas de más- habla Zayn- así que ahora nos vamos otra vez.
- El problema es que quizás no volvemos...- Liam muestra una preciosa sonrisa traviesa.
-¿Eso es un problema?- digo yo, que me levanto dirigiéndome a mi cuarto. Dani me acompaña para vestirse también
-¿Podemos comer?- Pregunta Niall. Que raro...
-Pues claro, ahí tienes la nevera.
Dani se pone el mismo vestido que se había puesto esta mañana, el rojo tan sexy con unos tacones negros. Yo, tan ansiosa como antes, me desnudo y ante el espejo el vestido cae sobre mis hombros. Esa sensación de ser la más guapa del mundo que viví en la tienda aparece de nuevo. Me subo en los grandes tacones y me sorprendo de lo alta que me hacen, ¡pocos centímetros me separan de la altura de Dani!
Una vez vestidas, vamos al cuarto de baño para peinarnos y esas cosas. Salgo de la habitación delante de ella, por lo que al abrir la puerta se me quedan todos mirando. Sus miradas me recorren de arriba a abajo, atentas, devorándome. Estoy incómoda y me siento una diosa a la vez.
-Joder Marina, que guapa estás...- Por fin Niall consigue articular algunas palabras y los demás le siguen. Dani aparece detrás y la escena se repite.
- Eh, eh, que Dani no se queda atrás... ¡Os ponéis así de guapas a posta!- Esta vez el primero en hablar es Liam.
Me dejo el pelo al natural. Nada de alisador y nada de ondas super definidas. Está perfecto. Dani me imita y se deja sus rizos sueltos, sin ningún recogido. Rímel y algo de base, como siempre, pero esta vez busco en un cajón un pintalabios de un rojo que resalta tanto como los tacones. Listas para arrasar.

Montados en el gran coche de Harry, todo sigue normal. Bueno, ninguno de ellos son normales. Niall está terminando de comerse un bocadillo que se había hecho en la cocina. Los gritos de Harry diciéndole que no manche nada hace que coma aún más rápido. Lou sube la música y Zayn la baja por que la pone demasiada alta. Lou no le hace caso y vuelve a subirla... Liam y Dani hablan de algo que no oigo entre tanto ruido. Así están hasta que llegamos y parecen calmarse.
Andando hacia la entrada, Harry me llama. Me giro y hace ese saludo que prometimos hacer cada vez que nos viésemos. Los dos terminamos de nuevo tocándonos el pelo.
-Se me había olvidado saludarte.
- Y a mi también.
Una vez dentro noto perfectamente que el Sábado se ha apoderado de la gente. La discoteca está tan llena que nos cuestan varios codazos y pisotones llegar a la barra. Como de costumbre, me pido una Coca Cola. Al darme la vuelta veo entre toda la gente que Lou y Niall ya se han puesto manos a la obra con el baile. Dani, Liam y Zayn charlan mientras beben y Harry me está animando a bailar. La escena del otro día se repite, pero esta vez, diferente. Mejor.
Agarrada de la mano de Harry me fundo entre la gente. Las numerosas luces cambian de color continuamente. Rosas, verdes, naranjas, azules, amarillas... Cuanto más avanzo, más fuerte es la música, hasta un punto en el  que mis oídos solo pueden recibir las notas musicales de la canción que está sonando, que no se de que DJ es.
Una vez con Niall y Lou como si fuéramos robots planeados para ello, nos ponemos a bailar, pero no de una manera normal. Pasos demasiado exagerados, brazos arriba, saltos, movimientos bruscos de cabeza, doy vueltas sobre mi, miro al techo lleno de focos enormes, luego al suelo donde puedo distinguir varios vasos de plástico rotos y varias bebidas derramadas. Y al mirar al centro me encuentro la cara de Lou tan cerca que los dos retrocedemos del susto y a continuación reímos. Noto una mano que toca mi hombro y al girarme veo a Niall haciendo ese paso raro que se nos ocurrió a los dos. Intento hacerlo pero entre empujón, codazo y alguna que otra luz cegadora me caigo sobre una chica que me sujeta. Le pido perdón e intento alejarme de ella dirigiéndome a Niall que se está descojonando de mi.
-¡No te rías!- le grito casi al oído.
-¿Qué?
-¡Que no te rías de mi!
-¿Qué?
-¡Nada, déjalo!
Y sigo bailando. Cierro los ojos por un momento y la sensación es única. Parece que voy a caerme, pero entre toda esta gente es imposible. Me muevo como si estuviese borracha, pero solo llevo 6 o 7 Coca Colas. ¿Ganas de fingir? No. La felicidad de estar aquí  es la que hace que me comporte así.
Y lo que estoy viviendo es un vídeo diario a lo bestia gracias a los momentos Larry Stylison o a Niall bebiendo cerveza cantando con su acento irlandés. Me doy la vuelta bailando y veo a Dani dejando un vaso sobre la barra y decidida correr hacia mi. Con los brazos levantados y moviendo las caderas se hace hueco entre toda la muchedumbre hasta que acaba a pocos centímetros de mi.
- Vamos a revivir el año pasado- me grita en el oído.
- Pero con nuestros amigos de One Direction.
Y como si esa frase fuera mágica o algo parecido, Dani se pone a bailar como hacía mucho tiempo que no la veía. Libre, siendo ella misma... Bueno, ella en realidad es la típica amiga que se queda sentada en la barra mientras mira riéndose de ti...O, quizás no. Esta noche está claro que no. Moviendo las caderas de manera sensual, girando la cabeza de forma que su pelo se mueve como si estuviera en un anuncio de champú... Un tío se acerca a ella con claras intenciones:
-Perdona, sé que estoy muy buena, pero tengo novio y le amo.
¿Quéeeeeeee? ¿Mi Dani, mi Danielle Robles acaba de decir eso? ¿Qué ha sido de la chica tímida que siempre se siente fea? El aire parece contener una droga que nos hace estar más... más...¿locos?
El chico se aleja desilusionado y ella sigue moviéndose con aires de diosa.
-Joder, Dani es la reina de la discoteca- me dice Harry, riéndose.
- Te juro que nunca la he visto así...
- No me lo esperaba la verdad, pero, ¿sabes qué? ¡Esta noche es una locura!- Dice, gritando aún más fuerte.
-¡Tu siempre estás loco!
Y los dos bailamos. Bailar, bailar y más bailar, como si no supiésemos hacer otra cosa. Las 2:00, las 3:00, las 4:00... No si es por el efecto de la bebida o por que han querido que así sea, pero Zayn y Liam han aparecido como por arte de magia bailando también a mi lado.


