sábado, 29 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 7

Abrir los ojos, pestañear varias veces y bostezar. Son señales que indican una nueva mañana. Por la ventana asoma un cielo gris casi blanco. Además, hace muchísimo frío. Al pensar eso me levanto medio mareada y me tapo hasta arriba con la manta. Mucho mejor.
Hoy hago una semana en Londres. Me considero una persona muy soñadora y me creo muchas historias en la cabeza, pero nunca llegué a imaginarme que iban a pasarme tantas cosas en solo 7 días. Dani encuentra a la persona más cariñosa y buena de la tierra, Josh, y le dicen que se apunte en un programa para modelos. Yo quedo con Zayn y Harry en una cafetería, una chica me odia desde el primer día en que me la presentaron y un chico casi me viola si no fuera porque ataqué y después le amenacé. A las dos nos siguen Harry y Zayn, nos dan RT y tenemos fotos con ellos, visitamos los lugares más importantes de Londres y tenemos la sensación de volar en el London Eye.
Si esto solo ha pasado en la primera semana, ¿ que puede venir después?
De repente se pone a llover, cada vez más fuerte. Instintivamente, me tapo más aún con la manta. Parece que Dani aun no se ha levantado. Alargo la mano y cojo el móvil. ¡Joder, son las 1:30! No me imaginaba que fuera tan tarde. Abro twitter y doy los buenos días.
Buenos días. Más, bien, buenas tardes... 7º día en Londres y me han pasado infinidad de cosas, buenas y malas. ¡I´m in London, babe!
Recibo unos 50 RTs unos segundos después. Cada cosa que twitteo recibe muchos comentarios y RTs desde que Harry y Zayn me siguen. ¡ Poder directioner!
3...2...1... ¡YA! Me destapo corriendo y salto de la cama. Mis pies tocan el frío suelo y pegando pequeños saltos entro en la habitación de Dani y me tumbo con ella.
-¿ Qué haces?- Me dice con los ojos entreabiertos y todo el pelo en la cara.
- Es que... hace frío.
- Pues te quedas en tu cama.
- No- la abrazo- así estoy más calentita.
Se incorpora mejor y se tapa hasta arriba, como yo.
-¿Qué hora es?
- Las 1:30
- Venga ya, ¿de verdad?
-¡Sí!
-¿ A que hora vamos a comer entonces? Jo, tengo hambre.
- Ya, y yo... He pensado que podríamos pedir una pizza. ¿Tienes el número al que llamamos el primer día?
- Sí, lo tengo, ahora llamo. Oye, ¿ tu tienes ganas de salir de aquí?
- No- le contesto, tapándome aún más.
-Acércame los cascos y el móvil.
Se los doy y pone música, por supuesto, pone a nuestros chicos. Empezamos a hablar sobre lo que vamos a hacer hoy aquí metidas, calentitas y con sueño aún.
- Yo tengo que ir a las 4:00 a la casa de la mujer que me llamó para cuidar a sus niños.
- ¿ A que hora vuelves?
- No lo sé, pero me dijo que solo me iba a presentar a sus hijos y empezaría al siguiente día.
- Pues yo voy a llamar a Josh. Cuando salgas de allí, dame un toque y aquí estaremos para aclararlo todo.
- ¿ Le has contado lo de Jo?
- No, es más, ni siquiera le conté bien lo de David. Le dije que tú se lo contarías todo hoy.
- Vale.- me estiro y me destapo- Creo que ya es hora de levantarse, ¿ no? Llama y pide una pizza. Dos mejor, tengo hambre.
- Ya, y yo. ¿Jamón y queso?
- La segunda que sea de cuatro quesos.
- Vale.
Se sienta en el filo de la cama y llama. Salgo al salón con una bata y miro por la ventana. Joder, pobre repartidor o repartidora, espero que no venga en moto si no quiere llegar a su casa resfriado.
Mi móvil suena. Confusa empiezo a dar vueltas porque no se dónde lo he dejado. Ah, sí, está en mi cuarto. Es un número privado.
-¿Sí?
- Hola, ¿ está Marina Gijón?
- Sí, soy yo, ¿ quién es?
- Ah, Marina, soy John
- ¡Hola!
- Mira, queremos hablar unas cosas sobre tu novela, será una reunión solos tu y yo, ¿vale? Como la última vez, pero hablaremos de más cosas.
-¿ Cuándo sería?
- Para mañana a las 5: 30. ¿ Te viene bien?
- Sí.
- Aunque no te pareciera bien, no lo puedo cambiar.- se ríe- ¡Nos vemos mañana!
- Vale, ¡adiós!
John me cae bien. Es el típico hombre de negocios de maletín, traje y corbata, pero luego no se comporta como tal. Es él quién me está ayudando con todo esto de la novela y no se si lo hace porque esta es su personalidad o por que me ve muy joven para hablarme seriamente, pero siempre está con bromas y alegría.
-Las pizzas ya vienen. ¿Quién era?
- John, de la editorial. Me ha dicho que hay que hablar varias cosas y hemos quedado mañana a las 5: 30.
- A veces pienso que todo va muy rápido.
- Sí, yo también. Será que venimos de un pueblo tranquilo y nos hemos metido en una enorme ciudad, pero a mi me gusta.
-¡ Y a mi! Voy a poner la mesa.
- Yo hago las camas.
Nos ponemos manos a la obra. El repartidor llega con las pizzas. Abro la puerta y le hago pasar.
- Espera, espera, ¿ vienes en moto?
El chico, de más o menos nuestra edad,  castaño de ojos azules casi grises, asiente con la cabeza.
- La furgoneta no funciona...
- Joder, ¿ y tu jefe no ha mirado por la ventana? Madre mía, estás empapado.- Exclama Dani.
- No te podemos dejar ropa, pero toma, una toalla.- digo, saliendo del baño- ¿Estás muy lejos de aquí?
- Tres calles más abajo, lo suficiente para mojarse...
El chico está confuso. Se encuentra en casa ajena, con dos chicas recién levantadas que le tratan genial.
- Muchas gracias chicas, me gustaría quedarme, pero el jefe me espera... Por cierto, ¿ como os llamáis?
- Marina
- Danielle.
- Yo soy Tom. No sois de aquí, ¿ verdad?
- No, somos españolas.
- No lo digo por que habléis mal ni nada de eso, es que sois morenas de piel, ¡y eso no es muy Londinense!
Los tres reímos. El chico se va y yo desde la puerta veo como coge su moto y se aleja.
- Qué jefe más cabrón.
- Sí- Afirma Dani- vamos a comer.

Recojo la mesa mientras Dani, sentada en el sofá con el ordenador, rellena la solicitud para el programa de la tele.
Me visto con unos vaqueros, unas Converse negras y una de las sudaderas que llevé durante la semana. Me dejo el pelo al natural ( total, con la humedad se me va a ondular) y cojo el móvil, paraguas, dinero y llaves.
- Ya sabes, cuando salga te pego un toque.
- Aquí estaré con Josh.
Cierro la puerta y rápidamente abro el paraguas. Prefiero llamar a un taxi porque seguro que me liaré con la dirección. La parada de Taxis está al lado.
- Hola- digo, mientras subo a uno
- Hola- me contesta un hombre cercano a los 60 años.- ¿ Dónde te llevo?
- No se exactamente dónde es, pero tengo aquí la dirección.- le doy un papel con el sitio. Tras pensar un poco, asiente con la cabeza y exclama:
- ¡Ah , sí! No está muy lejos.
Me siento junto a una de las ventanas y observo como la gente camina bajo sus paraguas. Algunos corren buscando un sitio dónde refugiarse. Una chica se mete bajo el paraguas de otra sin avisar y esta se pega un susto.
El hombre conduce concentrado en la carretera. Vaya, aquí en Londres los taxistas no hablan, al menos los que me han tocado. En mi pueblo no hay taxis, pero en Málaga ( ya sabéis, de dónde yo soy) si que hay y suelen sacar algún tema de conversación durante el viaje. A veces eso me resulta incomodo.
Llegamos a la calle y el hombre me deja justo en frente de la casa. Me devuelve el papel y le pago.
Bajo mi paraguas, llamo al timbre. Una canción muy conocida suena, pero no se cuál es. Me gustan estos timbres, me parecen originales. Una señora de unos 54 años, rubia de ojos verdes muy, muy claros, me abre la puerta.
- Hola, soy Marina, la chica del anuncio.
-¡Ah, sí! Pasa, pasa, deja aquí el paraguas.
Me lleva a su salón y me dice que tome asiento. Tiene una casa enorme de dos plantas. Se nota que es una familia adinerada. Por la puerta aparecen los niños a los que tengo que cuidar. El chico, 13 años, pelo rizado y pelirrojo, ojos azules y piel muy blanca, demasiado. La chica, una monada de niña de 7 años, pelo rubio, ondulado y ojos azules.
- Estos son Jake y Molly
- Hola- dice la niña, contenta
- Hola- saluda el chico, con una mueca que parecía intentar ser una sonrisa.
- ¡Hola!- saludo, con mi mejor sonrisa- Me llamo Marina.
- Bueno, os dejo solos para que os conozcáis.
- Perdone, ¿ cómo se llamaba usted?- Le pregunto.
- Lisa.- dice, abandonando la habitación.
Jake se dirige al sofá acompañado de Molly. Me dejan un hueco para sentarme.
- ¿De dónde eres?- Pregunta el chico.
- De España.
- Allí ahora mismo hace buen tiempo, no como aquí- Dime, mirando a una ventana.
-Sí, yo también pensé lo mismo cuando llegué.
-¿ Cuánto tiempo llevas aquí?
- Solo una semana.
- ¿Cuántos años tienes?- Me pregunta la chica esta vez.
- 18, y si no me equivoco, tu tienes 7, ¿ verdad?
- Sí.
- Oye, ¿ has venido a Londres sola?- El chico vuelve a hablar.
- No, he venido con mi mejor amiga Danielle. Ella también es de España. Vivimos juntas en una casa alquilada.
- Lo estaréis pasando genial, ¿verdad?
- La verdad es que sí, Londres es genial.
El chico me cae bien. Al verme un poco cortada ha entablado conversación y ahora estoy siendo muy natural.
- Oye, ¿ tienes novio?- pregunta la chica, con una sonrisa preciosa. En ese momento me la comería a besos, no he visto a una niña más mona en mi vida.
- No, cariño, no tengo
- Pero eres muy guapa
- ¡Muchas gracias! Pero cielo, tu eres más guapa.
La niña sonríe de nuevo. Es un amor. El chico está pensando que más preguntarme.
- ¿Vives muy lejos de aquí?
- No mucho, solo unas calles más abajo.
- Oye, ¿ por qué estás aquí?
- Estoy escribiendo. Gané un concurso al nivel mundial desde España y me dijeron que me viniera aquí por un tiempo y escribiera una novela. Mi mejor amiga Danielle  está estudiando aquí.
- Se ve que estás destinada al éxito
- Eso está por ver, pero...¡Ojalá!
Los dos reímos. Esta vez le pregunto yo
- ¿Tenéis más hermanos?
- Sí, tenemos una hermana más mayor. Es de tu edad y fue quién vio el anuncio y dijo que te conocía. Convenció a mamá para que te llamase.
-Ah, ¿ sí?- me quedo pensativa, pero no se me viene nadie a la cabeza- ¿ Cuál es su nombre?
- Melissa, pero le dicen Mel.
¡Mel! Ha sido un detalle por su parte, tengo que quedar con ella y agradecérselo.
- ¡Ah, sí! Mel, es un encanto. La conocí  en mi segundo día aquí. ¿ Viene mucho?
- Unas dos veces por semana, pero vive una calle más arriba.
- Mel me llevará a vivir con ella cuando sea mayor- Me cuenta la niña
- ¡Seguro que lo pasáis genial!
En ese momento, Lisa entra al salón acompañada de un hombre muy alto y pelirrojo de ojos verdes.
-¿ Os habéis conocido mejor?
- Sí, me gusta, me cae bien- Afirma Molly. Yo le sonrío.
- ¿Y a ti, Jake?- Le pregunta
- Claro, también.- Los dos nos miramos y esbozamos una sonrisa.
- Subiros arriba, ahora tenemos que hablar nosotros.
Los niños hacen caso y Lisa me pide que me siente otra vez.
- Este es Adam, mi marido.
- Encantada
- Igualmente. Queremos conocerte mejor, así que, cuéntanos... ¿ de dónde eres?
El hombre se muestra firme y serio.
- Soy de España.
-¡Ah, España!- su rostro serio cambia por una gran sonrisa- Me encanta España, he estado allí durante muchos meses, ¿ de que parte eres?
- Del sur, soy de Málaga pero vivo en un pequeño pueblo en Jaén.
- Ah, sí, he estado trabajando en Málaga, Sevilla,  Madrid, Valencia y Barcelona. Es un gran país, si señor. La gente es muy amable y abierta y el ambiente es más alegre... Bueno, ¿ qué edad tienes?- dice, cambiando súbitamente de tema
- 18 años.
- Vaya, eres muy joven. ¿ Qué haces aquí en Londres? ¿ Estudias?...
Le explico, tal y como había hecho con sus hijos, el por qué de mi estancia aquí.
- ¿Sabes por qué llamamos?- Pregunta Lisa, que llevaba mucho rato sin hablar.
- Por su hija Melissa.
-¿ Cómo lo sabes, te lo ha dicho ella?
- No, me lo ha dicho Jake.
- ¡Ah! ¿Cómo ha ido con Jake y Molly?
- ¡Genial! Los dos han sido muy amables conmigo, me caen muy bien.
- Entonces todo perfecto, pero te advierto una cosa, ¿ Te gusta One Direction?
Madre mía, ¡mis niños, vaya dónde vaya!
-¡Sí!- les contesto con algo de emoción, pero sin pasarme.
- Entonces definitivamente tienes el puesto. Verás, a Molly le encantan estos chicos, tiene una pasión tan grande que no para de hablar todo el día de ellos. Jake no los odia, pero tampoco le gustan... Molly es la directioner de la casa.
-¡Seguro que nos llevamos genial! Adoro a estos chicos desde los 13 años.
- Molly te hará su nueva mejor amiga, ya verás...- comenta Adam con una sonrisa.
- Yo creo que ya está todo...- Lisa se levanta y yo hago lo mismo, pero él, sentado, dice:
-No, falta una cosa. Hablar sobre lo que vas a cobrar
- Cierto- digo sentándome otra vez.
De nuevo, Adam se muestra serio y se queda pensativo unos segundos. Al final habla Lisa
- Te vamos a pagar 358 libras al mes
- Que son 450 euros- dice él, haciendo rápidamente el cálculo.
- Bien.- digo yo, esbozando una sonrisa.
- Ah, otra cosa- Lisa retoma la conversación- Los fines de semana no hace falta que vengas. Entre semana como ellos no estarán aquí, tendrás que limpiar y ordenar la casa. Yo te dejaré una lista con todo lo que tienes que hacer. Los niños salen de colegio a las 2:30, tú debes recogerlos y hacerles la comida. Aquí tienes la dirección de su colegio- dice, dándome un papel- Solo tienes que esperarles en la puerta.
- Ahora sí está todo- dice Adam, terminando la conversación- te acompañamos a la puerta.
- Me gustaría despedirme de los chicos.- Digo. Lisa y Adam sonríen, satisfechos conmigo.
- Claro, sube las escaleras y la primera puerta que encuentres es dónde están.
Las subo a paso ligero y abro la primera puerta. Me encuentro con una gran sala  con una parte llena de muñecas de todo tipo y otra con una enorme colección de discos y varios ordenadores.
- ¿Puedo pasar?
- Claro- Me responde Jake.
- Solo venía a despedirme. Vaya, tenéis una enorme habitación...
- No, esta es la sala de juegos. Mañana cuando vengas te enseño todo lo demás.
Joder, si que tienen dinero.
- Vale, pues hasta mañana. Adiós a ti también, Molly.
-¡Adiós!
Antes de salir por la puerta, me dirijo a Molly:
- Ah, cariño, ¿sabes qué? ¡Yo también soy directioner!
-¿ En serio?- dice, muy sorprendida. Tira las muñecas con las que estaba jugando y se pone de pie.- ¡Quédate el resto del día! Podemos hablar de ellos y escuchar música...
- Lo siento, cariño, pero tengo el resto del día ocupado. Encantada de conoceros a los dos.