Las 5:15 de la mañana. La discoteca cerrará dentro de poco, por lo que es hora de volver a casa. Nos montamos en el coche. Dani, Liam y yo no hemos bebido nada, por lo que vamos muy normales. ¿ Dónde se ha visto que dos chicas revolucionen la pista sin una gota de alchool en sus cuerpos? En nosotras. Harry y Zayn van algo tocados, pero no mucho. Niall, sorprendentemente, va muy bien, casi tanto como Dani, Liam y yo. Y Lou...bueno, Lou va muy borracho, demasiado borracho.
Liam conduce, Lou se ríe por cada gilipollez que pasa o dice, Niall se ríe de Lou y Zayn de ellos dos. ¿WTF? Harry habla conmigo y con Dani... Entonces me doy cuenta de que Liam se pasa nuestra casa y le pregunto:
-Liam, ¿dónde vamos?
- A nuestra casa.
-¿A cual de ellas?
-A una que tenemos en común, es decir, para todos,aquí en Londres.
Sin decir una palabra más, le sonrío en el espejo para que me vea y el coche se pierde entre el animado tráfico.

- Lou, no bebas más. Estás fatal, mañana no vas a poder moverte.
-¡Zayn, déjame! Es el cumpleaños de Marina, ¡fiesta!
- El otro día no era cumpleaños de nadie y acabaste igual... Lou, ¡deja la botella!
-¡Que me dejes!
Zayn intenta aguantarse la risa, pero al final como si su boca explotase empieza a llorar y a reír golpeando la mesa de la cocina. Lou pasa completamente de él y sigue bebiendo.
La casa es muy grande: tiene dos plantas y un jardín. En la planta de abajo hay un enorme salón con tres sofás, una gran tele de a saber cuantas pulgadas, varias mesas ultramodernas con sillas de distintas formas y tamaños, lámparas de colores en el techo... También está la cocina, llena de muebles de madera que le da un toque rústico muy bonito.
No hemos subido a la planta de arriba, pero tampoco tengo curiosidad. Niall mira a Lou como con envidia pero no bebe... Qué raro...¿ Por qué no bebe? Quizás es porque ni Dani ni yo lo hacemos y tiene miedo a quedar mal...No lo sé, pero es raro.
Liam y Dani han salido al jardín. Zayn y Harry aún se ríen de como Lou bebe y hace tonterías y Niall y yo estamos sentados en el sofá.
-Ya podéis salir.
¿Poder salir? Niall me coge la mano y me levanta. Giro un poco la cabeza y veo a Harry sujetando a Lou y a Zayn detrás siguiéndonos también. Salimos al jardín y allí está otra sorpresa de la noche: una fiesta organizada por ellos.
Pero no una cualquiera, si no una fiesta de esas de las películas, llenas de color y en un jardín enorme y lujoso. Colgando de varios árboles hay numerosos globos, de la piscina salen luces de colores, hay tres mesas llenas de comida y junto a ellas, Dani enciende dos enormes altavoces. La fiesta no se había terminado en la discoteca.
Y una de esas canciones con acento latino  que  todas las discotecas tienen en España suena. Niall dice cuatro palabras en español y nos ponemos a bailar todos. Harry y yo nos buscamos como si tuviésemos telepatía y acabamos igual que hace unas horas.
Pero alguien me coge por el brazo y me tira hacia atrás. Harry no intenta cogerme de nuevo, por lo que me doy la vuelta para ver quién me ha cogido así y veo a Niall.
-¿Qué quieres?
-Ven conmigo.
Entramos en la casa y subimos a la segunda planta. Hay un pasillo con 5 habitaciones. Pasamos dos puertas y entramos en una de ellas. Me quedo parada observándola mientras Niall sube la persiana de un balcón. Es medianamente grande, pero lo que más me sorprende es que tiene miles de objetos de todo tipo y de todas las ciudades en la que ha estado ( que no son pocas)
-Adoro tu habitación. Has estado en todos los sitios a los que yo quiero ir algún día.
- Cuando seas una famosa escritora, irás.
Le esbozo una tímida sonrisa. Él me da la mano y me saca al balcón. Una vez más, me quedo embobada mirando las hermosas vistas de Londres iluminada en cada rincón. Hay una pequeña mesita roja con tres sillas. Aparto una para que no ocupe espacio y me siento, al igual que él.
- Tengo las mejores vistas de toda la casa.
-Me lo creo.
¿Para qué me ha traído aquí? Estoy muy confusa y nerviosa. Pero no como los otros días. Más nerviosa que cuando vi a Zayn y a Harry en aquella cafetería, más nerviosa que cuando todos aparecieron en casa por sorpresa, más nerviosa que cuando salimos juntos la primera vez... Mucho más nerviosa que en todos esos momentos.
- Estarás preguntándote por qué estás aquí.- me dice, al verme tan callada- quería enseñarte esto.
Busca en el bolsillo de su pantalón y saca un papel bastante arrugado y doblado. Lo abre despacio y me lo da. Nada más leer las primeras letras vuelvo a tener 16 años. Estoy es mi casa, frente al ordenador, escuchando su música y escribiendo más concentrada que nunca:
Querídísimo Niall:
Si esta carta llega a tus manos, quiero decirte que te quiero, aunque sea una fan más diciéndotelo...

Y después vuelvo a revivir el momento en el que tras esa vaya y con miles de gritos y lloriqueos a mi alrededor, Niall me saluda mientras coge mi carta y yo siento como si solo hubiera nacido para vivir aquello.
- No es la única carta que me han escrito, ni la mejor...Bueno, creo que todas son igual de bonitas... Pero nunca he tenido la oportunidad de agradecer a ninguna fan sus palabras y ahora que tú estás aquí... Decirte...pues eso, que gracias por quererme así, por ser directioner.
No voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar...
- De nada, supongo. Todo lo que hay aquí lo sigo sintiendo y... No se me olvidará nunca cuando te la di. No me conocías, pero yo sentía que al leerla te acordarías de mi, de mi cara...y...eso...
Estoy siendo demasiado cursi, mejor me callo. Me armo de valor y levanto la vista, dispuesta a mantener la mirada. 1, 2 y 3 segundos. Me sonríe y me derrota, haciendo que vuelva a agachar la cabeza. Me abraza en un intento de tranquilizarme, pero no lo consigue.
-Gracias- me susurra al oído- ¿Nos vamos?
Asiento con la cabeza y salimos de allí. Creo que esa es la carta más profunda que he escrito en mi vida. Cuento cómo les conocí resumidamente y cómo me enamoré de él desde el primer vídeo. Le hago saber el odio que le tengo a todas esas "fans" que le ignoraban por el simple hecho de no ser el más guapo por culpa de que tenía un diente torcido. También le digo que le tengo mucha rabia a toda esa gente que mantiene que no se merece estar en la banda. En definitiva, es la carta de una directioner a su amor platónico.

Una vez en el jardín, todo lo que no ha bebido en la discoteca lo toma ahora en la fiesta junto a Lou. Un momento...¿Lo había hecho para darme las gracias seriamente?
No soy capaz de bailar. Solo puedo sonreír con la mirada perdida y sentirme suspendida en el aire. Ese trocito de felicidad que me faltaba acaba de aparecer con Niall: le he mostrado que soy directioner y que le quiero desde hace mucho tiempo, aunque sea como amor platónico de tonta adolescente. Ahora solo falta mostrar mi "amor directioner" a los demás.

Liam me saca de mis pensamientos diciéndome que vamos a ver todos juntos el amanecer.








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