El taxi me lleva a casa. Ha parado de llover y el sol brilla un poco. Presiento que voy a estar bien en esa casa, pero Lisa y Adam no se ven amables y comprensivos. Son los típicos padres con dinero que no prestan atención a sus hijos. El caso es que si yo me porto bien ellos estarán genial conmigo. Y por otra parte, ¡450 euros! Todo está saliendo como yo quería.
Abro la puerta y me encuentro a Dani y a Josh en el sofá hablando de algo. Al verme me saludan y ella me muestra que Josh le ha puesto las cortinas que compramos.
-¡Quedan genial! Tenemos que comprar más cosas...
- Cuéntanos, ¿ cómo ha ido?
Me siento en el sofá con ellos y empiezo a contarles como ha sido todo.
-... ¿Melissa ha hecho que consigas trabajo?- Pregunta Josh
-¡Sí! Tengo que llamarla y quedar con ella, tengo que agradecérselo.
- Vale, pero, ¿ cuánto te pagan? - Pregunta Dani esta vez.
- 450 euros.
-¡Está genial! Con esto mas lo que nos mandan nuestras familias tenemos dinero suficiente.
- Bueno, creo que es hora de que me cuentes muchas cosas...- me dice Josh, poniéndose serio.
- Sí, a ver, empiezo...
El tiempo pasa. Los dos, callados, escuchan mi historia que cuento por segunda vez. Dani, aunque se la sabe, escucha atenta. Termino de hablar tras añadir lo de Johanna también. Josh dice que no con la cabeza y resopla.
- Es peor de lo que me imaginaba... Joder, David. Es que... sabía que se cabrearía contigo, pero nunca llegué a imaginar que haría esto...
- Yo estaba tan sorprendida como tú. El primer día, cuando hablamos me pareció un chico muy majo y normal. Por eso acepté cuando me invitó a comer.
- Y lo de Jo... Bueno, lo de Jo me lo esperaba.
- ¿Sí? ¿ Se lo ha hecho a más chicas?
- No suele hacérselo a todas, más bien a las que puede. Hace unos meses la lió grande con una chica que no hemos vuelto a ver.
- ¿ Que pasó?
- Más o menos, lo que te pasó a ti. Entiendo que está mal y que debe controlarse, pero también me da pena. Lleva enamorada de David... años.
- Sí, a mi también me da pena, pero me estropeó el día y joder, no es muy agradable saber que alguien te odia.- digo, cada vez más cabreada.
- Marina, para.- Me pide Dani.
- Vale...
- Joder, es que aun estoy en "shok"
- Josh...- hago una pequeña pausa y respiro- sé que David es tu amigo y a nosotras solo nos conoces desde hace una semana. Aunque Dani te gusta muchísimo- Ella me lanza una mirada que parece decir " te mato"- y yo... bueno, yo te caigo bien.,él es tu amigo y si no quieres ayudarnos con la denuncia, vale, solo te pido que si puedes, le controles. No me gustaría que por esto pasaran más chicas.
Josh se queda callado mientras mira al suelo. Se lo está pensando demasiado, eso es que va a decir que no. Lo entiendo, la verdad. Nosotras somos prácticamente unas desconocidas para él.
- ¿ Me dejas ver la herida?- Me dice de repente, mirándome directamente a los ojos.
- Claro.- Me remango la manga de la sudadera y le muestro el moratón, más calmado que el otro día. Las uñas marcadas siguen ahí y se notan todavía bastante.
- Dios mio...- Por la cara de Josh se desliza una lágrima. Delicadamente me acaricia con un dedo el moratón. Convencido, vuelve a levantar la mirada:
- Le voy a denunciar. Por muy amigo mío que sea, esto no está nada bien.
Las lágrimas se precipitan por sus ojos. Yo le abrazo y él llora en mi hombro. Se separa de mi y mira a Dani, que le da otro abrazo.
- Estoy muy decepcionado. Marina, lo siento, no quería que nada de esto te pasase.
- ¿ Lo siento? Josh, no seas idiota. La culpa no es tuya.
- Tenía que haber visto que intentaría algo con alguna de las dos, joder, os podría haber ahorrado el mal rato...
- Josh, tu solo has intentado que tengamos amigos aquí en Londres. Deja de sentirte así, joder. Y deja de llorar, ¿vale? Llévanos a la comisaría y lo solucionamos todo.


Nos encontramos en el coche de Josh. Según él, no está muy lejos. Aparca y bajamos del coche. Dani y yo nos sentamos en una pequeña sala de espera mientras Josh habla con un policía. Le hacen pasar a una habitación. 26 minutos después, sale con el mismo policía y se dirigen a nosotras.
- ¿ Quién de vosotras es Marina Gijón?
- Yo.
- ¿Puedes acompañarme? Es para que nos cuentes como fue todo.
Me levanto y me lleva a la misma habitación dónde estaba Josh. Es una sosa y pequeña habitación con un escritorio lleno de papeles y otro policía que me saluda.
- Siéntese. A ver, cuénteme
Por tercera vez, cuento mi relato, esta vez sin la parte de Johanna. El policía toma varias notas mientras asiente con la cabeza. Al terminar, me mira:
- ¿Me puedes enseñar la herida?
Vuelvo a subirme la manga de la sudadera como hice para Josh unas horas antes. Algo sorprendido, la examina y toca con delicadeza las marcas de las uñas.
-¿ Te duele?
- No, porque me está tocando usted muy suavemente.
- Entiendo. Toma- saca de un cajón unos papeles y me los da- Rellena esto fuera, pídele a mi compañero un bolígrafo. Cuando termines, dáselo.
- Gracias por ayudarme.
- Es mi deber. Adiós, Marina.
Salgo de allí y hago caso de lo que me ha dicho. Dani y Josh miran como relleno las hojas y se la entrego al policía.
- Muchas gracias.
- No hay de qué. Te llamaremos pronto. Adiós.
- Adiós. Contestamos los tres al unísono.
Una vez fuera, le pregunto a Josh cómo está. Me dice que mucho más calmado, pero que necesita irse a casa.
-Os llevo a la vuestra.
Una vez allí, nos despedimos de él.  Le abrazo una vez más. Dani va a abrazarle, pero el le baja los brazos y le da un cariñoso beso.
- Adiós.
-Adiós... y gracias.

Entramos en casa. La hora de cenar se acerca, así que nos duchamos y nos ponemos cómodas. Entonces, de repente, le pregunto a Dani:
-¿ Sois ya novios, o qué?
Dani mira al suelo por un momento.
- No lo sé... Además, es muy pronto para llamarnos así.
- Venga ya Dani, os sabéis ya media vida uno del otro, os llamáis, quedáis y os despedís con los besos más tiernos que he visto en mi vida, ¿ qué más da eso?
Dani sonríe y asiente con la cabeza.
- Tienes razón, pero deja que pase un poco de tiempo.
- Lo que queráis... ¡No seré yo quien decida!
 Las dos cenamos un simple bocadillo. No tenemos ganas de cocinar. Tras eso, cojo el portátil y me siento en el sofá. Respiro profundamente e introduzco mi hotmail y mi contraseña en Tuenti.
-¿ Lo vas a hacer?- Pregunta Dani.
- Sí, ahora es el momento.
Exacto, voy a contárselo todo a mi familia. Al conectarme, mi madre me saluda. Decidida, yo empiezo a hablar:
Yo: Tengo que contarte algo que me pasó hace dos días, pero como solo hablamos ayer y muy poco, he decidido contártelo hoy. 
Lola: No me asustes. ¿Es algo malo?
Yo: No voy a engañarte: Sí, un poco. Pero no es nada por lo que preocuparse, ya que todo está solucionado.
Y por cuarta vez, cuento este desagradable recuerdo que hoy se ha repetido demasiadas veces en mi cabeza.



miércoles, 26 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 6

- ¿ Cuánto te falta?- Le pregunto a Dani, impaciente.
- Un momento, ya casi estoy- Me contesta desde el baño.
Estoy muy contenta, alegre, emocionada, eufórica. Voy a ver Londres. Sí, me refiero a esos sitios de mis sueños que casi todos quieren visitar o han visitado alguna vez. Dani se está dando los últimos retoques en su pelo, pero yo he madrugado y lo tengo todo listo. Me he puesto un vestido blanco de tirantes gruesos bastante corto, más arriba de las rodillas. Le he pedido a ella que me deje su chaqueta de cuero negra y me la he puesto desabrochada. El vestido está decorado con un fino cinturón del color de la chaqueta con un lazo pequeñito en medio. Mis botas por debajo de las rodillas son del mismo color también. Como podéis ver, me gusta combinar bien mi ropa. Además, me he ondulado un poco el pelo, haciendo que unos graciosos rizos caigan sobre mi pecho y mi espalda. Hoy es una ocasión especial y tengo que ir ideal.
Dani sale del baño por fin. Las dos nos hemos puesto de acuerdo en ponernos vestido. El suyo es azul marino de manga larga, igual de corto que el mio. Lleva unas botas del mismo color y en el pelo un lazo pequeño haciendo de felpa, al igual que ayer.
-¿ Lo llevas todo?
- Claro.
- Y lo más importante...¿ la cámara?
- Tiene la batería al 100%
Hoy este objeto es fundamental. Vamos a llenar la memoria con las miles de fotos que nos pensamos tomar y necesita tener suficiente energía.
Las dos salimos de allí y cogemos el metro. Esta vez va algo más lleno que ayer. Dani se lo ha montado todo muy bien: Se ha hecho amiga de la monitora y nos ha colado en un tour para un grupo de gente procedente de Francia, ya que podían entrar 3 turistas más.Llegamos allí y nos montamos en un autobús rojo turístico ( yo ya me imagino en el video de One Thing) Nos llevarán a varios  sitios y nos lo explicarán todo( aunque no nos enteremos de la mayoría  porque será en francés). Habrá paradas para tomar fotos y descansar en los sitios más destacados. Como Dani sabe dónde se encuentran los  más famosos, si nos quedamos con ganas de más vamos de nuevo.
- A ver, la comida entra en el precio, que le vamos a pagar a mi monitora que estará allí.
-¿ Cuanto me dijiste que era?
- 90 euros entre las dos. Y hemos tenido suerte, deberíamos haber pagado 120.
- Pues sí, te lo has montado muy bien.Además, estamos repartiendo bien el dinero, voy a conseguir trabajo y el de nuestras madres llegará dentro de poco.¿ Qué más entra en el precio?
- Una vuelta en el London Eye.
-¡Genial!
- Sí, lo sé. Te va a encantar, en serio.
- Dios, te juro que hacía tiempo que no estaba tan contenta. Bueno, sin contar lo de Harry y Zayn.
-Ya estamos llegando.
Salimos de allí y nos encontramos en la calle. Esta zona está muchísimo más poblada que la de nuestra casa: edificios enormes, personas de un lado para otro, coches, autobuses, taxis... Sonrío muy feliz. Esto es una gran ciudad, llena de personas, lo que significa llena de historias. Es como pasear entre desconocidos que te inspiran muchas sensaciones, pero la que más siento es la de ser una más en este gran mundo.
Dani me indica que debemos pasar una calle entera, girar a la derecha y caminar hasta ver la parada. Las dos andamos mirando a todos lados, sintiéndonos pequeñas.
-¡Quiero una foto, ahora mismo, juntas!- Exclamo.
- Sí, pero, ¿ a quién se la pedimos?
- A ver...
Pasa un señor trajeado con un maletín. No, parece tener prisa. Una mujer mayor y elegante que a decir verdad, da un poco de miedo. Una madre con sus cuatro hijos, desquiciada diciéndoles que tengan cuidado al correr por la calle. ¡Ya se! Son perfectos: Una pareja que camina de la mano, tranquilos, charlando juntos.
- Hola, ¿ nos podríais hacer una foto a mi amiga y a mi?
- ¡Claro!- Contesta la chica.
- Mirad, solo tenéis que apretar este botón.
- ¿ Este?
- Exacto.
- ¿ Queréis algún fondo en especial? Esta casa, la calle...
- Intenta que se vean aquellos abundante edificios del fondo, pero que también se nos vea a nosotras.
-Vale, entendido.
Me reúno con Dani y las dos posamos abrazadas con una alegre sonrisa. Corre algo de viento y nuestro pelo se mueve con gracia a la vez que nuestros vestidos.
Observo como el chico ayuda a su novia a colocar la cámara lo mejor posible. Nos hacen la foto y la cojo
- Muchísimas gracias.
-De nada.- Contestan ambos.
Dani se acerca a mi y me pide ver la foto. Es genial: se nos ve a las dos felices y atrás todos esos grandes edificios, además, se ve la carretera llena de coches, sinónimo de estar en una gran ciudad.
- Vamos a aligerar un poco, que vamos tarde.
Andamos a paso rápido y giramos a la derecha. Ya falta poco para llegar.
- Marina...
-¿ Qué?
Parece que quiere comentarme algo, pero no sabe como hacerlo.
- Solo quería saber si estás bien, ya sabes, por lo de ayer.
- No te preocupes. A mi David no me da miedo. Solo estaba... sorprendida. Sí, esa es la palabra. Estaba sorprendida de como me cogió el brazo y lo ansioso que se mostró. Ahora no siento nada, es más, se me había olvidado casi del todo.
- Siento haberlo recordado de nuevo
- Tonta,  no te sientas culpable ni te preocupes más. Josh nos va a ayudar a poner la denuncia y todo se olvidará.
-¿ Te duele el brazo?
- No, lo tengo mucho más calmado.
- Bien, bien. Ah, mira, ahí están.
A lo lejos se ve a un grupo de unas 20 personas frente a un gran autobús rojo. Llegamos y Dani me da la mano mientras buscamos a su monitora. Entonces la ve
-¡Danielle!- se dan dos besos- Ahora que estáis aquí ya solo faltan 3 personas.- me mira a mí- Ah, y tu eres...
- Marina- le ayudo al ver que se queda pensativa
- Ah, si, se me había olvidado. Encantada de conocerte.- Esboza una sonrisa y me da dos besos a mi también.- Decidme vuestros apellidos para que os tache en la lista.
- Danielle Robles.
- Marina Gijón.
La monitora nos busca en unas listas con 25 nombres y al encontrarnos nos tacha.
- Por cierto, yo me llamo Jennifer.- me dice- Danielle, ¿ puedes pagarme ya? Tengo que irme a otro autobús.
- Ah, claro, toma- Dani saca el dinero en un sobre. Jennifer lo cuenta y al ver que está bien se acerca a otra monitora a la que le pasa la lista y nos presenta pidiendo por favor  que si tiene que hablar con nosotras, que sea en inglés o en español. También le pasa el sobre.
-Encantada de conoceros. Podéis subir al autobús.
Emocionadas, entramos y saludamos al conductor. Junto a él, hay unas escaleras que te llevan a la parte superior. Nos sentamos y empieza a venir más gente.
- Corre, antes de que se llene- le doy la cámara- hazme una foto, aquí.
Hago como que me asomo y miro hacia abajo Dani me hace la foto. La miro. He salido bien. La monitora sube y todos tomamos asiento. El autobús arranca y nuestro trayecto empieza.
Por lo poco que habíamos logrado entender, nuestra primera parada es en el Tate Modern. Bajamos del autobús y cruzamos un largo puente, ya que es museo en la ribera del Támesis. Tras esperar un rato que pasamos haciéndonos más y más fotos, entramos al museo. Nos quitan el bolso o mochila a todos antes de entrar.
Es un museo enorme lleno de obras de las que he oído hablar durante mis estudios. Además, hay cuadros de pintores españoles como Picasso. Me llaman la atención una exhibiciones de arte contemporáneo, a las que me quedo mirando un buen rato hasta que me doy cuenta de que todos se han alejado de mi unos metros.
La visita ha sido corta, pero interesante. Volvemos al autobús. Dani empieza a cantar One Thing una vez arriba y yo la acompaño. Algunos de los turistas nos sonríen al conocer la canción y otros porque se nos ve felices y contagiamos la alegría.
La siguiente parada es en el Madame Tussauds. Al salir de nuevo nos encontramos ante un sitio cubierto por una cúpula de un color azul grisáceo. Ahí es. Nos empezamos a hacer fotos con todas las figuras posibles. pero claro, Dani y yo estamos deseando encontrar a las de One Direction y Lady Gaga. Mientras que las buscamos vemos las de famosos como Madonna, Justin Bieber, Obama, Rihanna, Kim Kardashian, Britney Spears, los Beatles, Amy Winehouse, Messi, Michael Jackson... Entonces veo una de las 8 figuras de Gaga. Pego un pequeño grito de felicidad y corro hacia ella emocionada. Tras hacerme muchas fotos con ella, me encuentro con otras 4 más, con las que repito la acción. Me da la sensación de que esto es lo más cerca que podré estar de ella.
Tras pasar a más famosos, nos encontramos por fin con las figuras de nuestros chicos. Dani y yo empezamos a tomarnos fotos emocionadas y felices. Cómo queremos salir también las dos juntas en alguna, le pedimos a uno de los visitantes que nos haga unas cuantas y acepta encantado.
La mañana se nos ha pasado volando. Volvemos a subirnos en el autobús y nos anuncian que vamos a ir a un restaurante a comer.
Llegamos allí y nos tienen preparada dos grandes mesas en las que cabemos todos. Empiezan a servirnos platos típicos Británicos. Creo que esto es lo único que no nos va a gustar a Dani y a mi en toda la mañana... La comida inglesa está muy mala, así que decidimos salir a buscar otra cosa por nuestra cuenta, aunque haya que pagar a parte. Le preguntamos a la monitora ( que por cierto, nos informa de que se llama Sam) y nos dice que mientras volvamos a las 3 le parece bien.
Salimos a la calle. Hay muchos restaurantes y sitios para comer, pero Dani y yo elegimos el más sencillo: Una pizzería. Pedimos una pizza para llevar y un par de Coca Colas y nos vamos a un banco a comer.
- A la mierda el restaurante, ¡esto es mucho mejor!
Terminamos y son las 3 menos cuarto. Como el restaurante está al lado, decidimos hacernos fotos con la gran ciudad de fondo, como la primera que nos había hecho esa maja pareja. Nos hacemos las típicas fotos en la cabina telefónica roja. En una de ellas, salgo imitando a Niall en la portada de Take Me Home.
Vemos salir a  gente del restaurante. Miramos la hora y al ver que son las 3 nos dirigimos con todos. Otra vez, subimos las escaleras del autobús y nos dicen que solo nos quedan dos paradas más: El Big Ben y el London Eye.
La verdad, es que son dos sitios que desde pequeña estoy deseando ver en directo. Esto es como vivir una historia, una novela de esas increíbles dónde el escenario es un gran lugar como Londres. La sensación de verlo todo por ti misma y no en un libro es única e inexplicable.

Dani y yo nos encontramos en un parque junto al Big Ben. Es enorme. La monitora explica algo en francés. Lo entiendo porque domino un poco el idioma, pero cuando habla rápido me pierdo y se me escanpan muchas frases.
- Podéis pasear por las tiendas cercanas, tumbaros en el césped... Son las 4:30, nos reuniremos aquí a las 6:30.- logro entender.
Varios grupos de personas se van dispersando. Nosotras, agotadas de tanto ajetreo, nos tumbamos en el césped y respiramos profundamente. El ruido de la ciudad nos acompaña.
-Esto es genial.
-Pues sí. No me imagino una situación más perfecta.
El cielo hoy se ve mejor que ayer y además, azul. Varias nubes grises le acompañan. Nos incorporamos y saco la cámara.
-Ponte allí- Le digo a Dani. Ella me hace caso
Me tumbo poca abajo en el césped y alargo los brazos colocando la cámara lo mejor posible. La imagen se ve preciosa: Abundante hierva al principio, desapareciendo a los pies de Dani. Al fondo el  gran Big Ben y un puesto para turistas con banderas de todos los lugares. Le doy al temporizador y a la opción de tomar varias fotos, miro que no haya nadie que nos pueda quitar la cámara y me coloco junto a Dani, que ya sabe mis intenciones.
Programada para tomar 12 fotos, la cámara empieza a pitar mientras una luz roja parpadea. La gente que pasea se ríe de nosotras al vernos cambiar de pose rápidamente, haciendo el tonto y sacando a relucir nuestro " pavo"
-¿ Damos una vuelta?
- Vale.
Cruzamos una carretera y acabamos en una calle llena de tiendas y cafeterías. Como preferimos guardar el dinero para una segunda vuelta en en London Eye, solo nos compramos unos batidos y paseamos mirando escaparates. Es duro encontrar ropa tan chula y no comprarla, pero ya saldríamos de tiendas.
Entonces pasamos por una  de decoración y a la vez Dani y yo nos pegamos al escaparate admirando unas cortinas. Nos enamoramos de ellas: Fondo blanco con cabinas de teléfono de todos los colores ( no solo rojas), acompañadas de letras en negro que dicen: London is a dream. Sin decir palabra, entramos en la tienda y preguntamos dónde encontrarlas. Nos indican el pasillo y vemos que cuestan 17.99 euros. Sin pensarlo, sacamos el dinero y nos las llevamos. Sí, es hora de dar color a la casa.
El reloj da las 5. Tras recorrernos toda la calle y observar cada tienda, damos la vuelta para volver al parque.
Pasando por una cafetería vemos a una chica morena. Nos suena mucho su rostro, así que continuamos mirándola. Se levanta y nos damos cuenta de que es Johanna. Saludamos desde el cristal, pero ella sale en busca nuestra.
- Hola Danielle. Hola Marina.
- Prefiero que me llames Dani- Sonríe, aunque Johanna está totalmente seria.
-Ah, claro, se me olvidó. A mi llamadme Jo, ya lo sabéis. ¿ Tenéis prisa?
Miro la hora. 5:20
-Tenemos una hora y 10 minutos exactamente.
-Solo quiero hablar de una cosa contigo
-¿Conmigo?- Pregunto extrañada.
-Sí. Seré breve y directa: ¿Te gusta David? ¿ Estáis saliendo?
No, por favor, otra vez no. Todo en este día de hoy es precioso, solo con oír su nombre se estropea. Y más con esas estúpidas preguntas.
- No a ambas cuestiones. ¿Algo más?
- Si no te gusta, deja de putear con él. No busca a ninguna española tetona y cachonda, ¿vale?
-¿ Perdona? ¿Desde cuando hablar y llevarse bien con alguien es putear? ¿ Eh?- Pregunta Dani, cabreada.
- Danielle, que diga, Dani, no solo hablaron.- Me vuelve a mirar- Te vi en el restaurante. Yo estaba entre una de esas familias. Luego os seguí y también vi como entrabas en su casa.¿ Contenta? ¿ Lograste lo que buscabas?
- Mira, Jo. Ella no buca nada con David. Es él quien le invitó a comer y al día siguiente intentó tirársela. Ella se negó rotundamente, para tu información.
Yo sigo callada, viendo como Dani me defiende a muerte y Jo me mira de reojo con cara de asco.
- No me lo creo. Tanta charla desde el primer día lleva a otros temas.
-¿ Otra vez? Mira...- le pongo el dedo a Dani en la boca en señal de silencio.
- Esta vez voy a hablar yo. Mira, si lo que quieres es una explicación, te la doy. Ya nos conocíamos de antes  por lo del golpe en el centro comercial, por eso tanta charla, por la casualidad. Después él se interesó por mi, ¿vale? Pero yo me negué a todo, ¿ Sí?
-¡Estoy harta de las putas como tú, yo le quiero de verdad!- Dice, con lágrimas en los ojos. Se nota que ha intentado venir como una valiente, pero en realidad está enamorada y es débil.
- Las otras chicas no son como yo. Puedes preguntarle a él si quieres. Yo no quiero ni voy a querer nada.
- Muy bien, te creo.- hace una pausa- Pero te odio.
- ¿ Por qué? ¿ Porque David la prefiere a ella? No es su culpa.- Dani vuelve a hablar. Se forma un silencio incómodo.

La respuesta es evidente.

- Son las 6:00. Nos vamos. Adiós, Jo.
-Adiós- Dice Dani también.
-No quiero volver a verte- dice mientras las lágrimas deslizan por sus mejillas- A no ser que me entere de que has vuelto a quedar con él.
- En ese caso, hasta nunca.

Caminamos en silencio calle abajo, de nuevo hacia el parque, pasando por todas las tiendas anteriores.
- Esto ya me parece increíble. ¿Josh no tenía otros amigos? Ya solo hace falta que me odie Melissa.
- Joder con Jo... se ha pasado y mucho. Te ha tomado como una de las guarras que se suele llevar David a casa.
- Joder, tía, ¿todo Londres me odia? Eh, vosotras, las chicas de allí, ¿ también me veis cara de guarra?- me estoy alterando mucho.
- Marina, ya. Por favor, para. No digas que todo Londres te odia cuando solo conoces a 4 personas. Solo dos de ellas están de malas contigo. Hemos tenido mala suerte y hemos topado con dos gilipollas, pero no te preocupes, ¿vale? Yo estoy conociendo a gente muy maja y te la presentaré.
- Pues a ver si ellos no me odian.
- Solo quería pasar este día contigo, un día inolvidable, mejores amigas unidas, ¿vale? Por favor, olvida a estos dos gilipollas y sigamos con nuestro día perfecto.
Los ojos de Dani me suplican ser feliz, al menos en lo que queda de día. Joder, es que todo estaba saliendo muy perfecto y la gilipollas de Jo lo ha estropeado todo.
- No es mi culpa haberles conocido...
- Pero por favor, malas caras para otro día. Este es nuestro día y es perfecto.
Por un momento me mira a los ojos. Sé que tiene razón, que debo ignorarles y seguir disfrutando de lo que queda de día. Soy de esas personas que cuando están sintiendo algo no pueden evitar mostrarlo, tan solo en mi rostro puedes verlo. Pero hoy disimularé mi enfado y haré una excepción. Por Dani. Por nosotras.
- Vale- sonrío- Mira, ya está allí la gente junto al autobús, ¡vamos!
Aceleramos un poco y llegamos al grupo. La monitora está pasando lista, así que todos guardan silencio. Llega la letra D:
- ¿Danielle Robles?
- Aquí. Oiga, tengo una pregunta.
- Dime
- ¿No entramos al Big Ben?
- No, está cerrado al público, lo siento.
- Vale, gracias.
Al menos lo hemos visto y le he echado miles de fotos. Llega a la letra M:
- ¿Marina Gijón?
- Aquí.
La lista termina y volvemos al autobús rojo. Ya me he calmado un poco, más bien estoy emocionada de nuevo. ¡Voy a montarme en el London Eye!
Al llegar allí nos enteramos de que no podremos montarnos dos veces porque hay que reservar el viaje con antelación, si no, hay que esperar dos colas larguísimas. Nosotros al ser un grupo y al haber reservado, entramos sin tener que esperar. Pues más dinero para los gastos de la casa. Son 28 personas por cápsula, así que todo nuestro grupo cabe en una. No podemos traer comida ni maletas, solo bolsos y mochilas pequeñas ( nosotras llevamos bolso) Entramos a una de las cápsulas. Son como una habitación. Hay asientos de madera en el centro, pero nosotras nos sentamos en el suelo cerca del cristal porque tenemos la sensación de que así sentiremos más la  altura.
Lentamente empezamos a elevarnos. No estamos para nada nerviosas o asustadas, al contrario, estamos muy serenas. A mi se me ha pasado el cabreo. Por ahora.
Cada vez ascendemos más y más y empezamos a tener la sensación de estar volando. Se empiezan a ver unas vistas impresionantes y nosotras las admiramos diciendo "hola" a Londres desde arriba.
Casas y edificios con muchísimas formas aparecen, cada vez más y más. Nos encontramos a la altura del Big Ben, que vemos muchísimo más grandioso e impresionante que antes. Con los ojos y la boca abiertos, saco la cámara y empiezo a tomar fotos desde todos los ángulos posibles. También podemos ver otras cosas como el Buckiham Palace y por supuesto, toda o casi toda la ciudad. Casi sin darnos cuenta, han pasado 16 minutos.
Sí, ahora mismo estoy a 135 m del suelo. Me siento libre, tranquila pero a la vez nerviosa, emocionada... Cuando estás abajo, tienes la sensación de ser pequeña entre tantos edificios.
Ahora soy grande y hasta puedo volar.
- Dani, ven.
Le doy la mano y nos ponemos de pie. Me pongo a caminar alrededor de la cápsula.
- Es que quiero saber que sensación se tiene de pie también.
- Ya, te entiendo. Ven, acércate.
Nos pegamos al cristal al igual que antes pero de pie. Si antes he dicho que puedo volar, ahora tengo la sensación de ir a pegar un gran salto. Se nota que ya estamos descendiendo. Además, ya casi hemos pasado los 30 minutos.

Contemplamos el London Eye desde abajo. Aún tenemos la sensación de libertad y la emoción de haber subido tan alto en el cuerpo.
La monitora nos reúne y vuelve a pasar lista para concluir el viaje. El autobús  recorre unas calles y volvemos a dónde estábamos antes. Nos despedimos de la monitora diciéndole que le de las gracias a Jennifer de nuestra parte y cogemos el metro.
- Ha sido... Bueno, tenía una sensación extraña, como si fuera magia...
-Sí, se lo que quieres decir, era como imposible pero a la vez real.
- Sí, eso, es que es tan... ¿ Inexplicable?
Me río y asiento con la cabeza. Sí, Dani tiene razón. Por muchos adjetivos que pongamos, la sensación es inexplicable.
Una vez en casa, nos duchamos y nos ponemos cómodas. Caemos rendidas en el sofá y nos conectamos a Twitter y a Tuenti. Mi madre y mi hermano están conectados, así que empiezo a contarles todo lo que he hecho. No les comento nada sobre lo de David porque no me parece el  momento adecuado. Hoy era el día genial paseando por Londres y lo seguirá siendo.
Pasan unas horas y nos desconectamos. Dani y yo nos damos las buenas noches y nos vamos a la cama cansadas por de estar fuera de un lado para otro todo el día.
- Ah, Marina.
- Dime.
- Mañana Josh vendrá a las 6 y media para ayudarnos con lo de David.
- Vale. En serio, Josh es un amor. Hazle ver que te importa mucho.
Dani sonríe al ver lo romántica que soy.
- Tu también tendrás a alguien así.
- Lo sé, no creo que muera sola, rodeada de gatos.
Suelta una carcajada y me abraza. Apoyo mi cabeza en su pecho. Abrazar a Dani es genial, ya que es más alta que yo y me siento protegida, a gusto.
- Buenas noches.
- Buenas noches. Sueña con Zayn. Ah, no, que ahora sueñas con Josh.
-¿ Cómo te lo digo? Yo con Zayn sueño siempre. Al igual que tu sueñas con Niall.
-¿ Cómo lo sabes?
- Por que te conozco demasiado.
Nos sonreímos. En serio, la quiero. Mucho. Y hoy ha sido un día genial a pesar de ese momento amargo. Ella ha hecho que me olvide de todo.




lunes, 24 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 5


" Solo necesitas convencerte a ti misma. Cuando todo parece ir mal, camina hacia delante sin mirar a tu alrededor. Si las lágrimas intenta salir, déjalas libres, pero no permitas que vuelvan en un tiempo. Si quien está a tu lado tiene la mirada apagada o los pensamientos tristes, no dejes que te contagie. Ayuda a quien atraviesa una mala situación, pero no te metas en el problema. Piensa en ti misma por un tiempo, solo tienes  que observar y callar y todos esos errores que comenten los demás, asegúrate que no formarán parte de tu vida. Coge y condúcela a la dirección que tu quieras. Decórala con los colores que te gusten. Si estás confusa, pide consejo, pero no dejes que te hundan o te hagan cambiar. Si te levantas y dices "Buenos días", haz que lo sean. Cae en lo más profundo y oscuro, así, cuando salgas a flote y triunfes, lo harás con más fuerza"

Hoy he madrugado mucho. Es raro, porque ayer Dani y yo estuvimos hablando de One Direction hasta muy tarde. Es normal que eso pasara, porque Zayn y Harry nos hicieron RT en las fotos y Niall empezó a seguir a Dani también. Todo esto ya es demasiado, a veces, ni  lo asimilo.Creo que no hace falta decir que volvimos a parecer locas e hicimos cosas como rodar por el suelo.
Pero ha sido así. Un despertar repentino. He abierto los ojos y he dado vueltas en la cama hasta que me he dado cuenta de lo que me hacía falta: escribir. He ahí un poco de lo que acabo de poner finalizando un capítulo.
Todavía faltan dos horas para que Dani se levante. Las mañanas de los fines de semana las tiene libres, y como hoy es viernes, pasará el día de mañana y pasó conmigo. A quien voy a engañar, con Josh también.
Hace frío y las calles aún están oscuras. Llueve, pero muy flojo. Aunque sea pesada, lo repito: echo de menos el tiempo de España. Parece que estemos en pleno invierno y es muy triste.
Me preparo un vaso de leche con Coca Cao y acerco una silla a una de las ventanas del salón. La pequeña plaza está iluminada y algunas cafeterías ya han encendido sus luces y se preparan para los trabajadores que desayunan allí antes de comenzar el día. La cafetería dónde estuvimos con Harry y Zayn es una de ellas. El sonido del microondas pita y voy a por mi vaso de leche. Lo rodeo con las manos porque está calentito y la sensación es muy agradable. Me vuelvo a sentar junto a la ventana.Observo varias personas entrando en la cafetería. Atravesando la plaza aparecen dos chicas cogidas de la mano con vestidos bonitos, pero mal colocados. Las dos ríen felices con cara de haber asistido a la mejor fiesta de sus vidas.
Paro de escribir y me meto en Tuenti para ver si está mi madre o mi hermano, aunque es poco probable. No, ellos no están, pero si está mi prima Elena.
Yo: ¿Despierta a estas horas? ¡Vuelve a la cama!
Elena: ¡Amooooooooor! Yo quería hablar contigo de un importante detalle...
Yo: ¿ Cuál?
Elena: ¿Cómo que cuál? LAS FOTOS CON HARRY Y ZAYN Y LOS RTs A TUS TWEETS. ¡EXPLÍCAME ESO!
Yo: ¡SÍIIII! Vaya mierda que salga caro llamarte, pero te lo contaré todo  por aquí.
Guardo lo que llevo escrito y empiezo a explicarle todo lo que pasó a mi prima. Sí, es una gran directioner. Y además, he de añadir que la quiero mucho. No vive en mi pueblo,  vive en Málaga ( por si no lo había dicho, yo soy de Málaga, pero con 7 años me mudé a un pueblo de Jaén, Mengíbar), pero aunque solo nos vemos en verano, hablamos cada día y nos contamos lo que nos pasa. Ahora que estoy en Londres no creo que la cosa cambie, porque para mi es imprescindible hablar con ella cada día, aunque solo sean 2 minutos.
Por desgracia, no pudo acompañarme al concierto de One Direction, pero tuvo la oportunidad de ir al 2º concierto que hicieron los chicos en España con una de sus amigas directioners. También tuvo la suerte de encontrarse con los chicos en el centro de Madrid, pero aunque no pudo hacerse ninguna foto con ellos( había demasiadas fans empujando y gritando), Lou y Liam le firmaron la camiseta y ella les pasó su twitter en una hoja. Ahora la siguen, claro.
Elena: ¿Te das cuenta? Has estado en esa cafetería como si Harry y Zayn fueran tus mejores amigos.  YO TAMBIÉN QUIERO IR A LONDRES
Yo: Sí, me he dado cuenta, pero mira que me ha costado... Cariño, puedes venir cuando quieras, mi casa ( bueno, mi casa alquilada) tiene sitio para una más. 
Elena: Ojalá pudiera ir. Quizás en verano, o en Navidades. El caso es que he pegado un grito cuando me has contado todo esto y mi compañera de Barcelona, la que te dije, se ha despertado.
Yo: ¡Pobre!
Ella vive en Málaga en un piso cerca de la universidad que comparte con una chica de Barcelona ( según ella, la más maja) y dos de Sevilla.
Elena: Tengo que irme, pero espero que hablemos pronto, llevamos mucho sin hablar.
Yo: Es que estaba ocupada con la mudanza y tal. Adiós babe, te ¡quieroooo!
Elena: ¡Adióoooos! ¡Love you!
Mi prima se desconecta. Yo le dejo un mensaje a mi madre diciéndole que estoy bien y contándole resumidamente lo que me ha pasado. Le pido que se conecte antes de comer para que hablemos y me pongo con mi novela de nuevo.

Han pasado unas horas y veo a Dani  salir de su habitación. Se peina su abundante pelo rizado y me dice "Buenos días" lanzándome un beso de una forma tan rara que parece que se va a caer del sueño.
Se prepara el desayuno, coge una silla y se sienta a mi lado. Ahora que me doy cuenta, nuestra imagen es preciosa. Dos chicas mirando por la ventana vestidas con sus pijamas de inviernos anchos y calentitos. Afuera, las calles están mojadas y relucientes. Cada vez aparece más gente, lo que es sinónimo de que Londres se está despertando.
Dani se viste con una camiseta de manga larga de color blanca , unos pantalones cortos de color rojo, una chaqueta de cuero negra, unas botas del mismo color y unas medias a mitad de la pierna blancas. Lo remata todo con un pequeño lazo rojo haciendo de felpa en su precioso pelo.
-¡Esa ropa te queda ideal!
-¡Gracias! Es que hoy nos llevan a ver lo mejor de Londres y quiero salir guapa en las fotos.
- Pues vas genial. Me parece increíble que lleve casi una semana aquí y aún no haya visto el Big Ben, el London Eye y todas estas cosas que se hacen cuando estás en Londres.
- No te preocupes. Tenemos todo el fin de semana para ver Londres. Que digo, tenemos mucho más tiempo. Yo me quedo con los sitios y después hago de guía turística solo para ti.
-¡Gracias! Te quiero, guarra.
Sí, esos son nuestros motes cariñosos. Guarra, gilipollas... Son feos y suenan mal, lo sé, pero llevan más amor que cualquier "¡Hola guapa! ¿ Cómo estás, cariño?" de cualquier otra amiga.
Dani se va y yo me vuelvo a quedar sola en casa. Esta vez no voy a salir. Tengo demasiadas ideas para mi novela y tengo que escribirlas y ordenarlas.
Entonces mi móvil suena. Un número desconocido me llama.
-¿ Hola?- hablo en español.
-¿ Hola? ¿ Hablo con Marina?- La voz es de una mujer que, claro, habla inglés. Mierda, la costumbre me ha hecho contestar en español. Empiezo a hablar en inglés rápidamente.
-Sí, soy yo. ¿Quién es usted?
- Llamaba por el anuncio. ¿Que horarios tienes?
- Por las mañanas, de ocho a dos y media.
- Tengo que pensarlo un poco, pero creo que es un sí.
-¡Genial! Pero, dígame su nombre, dirección y lo que quiere que haga, claro.
- Me llamo Lisa y me gustaría que cuidaras a mis niños. Son una chica de 7 años y un chico de 13. Mi marido y yo trabajamos por la mañana, pero creo que deberías quedarte hasta las cuatro de la tarde si quieres que mi "sí" sea definitivo
- Hecho- no me lo pienso dos veces, necesito el dinero- Dígame su dirección y cuando quiere que nos veamos.
La mujer me indica dónde vive y quedamos para vernos el Domingo a las 4 de la tarde. Cuelgo y me doy cuenta de que ya mismo vendrá Dani y tengo que hacerle de comer. Guardo lo que llevo escrito ( que no es poco) y decido prepararle unos filetes con guisantes. Sí, tenemos suficiente comida para un mes o dos gracias a nuestras madres.
Por cierto, mi madre no se ha conectado ni me ha contestado al mensaje. Si no me equivoco, estará en el pueblo de mi tía Pilar, visitando a mi prima. Me pongo manos a la obra mientras preparo la mesa cuando veo que llega Dani muy emocionada y me abraza.
-¿ Qué ha pasado?
-¡Mira!
Me muestra un papel de una escuela de modelos. Parece ser importante porque si pasas el casting, sales en un importante show Londinense que emiten en un canal con mucha audiencia.
-¿ Cómo has conseguido esto?
- Había un hombre en la puerta de una cafetería mientras íbamos todos en grupo. Yo y varias compañeras teníamos que ir al servicio, así que entramos a esa cafetería y cuando salimos, el hombre me buscó y delante de todo el grupo me dio el papel y me dijo que quizás  llegaba a algo. Palabras textuales: " Tu talla parece ideal, tu pelo es estupendo y podemos hacerte mil peinados. Son tus dos puntos fuertes, pero sobre todo tu pelo. Tienes que pasar un casting con mucha competencia, pero sinceramente, deberías intentarlo"
-¡Dani, eso es genial!- nos volvemos a abrazar y saltamos juntas. ¿Veis? Os lo dije.Tiene algo especial que llama la atención.
Nos sentamos a comer y me cuenta todo lo que ha visto. Efectivamente, le han enseñado todo lo que yo estoy deseando visitar.¡Hasta se ha montado en el London Eye!
- Me das muchísima envidia...
- Mañana es Sábado. Todo nuestro. Voy a llevarte a todos esos sitios y vamos a hacernos mil fotos juntas, tantas como para rellenar un álbum entero.
- Sí, y esta tarde iremos a comprar cosas para decorar la casa. Podemos empezar por manteles para decorar un poco estas mesas de madera tan sosas, unas cortinas para aquella ventana que es la más grande, algún que otro cuadro...
-¿ Por qué? ¿ Nuestras madres nos han enviado dinero?
- No, aún no. Es que me han llamado para hacer de niñera para una niña de 7 años y un niño de 13. Me pagarán poco, seguramente, pero no puedo seguir en una casa tan sosa.
-¡ El día no puede ir mejor!
-¡ Lo sé! Pero escucha, el horario sería de ocho a cuatro de la tarde, por lo que cuando llegues debes hacerte tú la comida. Yo supongo que comería allí porque se la tendré que preparar a los niños. He quedado con la madre el Domingo a las 4 de la tarde.
- Todo me parece genial. Tía, nos está saliendo perfecto. Tu vas bien con tu novela, encuentras trabajo, a mi me proponen entrar a un casting para modelos...
- Conocemos a Harry y a Zayn, a ti te falta muy poco para estar con Josh....
- Joder, tía, es que no podía imaginarme una vida más perfecta.
Dani empieza a llorar emocionada. Yo me levanto y la abrazo. Ella se levanta conmigo y llora en mi hombro diciendo que es feliz. Al final, yo también acabo igual diciendo la misma frase. Es increíble lo bien que nos está saliendo todo. Paso a paso y con cuidado, pero muy bien.

Dani y yo volvemos a sentarnos junto a la ventana. Las dos hablamos  con nuestras familias y amigos. Mi madre esta vez si está conectada y, como todos, no se puede creer lo de Harry y Zayn. Ahora que lo pienso, pobre de mi familia. Han sido 6 años aguantando mi pasión por este grupo. Y los que les quedan. Mi hermano es el que mejor me entiende. A medida que va creciendo, más le van gustando.  Cuando yo tenía 16 años y fui a Madrid con Dani al concierto, él tenía 10 años, por lo que mi madre no le dejó venir conmigo. A los demás conciertos tampoco pudo ir, si no recuerdo mal, ambas veces por falta de dinero. Nunca os he hablado de mi hermano. Es una de las personas que más echo de menos. Cuando yo tenía 13 años y él 7 empecé a ponerle canciones de 1D. Él iba tarareándolas por todos lados y hasta me pedía que se las pusiera mientras jugaba o hacía deberes. Más tarde vio todos los video diarios y ya  se consideraba un Directioner Boy.  En el colegio le llamaban "maricón" y hasta llegaron a pegarle. Yo llegaba a casa más tarde del instituto y son muchas las veces que le veía llorando mientra les escuchaba. Era como verme a mi cuando me pasa algo: acudo a la música de 1D ( y por supuesto, de Gaga). Yo le abrazaba y él me lo contaba todo.
Ahora él tiene 12 años y está en 1º de ESO. Mientras que sus antiguos amigos pasan desapercibidos por los pasillos, él triunfa. Tiene novia directioner( no en serio, si no que hay feeling entre ellos) y unas 5 chicas más le han pedido salir. Sus nuevos amigos no tienen sus gustos musicales, pero le respetan. Según él, está convirtiendo a su mejor amigo en Directioner Boy. Pero, claro, sus antiguos amigos siguen insultándole. Pura envidia.
En el aeropuerto, diciendo adiós a mi familia y abrazando a todos, nuestro abrazo fue el más largo y sincero. Antes de separarme de él le susurré al oído " Live while you are young because you are beautiful" Me abrazó más fuerte.
Hora de desconectarse. Tengo que ir a casa de David y coger mi ropa. Voy a mi cuarto y preparo en una bolsa su sudadera y vaqueros, que por supuesto, le voy a devolver.
- Ponte guapa, que cuando vengas de allí te estaré esperando lista para salir.
- ¡Vale!
Abro mi armario y pillo una camiseta amarilla de mucho escote. Me la pongo con una azul cielo debajo para que no se me vea nada. Pantalones del mismo color y boitnes negros. Me miro al espejo para ver que me falta. Decido hacer como Dani y ponerme unas medias azules hasta la rodilla. ¡Ah! Y la chaqueta vaquera abrochada hasta la parte inferior del pecho, igual que Dani tiene abrochada su chaqueta de cuero. Me dejo el pelo al natural.
-¡Mira! Voy como tú, pero con colores más dulces. Tu entre el negro y el rojo vas muy... potente.
- Creo que a mi me pega más el estilo que llevas ahora mismo.
-Puede ser, pero bah, da igual.
Cojo la bolsa, llaves, móvil... Me despido de Dani y salgo. Decido coger el metro para no gastar tanto en el taxi.
Como el trayecto es largo, me pongo mis cascos con música y cierro los ojos, pero sin llegar a dormirme. Antes de cerrarlos me doy cuenta de que no está muy lleno, solo algunos grupos de chicos y varias personas que parecen ir a trabajar.
Salgo de la boca del metro y bajo una calle. Ya veo los edificios. El suyo era... el 7º, sí. Lo que no recuerdo es si era 7º A o 7º B. Que más da, llamo a uno de los dos.
Pulso el 7º A:
- ¿Sí?- Suena la voz de una niña.
- Hola, perdona, me he confundido, quise llamar al 7º B.
- No pasa nada.
Botón erróneo. Llamo al otro.
-¿Sí?- Esta vez reconozco su voz.
- Hola, soy Marina. Vengo a por mi ropa, me la dejé aquí. ¿Subo?
- Claro.- el pitido de la puerta suena. Yo empujo y paso adentro. Cojo el ascensor .Llego a su puerta. Me paro frente a ella y llamo al timbre. Tarda unos 20 segundos en abrir
- Hola.- me dice con una sonrisa.Yo mantengo mi rostro serio.
-Hola.
-Sabía que vendrías a por la ropa. Te la he dejado sobre una bolsa en el sofá. Pasa a por ella.
- Ah, gracias.
Rodeo el sofá y me encuentro una bolsa con todas mis cosas. Las saco y me doy cuenta de que las ha lavado.
-Gracias por lavarlas.
-No hay por qué darlas. ¿Que llevas en esa bolsa?
- Ah, sí- le doy la bolsa- toma, es tu ropa.
- Te dije que te la podías quedar. Además, esta sudadera te encanta.
- No. Insisto en que te la quedes.- antes de que pueda replicarme, sigo hablando- Me tengo que ir ya. Dani me espera en casa.
- Eh, espera. ¿ No te puedes quedar un poco? Tómate algo antes de irte, sé que el trayecto es largo.
Me quedo pensativa mirando al suelo.
- Vale, acepto. Pero, ¿ me dejas usar el baño?
- Claro, ya sabes dónde está. ¿Qué quieres tomar?
- Coca Cola.
- Venga, siempre tomas lo mismo. ¿No quieres nada más?
- Si te refieres a bebidas alcohólicas, no gracias. No bebo.
- Vale.
Entro al baño y cierro la puerta. Saco el móvil del bolsillo y le envío un WhatsApp a Dani:
Tardaré un poco más porque David me ha dicho de tomar una Coca Cola. En cuanto  me la beba salgo pitando de aquí.
Pasan unos segundos. Dani contesta:
Vale, pero no tardes mucho.Y ten cuidado con él, ya sabes lo que dijo Josh.
Me vuelvo a guardar el móvil. Tiro de la cadena y me lavo las manos, simulando haber ido al servicio de verdad. Cuando salgo encuentro a Josh en la cocina con un vaso de Coca Cola y unos dulces pequeños.
- Prueba estos dulces. Sé que no pegan con la Coca Cola, pero están buenísimos y deberías probarlos.
Mientras dice eso, me he bebido más de la mitad de la Coca Cola. Pruebo un dulce y sí, están muy ricos.
- Veo que tenías sed...
- Sí. Ya sabes, ir en metro, la gente, el calor...- Me termino de beber lo que queda- Creo que ya es hora de marcharme.- Salgo de la cocina y pillo la bolsa. Como la otra vez, me encuentro a David justo en frente mía. Otra vez demasiado cerca.
- Tu quieres y yo quiero. ¿Dónde está el problema?
-¿ Que yo quiero? ¿Yo? ¿ El qué, si se puede saber?
- Me quieres a mi.
- No, te equivocas. No soy como las otras furcias.
- No, tu eres mejor.
- Ah, pues lo siento.
Intento quitármelo de encima, pero antes de poder reaccionar me coge del brazo y me empuja contra la pared. Mientras con un brazo me sujeta, con la otra mano me desabrocha la chaqueta. Yo le pego patadas en las piernas y puñetazos en el pecho con la mano que me queda libre, pero es como si no sintiera nada.
- ¿Que haces, gilipollas? ¡Suéltame, suéltame ya!
-¡No! ¡Cállate! Yo sé que tú también quieres...
-¡No quiero, gilipollas, asqueroso! ¡Déjame en paz!
David me ignora mientras me mete la mano bajo las camisetas y sube hacia arriba lentamente. Me empieza a besa el cuello subiendo hacia arriba con sus labios.
- ¿Que coño haces? ¡Suéltame ya, imbécil, gilipollas, puto, asqueroso!
- Deja de insultarme- Dice, y me besa tan fuerte que me hace daño en los labios. El brazo que me tiene sujeto arde de dolor. Noto que la mano que había metido bajo mi camiseta está en busca de mi sujetador. Le sigo pegando patadas y puñetazos, pero de nada sirven. Le pego un gran mordisco en el labio y además le escupo en la boca. Se aparta con un grito de dolor mientras el labio le sangra muchísimo. En ese momento salgo corriendo, abro la puerta y empiezo a bajar escaleras mientras le grito " No me sigas o llamaré a la policía, hijo de puta" Varios vecinos salen de sus casas, pero yo continúo bajando escaleras a toda prisa sin hacer caso a nadie. En el 4 piso me paro a respirar y miro hacia arriba. Nadie me sigue. Cojo el ascensor para recorrer lo que me queda. Una vez en la planta baja, me miro a un espejo enrome junto a la puerta de salida. Me limpio la sangre en los dientes y en los labios, me coloco bien las camisetas y me abrocho la  chaqueta de nuevo. Me seco las lágrimas con el puño y salgo a la calle. Mejor cojo un taxi, porque no aguantaría que la gente del metro me mire mientras lloro.

Durante el trayecto, la conductora, una señora de unos 45 años, no se atreve a preguntarme nada. Simplemente observa como lloro silenciosamente. Al llegar, le pago y me dice: "¿Estás bien?"
- Ahora sí. He llegado a casa y ahora estoy bien.
Salgo del taxi y voy hacia casa. Abro la puerta. La cara de Dani al verme las lágrimas y el pelo despeinado, le hacen pensar lo peor.
- ¡Marina!- Me coge de las manos y mi mira a los ojos- ¿Qué ha paso ahora? ¿Ha sido David?
David. Al oír su nombre las lágrimas se multiplican. Dani me abraza mientras me acaricia el pelo con cariño.
- A ver, a ver, cuéntamelo todo, por favor, para de llorar. Si no me lo cuentas será peor.
Tardo unos minutos en tranquilizarme. Se lo explico  despacio y paso a paso. Ella aún me sostiene las manos. A medida que voy terminando la historia, se sorprende más y más. Le enseño el brazo morado que tenía sostenido sobre la pared y la sangre seca en la mano de haberme limpiado en el espejo. Además, el asa de la bolsa con la ropa también está rojo. Dani vuelve a abrazarme y me jura que esto no ha terminado aquí y que sea como sea, David irá a la policía. Había pruebas suficientes.
- Ese hijo de puta no se va a quedar tan a gusto. Le voy a hacer la vida imposible. Se va a acordar de nuestros nombres.
Dani me dice que me duche y que me ponga el pijama. Ya saldríamos mañana, hoy era mejor quedarse en casa. Yo le hago caso y me doy una ducha con agua caliente. Ya he parado de llorar y me encuentro mejor. Observo mi moratón en el brazo y también varias marcas de uñas marcadas en colo rojo.
Cuando salgo de la ducha ya con el pijama puesto y relajada, veo que Dani ha tenido el detalle de prepararme la cena. Un bocadillo de tortilla con queso fundido. Sabe que es una de mis cenas favoritas. Las dos hablamos del tema con más calma. Termino de cenar y me revisa la herida del brazo. Me la desinfecta  y me explica que ha tenido cuidado y ha  guardado la bolsa de la ropa con la sangre, por si hace falta para la policía. Con eso y la herida ya son 2 pruebas.
- Dani, díselo a Josh.
- ¿Debería?
-¡Ni lo dudes! El nos advirtió y tiene que saberlo. Además, hasta nos ayudará con la denuncia.
Coge el móvil y llama a Josh. Los dos se tiran charlando un buen rato. Más o menos oigo todo lo que dicen.
"¿Mañana, dices?. No, mañana no. Voy a pasar el día con ella. Sí, le voy a enseñar los sitios que he visto con la beca. Ella quiere salir y verlos de una vez. Quedamos el domingo los tres y que te cuente. Sí...vale, sí, luego te lo digo por WhatsApp. Adiós"

El resto de la noche hasta acostarnos lo pasamos en el sofá hablando de la situación de nuevo. Ella me preguntaba cosas, detalles. Lo hacía con  miedo a que empezara a llorar, pero ya me había calmado hace un rato.
-Escucha, yo no le tengo miedo a David. Más bien, creo que con la última frase que le dije es él quien  me teme. Estaba tan nerviosa y tan mal porque me he sentido mal, sucia, humillada...
- Pero tu no debes sentirte así. Esto no ha sido tu culpa.
-Lo sé. Tranquila, ya se me ha pasado todo. Solo necesito dormir.
-¿ Mañana te enseño Londres? ¿ O mejor lo dejamos para otro día?
-¿ Qué? Si claro, ¡tengo unas ganas de ver Londres increíbles! ¡No puedo esperar a mañana!
Dani sonríe al verme mucho mejor que unas horas atrás. Me acompaña a la cama, me tapa con la manta y me da otro gran abrazo susurrándome "Buenas noches".



sábado, 22 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 4

-... y entonces me invitaron a tomar una Coca Cola...
-Espera, espera, espera.¿ De verdad eran de One Direction?
-¡Sí! Ni yo misma me lo creo aún.
David conduce hasta un restaurante, por lo que veo, bastante lejos de casa. Al contarle lo de Zayn y Harry se ha sorprendido mucho.
-Si te digo la verdad, no me gusta su música, en general, no me gusta el pop. Pero yo veo TXF desde que era pequeño y la verdad es que tienen mucho talento, se merecen llegar tan lejos como han hecho.
David con este comentario me acaba de mostrar su madurez y que es un tipo razonable y listo. Al contrario que otros, no me ha dicho que son maricones o que solo tienen mucha suerte. Quizás lo piensa, pero sabe que me gustan mucho y no les conviene insultarles.
Por fin llegamos. El restaurante es un bufét libre de comida española. David de lo ha currado, no creo que haya más de dos restaurantes españoles por aquí, por lo que le saldrá caro.
-Aquí es. Esto es lo más parecido a tu casa, supongo.
-  Solo falta el sol y el cielo azul- digo, mirando al cielo aún gris.
-Claro. ¿Pasamos?
La decoración era como entrar en una tienda de regalos para extranjeros allí en España. Banderas por las paredes, figuras de toreros famosos, trajes de gitana en maniquíes...
David y yo pillamos una bandeja y empezamos a servirnos. Yo me cojo un bocata de calamares, esos típicos de Madrid, y él se coge el plato estrella: la paella. Nos sentamos en una mesa cercanas a unas familias, si no me equivoco, adineradas.
-¿ Echas de menos España?
-No.
-Vaya, entonces no he acertado con el sitio...
-¡No!-le sonrío- me refiero a que, como comprenderás, no llevo ni una semana aquí, no me ha dado tiempo a echar de menos mi casa.
-Entonces...¿Te gusta el sitio?
-¡Claro! Además, este bocadillo está buenísimo.
- Lo mismo digo de la paella. Eh, una cosa, ¿ y si tu me haces paella? Venga, ¡tengo curiosidad!
- Es que no se cocinar paella, ¿ crees que todos los españoles sabemos cocinar paella?
- ¡No quise decir eso!- David parece nervioso y seguramente piensa que está metiendo la pata.
-¡ Ya lo se, tonto! ¡Jajajaja!- Yo me río y parece tranquilizarse.
Me pregunta miles de cosas de España. Le explico en qué ocasiones se lleva el vestido de gitana, cómo son las romerías y fiestas de ese tipo, en fin, le cuento como somos. Parece interesado, pero en realidad se nota que solo pregunta por tener conversación. Yo le contesto breve, no muy habladora. Harry y Zayn  me habían dejado sin habla.
Que idiota, por lo menos se interesa por mi. Ahora hablo mas, sonrío y le hago más caso. David lo nota y se pone contento. Los dos terminamos y David paga mientras yo voy al servicio. ¿Le saldrá muy caro? Creo que demasiado, este sitio es caro, se nota... Mejor le invito a un helado o algo así ahora después.
Me miro al espejo, me coloco mejor la falda y salgo de nuevo. Él está esperándome. Me agarro de su brazo y salimos a la calle. Vamos caminando hacia el coche cuando se pone a llover. Más y más fuerte. Corremos el corto trecho que nos queda hasta el coche, pero yo me escurro y caigo de espaldas en el suelo. David se da la vuelta y me recoge, preocupado.
-¿Estás bien?
- Bueno... se puede decir que sí- digo, mientras me levanto.
Nos metemos en el coche. David me da su chaqueta para abrigarme, ya que me ve temblando. Es para verme: Pelo mojado, maquillaje ( solo llevo rimel) por la cara, empapada... David también está mojado, por haber venido a por mí.
- Ya pasó todo- Dice él.
- Creo que me traes mala suerte. Cada vez que te veo me pego algún golpe...- digo, riéndome de la situación
-¡No digas eso!- Dice él, riéndose también.- Te voy a llevar a mi casa, te doy ropa y te tomas algo allí.
- Me gusta la idea- miro la hora, son las 15:45-pero para las 16:30 tengo que ir a casa.
- Todo bien. Mi casa no está muy lejos.
Me acomodo en el asiento y me tapo más con su chaqueta. Mientras me limpio un poco de rimel de la cara, observo las calles de Londres. Casas de estilo británico, tiendas pequeñas y acogedoras que con solo la fachada dan la bienvenida a entrar, cabinas telefónicas  de esas en las que todos tienen una foto, gente paseando bajo su paraguas... Un gran autobús rojo pasa por nuestro lado algo más deprisa que nosotros. Para algunas personas, estos días son tristes, apagados, días de quedarte en casa y aburrirte. Para mi también son así, pero hoy no tengo esa sensación. Mas bien, quiero salir de nuevo, andar bajo la lluvia sin paraguas y mojarme más aún. Quiero montarme en ese autobús rojo, pero en la parte superior y cantar One Thing, como los chicos. Pero estoy en un coche, rumbo de la casa de un chico que acabo de conocer, echa un desastre y con una sonrisa en la cara por el simple echo de vivir aquí.
-¿ Y esa sonrisa?- David interrumpe mis pensamientos.
- Nada, nada.
- No me lo quieres contar...
-¡ No es eso! Va, déjalo...¿ Cuanto falta?
-¿ Ves esos edificios de allí? Ahí es.
Salimos del coche y corremos a la entrada, eso sí, con más cuidado. El edificio tiene 9 plantas y él vive en la 7, por lo que cogemos el ascensor. Me doy cuenta de que yo llevo dos chaquetas y él solo una camiseta, además, de manga corta, por lo que le devuelvo la suya. Salimos de allí y espero a que abra su casa para entrar.
Su casa es un piso pequeño, pero bien repartido. Al entrar ves el salón, con muebles normales y modernos, pero no de mi estilo.Yo para mi casa quiero mucho color, y él tiene la suya en tonos blancos, grises y negros. Una puerta a la derecha da a la cocina, en la que hay lo justo: una lavadora, fregadero, vitrocerámica, horno y una ventana que da a un patio de la comunidad. Me enseña su habitación también. Espaciosa y bien ordenada.
- Me gusta tu casa, y veo que eres ordenado- Digo, mientras entro en su habitación. Voy a darme la vuelta para reunirme de nuevo con él cuando me lo encuentro justo en frente
- Sí, me gusta que cada cosa este en su sitio.- Dice, mientras se acerca a mi casa vez más. Agacho la cabeza y él, suavemente, me coge de la barbilla y me mira a los ojos.
- Tengo frío y aún estoy mojada. ¿ Me dejas ducharme y me prestas algo de ropa?
David se aparta. Ahora es él quien mira al suelo. Ha pillado la indirecta.
-Claro,ven, vamos a ver que hay en el armario.
Abre su armario y empieza a revolver ropa. Encuentra una sudadera gris con letras negras que dicen: " Vive ahora por lo que pueda pasar mañana"
-¡Me encanta! La frase tiene mucha razón...
- Te la regalo.
- No, no quise decir eso, solo que me gusta.
- Y yo he dicho que te la regalo. ¡Fin!
Miro la sudadera. Dudo un poco, pero al final sonrío y me la quedo. Me saca unos vaqueros y me indica en el baño dónde están las toallas, champú, gel...
- Muchas gracias, en serio.
- No hay de que.
Sale del baño y me quito los pantalones, dispuesta a ducharme. Me asomo un poco por la puerta y le veo en el pasillo diciendo " Mierda, que mal todo" mientras se dirige a la cocina. Vuelvo a cerrar la puerta despacio y me río.
El agua caliente con este frío sienta genial. Podría estar aquí todo el día, pero es hora de salir. Me enrollo en una toalla y me quedo pensativa de nuevo. Definitivamente, echo de menos el tiempo de España. Estamos a finales de Septiembre y parece que estamos en Enero.
Me pongo la sudadera y me miro al espejo. Me queda genial, aunque estaría mejor si tuviera colores más vivos. Me pongo los vaqueros y descubro que me están grandes.
- David... tengo dos problemas.
- Dime- Me mira y se ríe- A ver si adivino, ¿ los vaqueros te están grandes?
- Puede...- digo, mientras le muestro mis pies totalmente tapados y ando hacia él con torpeza.
-¿ Y el otro problema?
- Necesito un secador.
- Lo siento, no tengo. Espero que no te resfríes.
Me da unos vaqueros que le están pequeños a él, pero a mi me están mejor.
- Te los puedes quedar también, total, ya no me sirven
-¡ Bien, ropa gratis!- digo riéndome, mientras me voy al salón y me siento en el sofá. Observo que ha hecho palomitas y me apodero del cuenco.
-¡ Has hecho palomitas! Mmm... que calentitas están...- digo mientras abrazo el cuenco.
- Estás loca
-¡No! Solo contenta, bien.
-¿Ah sí? ¿ De estar aquí?
Se sienta junto a mi y otra vez, se acerca. Demasiado. Pasa su brazo por detrás de mi cabeza y con el otro me abraza. Más incómoda no puede ser esta situación. Joder, que no me gusta David. Ahora mismo solo quiero volver a casa con Dani. Me vuelve a levantar la barbilla y se queda a milímetros de mis labios, apunto de besarme. Se acabó.
- David...
-¿Qué?- se aparta un poco
- No.
-¿ No?
- No...
Se aparta del todo. Esta vez, hasta me atrevo a decir que en su mirada hay odio. Dejo el cuenco en la mesa y me levanto.
- Son las cuatro y media. De aquí a mi casa hay un buen rato, así que me voy a ir ya.
-Te llevo.
- No, no hace falta.- Le sonrío para tranquilizarle y me dirijo a por mi bolso.
- Quiero llevarte.- Me persigue a donde vaya.
- No, en serio, no hace falta...- Voy a la puerta y cuando estoy a punto de abrirla, me coge del brazo diciendo "espera, voy a buscar las llaves del coche", pero me empuja hacia atrás, haciéndome daño.
-¡Ah! ¡Me ha dolido!
Su mirada de odio se desvanece y parece volver a ser normal.
- Lo siento...
- Me voy sola. Por favor.
Me suelta el brazo y salgo por la puerta diciendo "adiós" sin mirarle a la cara. Cojo el ascensor y una vez dentro, respiro profundamente. Por fin estoy lejos de él.


Pago al hombre del taxi y salgo. Abro la puerta de casa y me encuentro a Dani y a Josh en la cocina tomando algo y charlando. Me ven con el pelo mojado, la cara de enfadada y la ropa nueva  de tío. Vienen hacia mi .
- Marina, ¿ que te ha pasado? ¿ Y tu ropa?
- ¿Estás bien?  ¿ Y el pelo, te ha pillado la lluvia?- Josh también parece preocupado
- Sí, pero no. Esperad que me seque el pelo con el secador y ya os cuento.
Me seco el pelo y además, me paso la plancha. Al tener el pelo casi liso solo tardo 5 minutos. Dani y Josh se sientan conmigo en el sofá y les cuento.
-... entonces me ha llevado a su casa, me he duchado allí y me ha dejado esta ropa. Me ha hecho unas palomitas y cuando estábamos en el sofá ha intentado besarme otra vez...
- Es que lo sabía- interrumpe Josh.
-¿ El qué sabías?
- Conozco a David desde hace 3 años. Es un amigo genial, pero joder, sé como es y que solo te quiere para que seas un rollo y no volver a llamarte más.
- Lo suponía.
- Cuando me dijo que iba a invitarte a salir sabía que tú no te ibas a dejar. Se te ve una chica lista.
- Ha sido agobiante. Josh. No quiero volver a verle, al menos en un tiempo. Cuando iba a irme, ha insistido en llevarme a casa, hasta el punto de tirarme del brazo y hacerme daño.
- ¡Joder! No veía a David de esta manera...- Exclama Dani.
- Siento que hayas pasado tan mal rato.
- Josh, que sea tu amigo no significa que sea culpa tuya.
- Siempre hace lo mismo. Conoce a una chica guapa, la invita a un restaurante increíble, de alguna manera acaban en su casa y la mayoría acaban con él en la cama y al día siguiente, cuando queda conmigo, veo como ignora las llamadas de las pobres chicas. Pero repito, yo sabía que tu eres lista.
- Solo de pensar que tengo que ir a por mi ropa y verle otra vez...
- Es verdad, mi falda, tu camiseta, tu chaqueta...- Dani también se da cuenta.
- Si quieres te lo traigo yo todo- Propone Josh.
- No. Si vas tú, pensará que me he asustado de él, que le tengo miedo. Voy a ir allí, voy a coger mi ropa y punto y final.
- Vaya, aparte de lista, valiente.
- Sí, tengo una amiga diez- Dani me abraza.
- ¿Cuándo vas a ir?
- Cuanto antes mejor, así que mañana.
- Bueno chicas, son las 19: 10. La cuidadora de mi madre se habrá ido ya, así que voy para casa.
- Vale Josh. Gracias por la información.
Los dos reímos y Josh se levanta del sofá. Dani le acompaña a la puerta.
- Adiós Josh- Los dos se abrazan.
Él camina mientras Dani le mira. Cuando creo que no pueden ser más monos, se da la vuelta, vuelve y besa a Dani.
- Tu no eres ningún rollo. Para nada. Ahora sí, adiós.
Ella saca una sonrisa enorme y con cara de gilipollas enamorada, le dice adiós. Cierra la puerta y corro hacia ella, a ver si sigue consciente.
-¿ Lo has visto? ¿ Lo has visto? Marina, me va a dar algo. En serio, ¿ lo has visto?
- No estoy ciega, ¿sabes? Sí, le he visto y oído. No le dejes escapar, porque es un amor de persona.
-¿ Tu te crees que soy tan gilipollas como para dejarle ir?
- A ver, gilipollas eres, eso ya lo sabía.- le digo, riéndome.
Salgo corriendo para que no me alcance. Me coge y me empuja al sofá, tirándose encima mía. Por mucho que le grito no me hace caso y sigo intentando escapar de sus brazos. Entonces, se me ocurre gritar: "Hemos conocido a Zayn y a Harry". Me suelta, las dos empezamos a gritar, siendo directioners en estado puro, y empezamos a hablar sobre ellos, alteradas, gesticulando mucho y hasta sudando de la emoción.


jueves, 20 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 3

Mi despertador suena. Me levanto de la cama rascándome los ojos, que aún ven borrosos. Me dirijo a la cocina y preparo unas tostadas, dos vasos de zumo, mantequilla, mermelada... Pongo la canción favorita de Dani "More than this". En seguida el sonido inunda la casa. Mientras coloco los platos en la mesa, Dani aparece cantando:
-I never had the words to say, but now Im asking you to stay...
- Vaya, con los ojos aún pegados y ya cantando.
-Sí, One Direction me puede.
- Yo soy buena amiga y te he preparado el desayuno, no como tú...
-¡Aaaaaiii!-Dani pega un grito de felicidad y me abraza. Se sienta en la mesa.
-¿ Qué te vas a poner? Después quedas con Josh...
- He pensado en ponerme la camiseta blanca, esa ajustada de tirantes, con la falda roja y los tacones rojos, esos que no son muy altos...
- La falda negra te queda mejor, con los mismo tacones, pero los negros.
- Sí, es verdad.
- Bueno, ¿ y yo que me pongo?
-¿ Vas a salir?
- Mira...
Le enseño los mensajes y Dani grita más emocionada que yo. Me lleva a su cuarto y me saca una falda vaquera de vuelo, una camiseta de manga al codo blanca y me trae de mi cuarto mis tacones blancos y mi bolso del color de la falda.
- Así estarás ideal.
- No me quiero arreglar tanto...
- Luego la tonta soy yo
- Vale, cállate ya, voy a probármelo
Me voy a mi cuarto y me desnudo ante el espejo. Me pongo la ropa. Es cierto, me queda genial. Solo hay un problema...
-¡Daaaaaaaaaani!
-¿Quéeeee?- Aparece por la puerta y me mira-¡Estás guapísima!
- No. ¡Mira que tetas!
-¿ Eso es un problema?
- Sí, esta camiseta me hace muchas, además de las que tengo.
- Espera...
Viene con una chaqueta vaquera.
- Esto te disimula.
- Ponte tu ropa, ¡Venga!
Se pone la falda negra. Le queda genial, le queda muy, muy bien. Esa falda fue un regalo de su hermano y desde la primera vez que se la puso vimos que con ella triunfaría.
- Tan bien como siempre, ¿ verdad?
- Sí, ya sabes, ¡falda de ocasiones especiales! ¡ Le vas a enamorar!
- Me conformo con gustarle
- Dani, le gustas. Mucho.
Sonríe y mira al suelo. Intenta cambiar de tema:
-Llego tarde. Los de la beca me esperan. Vengo para las dos, ya sabes, él viene aquí a por mi.
- ¡Vale! David me recoge a las 2 y media.
Veo como coge el bolso, abre la puerta y mira a la calle pensativa. Súbitamente, cierra la puerta y tira el bolso al sofá.
- ¡Dani! ¿ Que haces?
- No puedo. No voy a ir. No estoy preparada. No lo veo claro
- ¿ Preparada para qué? Solo vais a comer, no sois novios, no tiene por qué significar nada. Escuchame Dani, no es la primera vez que te pasa esto y se que todo lo que pasa por tu cabeza son pensamientos malos, pero eso es por que Josh te gusta. Mucho. Así que por favor, sal a la calle y después ve a comer con tu amigo que después puede ser algo más, pero ahora solo es amigo.
Dani deja de mirar al suelo y de repente me mira a los ojos.
- Pero...
-¿ Pero qué?
Permanece callada. Me abraza.
- Gracias, en serio. Va a salir bien, le voy a gustar.
- Dani, le gustas. Coge tu bolso y sal a la calle. Júrame que no te vas a echar atrás.
- Lo juro.
Y por fin, Dani se va. Pobrecilla, entiendo esa inseguridad. Yo también la tengo, pero no tan a lo grande.
Ahora me tengo que poner a escribir. Al igual que ayer, me preparo el ordenador, una Coca Cola y música.
Empiezo a leer lo que llevaba anteriormente, tomo un trago y comienzo a escribir.

Es extraño, pero llevo una hora y no he avanzado nada. Sigo atascada en el mismo sitio. Será que hoy tengo menos ganas de escribir o lo que sea. Me preocupa Dani y además, David se interesa por mi. Pero él no me gusta, esa es la diferencia.
Son las 11:30. Creo que lo mejor es salir a la calle. Darme una vuelta. Tomarme un helado, pasear. Tengo tiempo de sobra para llegar a casa y ponerme la ropa que me ha dado Dani.
Me pongo mis pantalones cortos de color verde, mi sudadera azul cielo y mis Converse grises. Adoro todas mis sudaderas. Las tengo que muchas marcas y colores fuertes y vivos. Creo que voy a plancharme el pelo. Así se me quitarán las ondas que tengo que moverme de noche.
Ya con mi pelo liso estoy lista. Salgo a la calle. Se ve una carretera casi siempre con coches, después una plaza con varias tiendas. No se ni dónde ir, el caso es dar un vuelta. El cielo está nublado. Echo de menos el cielo azul y los días soleados de España. Creo que es lo único que le falta a Londres. Cruzo la carretera y veo una cafetería. Entro y me pido un batido de fresa natural. Me lo sirven con nata y sirope de fresa. Está buenísimo, la verdad. Acabamos de llegar y ya tenemos un grupo de amigos para salir y por la parte de Dani, un casi novio. Acabarán juntos, se ve venir.
La cafetería tiene una decoración genial, con fotos de la antigua Londres y la barra del bar haciendo la forma de un tren antiguo. Este sitio parece ser caro. ¿ Me cobrarán mucho por el batido?
Está casi vacío. Hay un camarero entrado en años, unas chicas con varias carpetas ( la universidad está cerca de aquí) y al fondo unos chicos charlando. Creo que miraré como es el resto del barrio, al menos hasta que me canse de andar. Pido la cuenta del batido. No ha resultado tan caro como esperaba. Iré al servicio antes de pasear.
Recorro la cafetería hasta llegar a unas puertas de madera detrás de los chicos que dije antes. Conforme me voy acercando me fijo en ellos.
Espera, espera, espera. Un momento. Que se pare el tiempo, que se pare mi vida, que deje todo el mundo de respirar, que se callen todos, que paren coches, trenes, barcos, que deje de girar el mundo, que todo se esté quieto. ¿ Me estoy volviendo loca? De mis ojos van a caer lágrimas como sea verdad lo que estoy viendo.
¿ESOS CHICOS DE AHÍ SON ZAYN MALIK Y HARRY STYLES?
Estoy loca. Se parecen y punto. Solo eso. Sigue andando. Entra en los servicios, venga. Se parecían mucho. Demasiados.¡Eran ellos, no estoy loca! ¿ Que hago aquí en el servicio? ¡Tienes la oportunidad de una foto, de un autógrafo! ¿ Y si se han ido? Madre mía...
Salgo del servicio. Harry y Zayn siguen ahí. Respiro hondo y me acerco a ellos. Contrólate, no te comportes como una fan loca.
-Hola...
-¡Hola! - Dicen ellos, alegres.
Parezco idiota, haz el favor de controlarte.
- Soy muy fan vuestra y solo quería pediros una foto.
-¡Claro!- Los chicos se levantan para posar en la foto. Yo les sonrío mientras saco el móvil. Me dirijo al camarero medio dormido en la barra.
-Hola, ¿ me puede hacer un favor? Me gustaría hacerme una foto con estos chicos, solo tiene que pulsar este botón...
-Claro, por supuesto.
Me coloco entre Zayn y Harry. Los tres, sonrientes, esperamos a que el hombre nos tome la foto.
- Muchas gracias chicos. ¡Os vi en vuestro 1º concierto en España! Fue increíble, en serio.
-Entonces, ¿ eres española?- Pregunta Harry
- Sí, tan solo llevo en Londres unos días.
-¿ Te gusta?- Pregunta Zayn
-¡Por supuesto! Siempre quise vivir aquí, esto es como un sueño-
-Sí, este es un gran sitio.
Estoy incómoda. Quizás tienen que irse o algo. Estoy hablando mucho. Me voy, será mejor dejarles ya en paz.
- Bueno chicos, gracias por la foto, de verdad.
-¡No hay de que!- Exclaman ambos
-¿ A ver la foto?- Pregunta Zayn
-¡Claro!- Saco el móvil, me voy a "fotos" y les muestro la pantalla.
-¡Estamos genial!- Harry parece contento.
- En fin, ya me voy. Gracias de nuevo. ¡Adiós!
-¡Adiós!- Dicen al unísono
-¡Disfruta Londres!- Me dice Harry mientras salgo por la puerta.
-¡Lo haré!
Camino a través de la plaza. Solo quiero llegar a casa y pegar el grito que llevo dentro y necesita salir. Tengo una foto con Harry y Zayn. Ojalá Dani estuviera aquí.
Entonces oigo unos gritos:
-¡Eh! ¡Chica!
Me giro. Son ellos de nuevo. Se refieren a mi. Zayn habla:
-¡Decidme!
-¿Cómo te llamas? No nos lo has dicho
-Marina
- ¿ Tienes prisa? Si quieres, te invitamos a tomar algo
Si con lo de la foto ya quería gritar, con esto estoy a punto de morir.
-¡Claro!- Digo, mientras atravieso de nuevo la plaza. Miro la hora: las una menos cuarto. A las dos llegaría a casa y me vestiría para irme con David.
Entramos en la cafetería de nuevo.
-¿ Qué quieres tomar?- Me pregunta Harry
- Una Coca Cola
-Que sean dos.
- Que sean tres.- Indica Harry al camarero
El camarero, ya algo más despierto, nos trae las Coca Colas y nos vamos a la mesa dónde estaban antes.
-Así que, ¿ tu fuiste a nuestro 1º concierto en España?
- Sí. 16 años, con mi mejor amiga Danielle, Dani, mejor dicho. Nos pusimos casi en primera fila y fue increíble. Somos vuestras fans desde los 13 años y tengo 18, ella 19.
-¡Vaya! Seguramente seas de las pocas fans que duran tantos años queriéndonos. - Cuenta Zayn
-¿ Pocas? En twitter hay muchísimas. Que entren nuevas fans no significan que las de siempre se vayan.
- Sabia frase- Harry me sonríe. Su sonrisa. Sus ojos. Ver todo esto justo en frente tuya es mil veces mejor que en un video de You Tube.
- Nuestros tres conciertos en españa han sido geniales, pero sin duda el 1º fue el más sorprendente- Cuenta Zayn
-Tienes razón.
-¿ Por qué el primero?
- Los tres fueron igual de buenos, pero lo que nos pasó en el 1º, nos pasó en los otros dos y entonces ya no eran tan especial como la primera vez. Todas las fans que nos veían por la calle nos regalaban cosas típicas de España. A mi una fan me regaló unas castañuelas.
-¿ Recuerdas la fan que le trajo a Niall un plato de paella?- Harry y Zayn ríen como locos- Fue muy divertido porque después acabó por los suelos gracias a los empujones.
- Y otra fan le trajo a Niall tortilla de patatas
-¿ Todas las fans le regalaban a Niall comida?- Los tres empezamos a reír. El ambiente está más calmado, mis nervios se están esfumando.
- Pues sí. Pero también recibimos abanicos, muñecos nuestros vestidos de torero... Era todo tan guai...
-¡ Cuéntale lo de la fan del vestido de gitana!- Exclama Harry de repente
- ¡Ah, si! íbamos por las calles de Madrid, a casi cuarenta grados y se nos acerca una fan vestida con el traje de gitana- Zayn lo dice de una forma rara- ¿Se dice así?
-¡Jajajajaja!- Yo me río de su divertido acento
-¡Eh! No te rías.- Dice, mientras él también lo hace- El caso es que la chica nos dio pena porque estaba pasando mucha calor y además encima del traje llevaba una de nuestras camisetas oficiales.
-Tengo fotos en el móvil, espera que las busco-Dice Harry.
-¡Pobre chica! Estoy segura de que no le importó el calor que hacía en ese momento.
-Seguro. No lo digo porque seas de allí, pero las fans Españolas son las que mejor nos trataron. No nos aburrimos ni un instante.
-¡Aquí está!- Harry nos enseña la foto. Los tres soltamos unas carcajadas mientras nos terminamos las Coca Colas.
-¿Tuviste la oportunidad de vernos cara a cara?- Preguta Harry
-Sí, pero no muy bien. Estaba tras unas vallas y había seguridad vigilando. Tuve la oportunidad de darle la mano a Niall y entregarle una carta. Ahora me sigue porque puse mi cuenta de Twitter.
-Dínosla y te seguimos- Dicen, sacando su móvil.
-¡Claro! Apuntad: @MarinaGijón1D
- Seguida.
-Igual.
Me lo estaba pasando genial y estaba siendo yo misma, cosa que me sorprendía. Parecíamos 3 mejores amigos.
- ¿ Y los demás?
- Están en nuestra casa de aquí en Londres. Intentamos que nadie sepa la dirección pero muchas fans Londinenses ya la saben. Nosotros queríamos salir a despejarnos un poco.- Explica Zayn
- Por cierto, ¿ qué hacéis tu y tu amiga aquí , estudiar?
- No, mirad: Yo estoy preparándome en ser escritora. Gané un importante concurso y me propusieron venirme aquí y escribir mi 1º libro para una editorial londinense. A Dani le dieron una beca y las dos hemos alquilado aquella casa de allí- señalo por la ventana- Dani ahora está con sus compañeros de la beca. Visitan sitios y tal.
- A si que...¡tenemos una amiga escritora!- Dice Zayn, sonriendo. Sus ojos oscuros, sus pestañas, sus mechas rubias. Definitivamente, la perfección solo existe en los chicos de One Direction.
- Aún no lo soy- Esbozo una sonrisa. Miro a la pared de en frente con un reloj que indican las dos menos cinco.- Dani llega a las dos. Voy a llamarla para que venga y os conozca.
- ¡Genial!
Pillo el móvil:
 -¿Sí?
- Dani, cuando vengas a casa, ve a la cafetería que hay justo en frente.
- ¿La que hay atravesando la plaza, de estilo antiguo?
- Sí, esa.
- Josh me estará esperando.
- Pues le dices que venga, total, es cruzar la plaza. Lo importante es que estés aquí.
- Estoy perdida. ¿ Me explicar por qué?
- No, es una sorpresa.
- Vale, estoy llegando, te cuelgo.
Llamada finalizada.
-Dice que ya viene. Vendrá con Josh, un amigo.
-¿ Amigo?- Pregunta Harry, con una sonrisa pícara
- Por poco tiempo- Contesto, con la misma sonrisa.
- Vale, pero cuando la conozcamos nos vamos, tenemos que ir al estudio ya.
- No creo que tarde mucho. Mira- señalo por la ventana- Es ella.
-¡Qué pelo más rizado y largo! Exclama Harry.
- Un momento... Tu amiga se llama Danielle, como la novia de Liam, y su " amigo"- hace el gesto de las comillas con los dedos- Josh, como el batería. ¿ Casualidad?
- Sí, también me había dado cuenta- digo, mientras voy en busca de Dani.
Recorro los pocos metros que me separan de ellos y la abrazo. Le cojo del brazo y Josh nos sigue extrañado hasta la cafetería. Entramos y la suelto, dejándola frente a ellos. Dani abre los ojos y la boca, como si no viera bien o como si le faltara el aire. Me mira, mira a Zayn, me mira, mira a Harry. Por un momento creí que iba a gritar o a desmayarse.
- 7 años esperando este momento. Han merecido la pena.- Dice, y acto seguido, les abraza. Zayn y Harry la rodean con los brazos cariñosamente mientras me miran y sonríen, viendo lo feliz que está Dani. Se me ocurre la idea de hacerles una foto. Harry y Zayn sonríen a la cámara mientras ella sigue abrazándoles.
- Soy Dani, aunque me imagino que Marina ya os lo habrá dicho. Desde los 13 años queriendo un abrazo vuestro. Bueno, faltan los demás.
-¡Pues doble abrazo, por los que faltan!- Exclama Harry mientras se vuelven a abrazar.
- Un momento, ¿ vosotros sois de One Direction?- Pregunta sorprendido Josh
- Así es- Se dan un apretón de manos.
- No me considero fan, pero me gusta vuestra música, de verdad.
- ¿ Le gusta One Direction?- Me susurra Dani, definitivamente enamorada de Josh.
- Harry, mira que hora es. Los otros nos matan como no vallamos ya.
- Hey, no es justo, Marina lleva mucho tiempo con vosotros. ¡Exijo mi tiempo para conoceros!
Todos reímos, pero, desgraciadamente, se tienen que ir. No sin antes seguir a Dani por twitter y hacerse otra foto con ella.
- Espero veros otro día, sois muy majos- Les dice Dani
- Y vosotros sois geniales. Una pena que nos tengamos que ir, pero ya llegamos muy tarde.
-¡Adiós, encantados de conoceros!- Harry y Zayn se alejan casi corriendo por la plaza. Miro el reloj: las 2 y cuarto. Dani y Josh se van y yo llego a casa y empiezo a vestirme rápidamente. No eran ellos los únicos que llegaban tarde.
Falda y chaqueta vaquera, camiseta y tacones blancos. Ah, y el bolso. Me miro en el espejo y me cepillo el pelo, que sigue liso sin problemas. Llaves, móvil, dinero... Todo está bien. Son las 2 y media. Estoy en el salón, esperando a que David toque el timbre. Ahora sí. Ahora es el momento.
- AAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRGGGGGGGGGGGGG, HE CONOCIDO A ZAYN MALIK Y A HARRY STYLES. AAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRGGGGG.
Respiro profundamente. El timbre suena y abro la puerta.
- Hola David.
- Hola. Eh...¿ estás bien?
- Mejor que nunca en la vida, ¿por?
- He oído un grito muy grande.
- Vamos, te cuento por el camino.
Y ahora, mucho más relajada pero igual de eufórica, voy a contarle a David lo que me acaba de pasar.  Seguramente sea un chico más a los que les hablas de One Direction y te etiquetan como una " pava, loca y gritona". Pero me da igual, necesito contarle esto a alguien.


martes, 18 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 2

Entramos en el bar. No está muy lleno, pero tampoco vacío.Dani, ilusionada, busca a Josh de puntillas y levantando la cabeza entre la gente
- ¡Dani! ¡Aquí!
Vemos a Josh en una mesa redonda con gente alrededor. Dani me coge de la mano y se apresura hasta llegar.
-¡Josh!- Se dan dos besos- Estás muy guapo- dice con una sonrisita.
- Y tú, Dani ¿ Tienes el pelo más rizado? Adoro tu pelo, ya lo sabes
- ¡Jajaja! Está como siempre...-Dani no sabe que decir, por lo que se da la vuelta y me busca- Aquí está Marina, ¿ nos presentas?
- Claro. Chicas, estas son Marina y Danielle. Dani, para los amigos- Josh nos mira- Y estas son Johanna, Melissa y David.
-Llamadme Jo- Dice una chica de pelo moreno y ondulado, ojos verdes intensos y piel blanca
- Y a mi Mel- Dice la otra, de pelo rubio, larguísimo, ojos azules muy claros y piel aún más blanca
El chico ( David) y yo nos miramos. Él se acerca y mi cabeza me trae una imagen: esa misma tarde, en el centro comercial, el golpe, mi nariz sangrando... Sí, es el chico preocupado que casi se queda sin móvil
-¡Marina! ¿ Y ese moratón? ¿ Qué te ha pasado?- Pregunta Josh en ese momento.
Yo miro a David y sonreímos.
- La culpa es mía, Josh...- aclara él.
Dani, David y yo le explicamos a los demás lo que pasó. Hablamos más cosas, la mayoría tonterías, nos reímos y en fin, lo que se suele hacer
-¿ Pago y nos vamos a mi casa? ¡Por ser hoy, invito yo!- Dice Mel. Todos aceptamos.
Su casa no está muy lejos, así que decidimos ir andando. David y yo hablamos mucho, será por la casualidad de habernos encontrado de nuevo. Llegamos a la casa de Mel. Se ve que tiene bastante dinero gracias a sus padres y a una importante empresa Londinense. Decorada muy a mi estilo: colores contrastados, cuadros de sitios importantes de Londres por la pared... todo ordenado y bien distribuido, una casa perfecta y además, grande.
- Os voy a preparar algo- Dice Mel
-Yo te ayudo- Dice Jo, levantándose
Mientras Josh, David, Dani y yo hablamos, las otras dos chicas preparan algo para tomar en la cocina...

- No la soporto. Me ha caído mal desde que ha llegado- Cuenta Jo, sacando unos vasos de un mueble.
- Pues a mi me parecen majas las dos
- ¿ No la has visto? Todo el rato tocándose la cabeza y suspirando como si dijera " sacadme de aquí, no os aguanto"
- Yo creo que aún le dolía el golpe, si te fijas, el moratón es grande...
- Y encima no para de hablar con David. ¡Encima!
- Tu estás celosa...¡Tú estás muy celosa!
- No, Mel, es que si viene, tiene que ser de buen rollo...
-Jo, estás celosa, madura y reconócelo
- Anda cállate, coge ese vaso y vamos con ellos...

Son las 2 de la mañana. Dani tiene que madrugar y yo tengo que escribir, así que nos despedimos de todos. Mel, David y Josh me dan su WhatsApp. Jo dice que no le funciona el móvil.
- Ha estado bien, tenemos que quedar otra vez, las dos sois muy majas- Me dice Mel
- Sí, me lo he pasado bien, por cierto, me encanta tu casa, yo la hubiera decorado igual
- ¡Muchas gracias! ¿ A ti también te va esto de los cuadros por todos lados?
- Sí, es muy de mi estilo...
- Marina, ¿ nos vamos?- Dani me llama. Le doy dos besos a Mel y otros dos a David.
- Pues... Lo siento otra vez.
- ¡No pasa nada! ¿ Ves? ya estoy bien. Voy a buscar a Jo para despedirme de ella.
- Está por la parte de atrás, creo.
Rodeo la casa y me encuentro a Jo hablando por teléfono. ¿ No decía que estaba roto?
- Oye, tengo que colgar... Sí, mañana te llamo. Vale. Adiós.- Cuelga y me mira, esperando a que le hable.
- Solo venía a despedirme- Cambia su cara de desprecio por una sonrisa falsa. Me da dos besos. Decido no decirle nada del móvil.
-Espero que volvamos a quedar, lo he pasado bien.
- Y yo, ¡hasta la próxima!
Vuelvo a la entrada y me encuentro a Dani muy cerca de Josh. Me escondo para que terminen su escena romántica en plan película americana y aparecer un poco después. Sin embargo, veo que Dani sonríe, se separa y deja a Josh con las ganas del beso.
-¿ Marina? ¿ Dónde estás?- Hago como si acabara de aparecer.- Vamos, Josh dice que nos lleva.
 Llegamos a casa. Nos despedimos de él y entramos. Lo primero que hago es ver como tengo la cara. El moratón se ha rebajado mucho y estoy mejor. Me pongo una camiseta, me hago un moño y me lavo los dientes. Dani hace lo mismo y se sienta en el sofá junto a mí mientras miramos la tele.
- Dani, eres tonta.
- Y tú padeces retraso mental, pero no te digo nada- Las dos nos reímos. Yo le pego con un cojín en la cara.
-¿ Por qué soy tonta, a ver?
- Por que Josh quería ese beso.
- ¿ Estabas ahí?
-Sí. No quería aparecer para no interrumpiros. ¿ Por qué no se lo has dado? Él quería. Él quiere desde que te vio por primera vez.
- No se por qué no se lo he dado, sinceramente. Me he echado atrás, no lo he visto claro. Solo nos conocemos desde hace tres días, no me parecía bien...
- No me sirve esa explicación. ¡Es solo un beso!
- Pero hubiera sido más adecuado en una cita, ya sabes, solos, entonces sí me hubiera lanzado.
- Te entiendo un poco... Queda con él.
- ¿ Yo? ¿Que dices? Ni de coña, paso.- Aquí está la Dani insegura.
- ¿Te gusta?
- Bueno...
- Llevas hablándole por WhatsApp desde que os conocisteis.
- Vale, sí, me gusta.
- ¡Pues venga! Un simple mensaje, es muy sencillo.
-¡No!
-¡Gilipollas!
El móvil de Dani suena. Un mensaje de WhatsApp
- Me parece que no hace falta que le escribas nada...
- Que fuerte
- No es para tanto, se veía venir.¿A qué esperas? ¡Ábrelo!
Hola, ¿ lo habéis pasado bien? ¿ Cómo está Marina? Espero que mejor. Había pensando que mañana podríamos quedar tu y yo. Conozco un restaurante sencillo pero muy acogedor y con buenos platos. ¿ Aceptas?
Dani me mira. Abre los ojos mucho, se muerde las uñas y se tira de espalda al sofá, apunto de aplastarme a mi. Le quito el móvil y leo el mensaje.
-Como eres tonta, no vas a aceptar...
-¿ Cómo? ¿ Qué has dicho?- Me dice mientras contesta a la velocidad de la luz:
¡Claro que sí! ¿A que hora y dónde?
A las dos me paso a por ti. Ponte guapa, como siempre. Y ni se te ocurra plancharte el pelo. Adoro tus rizos, ya lo sabes. 
Dani ya tenía pillada la hora de comer y la mañana. Así que tendría más tiempo para escribir. Por la tarde, ya se vería que hacíamos.
Mientras que Dani sigue en su momento de euforia, yo me doy cuenta de una cosa: No me gusta la casa. No me refiero a la casa en sí, si no a su decoración. No me van para nada los muebles de estilo antiguo. Es más, mi casa perfecta siempre me la he imaginado con muebles muy modernos.
- Dani, escúchame.
-¿Qué?
-No me gusta la decoración de la casa.
Se incorpora en el sofá. Mira alrededor suya y dice que no con la cabeza.
- A mi tampoco. Estos muebles son feos.
-Tengo una idea. Aunque no podamos quitar los muebles, podemos comprar en el centro comercial cosas que den color a la casa y que después nos podamos llevar a España, ya sabes, cortinas, algún cuadro, figuras...
- Sí, te entiendo. Pero no nos podemos pasar con el dinero, ya sabes...
- Aquí nos queda mucho tiempo aún. Vamos poco a poco. Mañana visualizamos, compramos algunas cosas y volvemos otro día.
- Sí, pero yo ahora me voy a la cama. Tengo sueño.
- ¡Buenas noches!- le doy un beso- ¡Que sueñes con Josh!
- Sabes que yo siempre sueño con Zayn Malik...
- ¡Hoy puede ser la excepción!
Sí, Dani y yo somos directioners. Conozco a pocas directioners que hayan llegado a nuestra edad con la pasión que tenemos nosotras. Aún tenemos ilusión por las nuevas canciones, proyectos, discos... Solo he estado en un concierto de ellos. Su primera vez en España. Madrid. Yo, vestida con un polo rojo ( por el vestuario de Niall) Unos tirantes ( por el vestuario de Louis) y un cartel enorme con frases como: "Vas happening? I hate spoons! Niall, take me to Nando`s..." Dani, con una chaqueta casi igual que la de Zayn y una enorme pajarita que se iluminaba en el cuello ( por las numerosas pajaritas del vestuario de Harry). También llevaba un cartel enorme con casi las mismas frases. Las dos lo pasamos genial. Teníamos 16 años, su padre nos llevó al concierto y nos dejó allí, pasándose a por nosotras al final. Aún me vienen lágrimas a los ojos cuando Niall me dio la mano. Yo le entregué una carta ( en la que por supuesto, puse mi twitter para que me siguiera) y él la leyó y lo hizo. Todos esos gritos, esas emociones, esas lágrimas...Aún las vivimos. Aún llamo a Dani "Mrs Malik". Mucha gente nos llama "pavas", muchos chicos se han alejado de nosotras, pero nos daba igual. Amamos a One Direction.
Mi móvil suena e interrumpe mis pensamientos. Es David:
Quizás te parezca pesado, pero...¿ cómo estás? Me has caído genial. ¿ Tienes algo que hacer mañana? Podemos quedar para comer... Si quieres, elige el sitio.
Esto si que no me lo esperaba... Yo con David no he tenido ningún tipo de acercamiento ni nada. No es que no me guste. Es muy guapo, hasta más que Josh, pero no me lo esperaba. Voy a decir que sí. Total, ¿ tengo algo que perder?
Me gusta la idea. ¿Te parece bien a las dos y media? El sitio no me importa, tú conoces Londres, tú eliges. 
Vale, a las dos y media me paso a por ti. ¡Buenas noches!
Sí, David es muy guapo. Ojos verdes, pelo castaño, parecido al mío, piel blanca, pero no tanto como la de Josh, más bien...tostada. El caso es que no me había fijado, pero lo es y mucho. No, no me gusta, ni he tenido un flechazo como el de Dani, pero...creo que lo voy a pasar bien.