sábado, 29 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 7

Abrir los ojos, pestañear varias veces y bostezar. Son señales que indican una nueva mañana. Por la ventana asoma un cielo gris casi blanco. Además, hace muchísimo frío. Al pensar eso me levanto medio mareada y me tapo hasta arriba con la manta. Mucho mejor.
Hoy hago una semana en Londres. Me considero una persona muy soñadora y me creo muchas historias en la cabeza, pero nunca llegué a imaginarme que iban a pasarme tantas cosas en solo 7 días. Dani encuentra a la persona más cariñosa y buena de la tierra, Josh, y le dicen que se apunte en un programa para modelos. Yo quedo con Zayn y Harry en una cafetería, una chica me odia desde el primer día en que me la presentaron y un chico casi me viola si no fuera porque ataqué y después le amenacé. A las dos nos siguen Harry y Zayn, nos dan RT y tenemos fotos con ellos, visitamos los lugares más importantes de Londres y tenemos la sensación de volar en el London Eye.
Si esto solo ha pasado en la primera semana, ¿ que puede venir después?
De repente se pone a llover, cada vez más fuerte. Instintivamente, me tapo más aún con la manta. Parece que Dani aun no se ha levantado. Alargo la mano y cojo el móvil. ¡Joder, son las 1:30! No me imaginaba que fuera tan tarde. Abro twitter y doy los buenos días.
Buenos días. Más, bien, buenas tardes... 7º día en Londres y me han pasado infinidad de cosas, buenas y malas. ¡I´m in London, babe!
Recibo unos 50 RTs unos segundos después. Cada cosa que twitteo recibe muchos comentarios y RTs desde que Harry y Zayn me siguen. ¡ Poder directioner!
3...2...1... ¡YA! Me destapo corriendo y salto de la cama. Mis pies tocan el frío suelo y pegando pequeños saltos entro en la habitación de Dani y me tumbo con ella.
-¿ Qué haces?- Me dice con los ojos entreabiertos y todo el pelo en la cara.
- Es que... hace frío.
- Pues te quedas en tu cama.
- No- la abrazo- así estoy más calentita.
Se incorpora mejor y se tapa hasta arriba, como yo.
-¿Qué hora es?
- Las 1:30
- Venga ya, ¿de verdad?
-¡Sí!
-¿ A que hora vamos a comer entonces? Jo, tengo hambre.
- Ya, y yo... He pensado que podríamos pedir una pizza. ¿Tienes el número al que llamamos el primer día?
- Sí, lo tengo, ahora llamo. Oye, ¿ tu tienes ganas de salir de aquí?
- No- le contesto, tapándome aún más.
-Acércame los cascos y el móvil.
Se los doy y pone música, por supuesto, pone a nuestros chicos. Empezamos a hablar sobre lo que vamos a hacer hoy aquí metidas, calentitas y con sueño aún.
- Yo tengo que ir a las 4:00 a la casa de la mujer que me llamó para cuidar a sus niños.
- ¿ A que hora vuelves?
- No lo sé, pero me dijo que solo me iba a presentar a sus hijos y empezaría al siguiente día.
- Pues yo voy a llamar a Josh. Cuando salgas de allí, dame un toque y aquí estaremos para aclararlo todo.
- ¿ Le has contado lo de Jo?
- No, es más, ni siquiera le conté bien lo de David. Le dije que tú se lo contarías todo hoy.
- Vale.- me estiro y me destapo- Creo que ya es hora de levantarse, ¿ no? Llama y pide una pizza. Dos mejor, tengo hambre.
- Ya, y yo. ¿Jamón y queso?
- La segunda que sea de cuatro quesos.
- Vale.
Se sienta en el filo de la cama y llama. Salgo al salón con una bata y miro por la ventana. Joder, pobre repartidor o repartidora, espero que no venga en moto si no quiere llegar a su casa resfriado.
Mi móvil suena. Confusa empiezo a dar vueltas porque no se dónde lo he dejado. Ah, sí, está en mi cuarto. Es un número privado.
-¿Sí?
- Hola, ¿ está Marina Gijón?
- Sí, soy yo, ¿ quién es?
- Ah, Marina, soy John
- ¡Hola!
- Mira, queremos hablar unas cosas sobre tu novela, será una reunión solos tu y yo, ¿vale? Como la última vez, pero hablaremos de más cosas.
-¿ Cuándo sería?
- Para mañana a las 5: 30. ¿ Te viene bien?
- Sí.
- Aunque no te pareciera bien, no lo puedo cambiar.- se ríe- ¡Nos vemos mañana!
- Vale, ¡adiós!
John me cae bien. Es el típico hombre de negocios de maletín, traje y corbata, pero luego no se comporta como tal. Es él quién me está ayudando con todo esto de la novela y no se si lo hace porque esta es su personalidad o por que me ve muy joven para hablarme seriamente, pero siempre está con bromas y alegría.
-Las pizzas ya vienen. ¿Quién era?
- John, de la editorial. Me ha dicho que hay que hablar varias cosas y hemos quedado mañana a las 5: 30.
- A veces pienso que todo va muy rápido.
- Sí, yo también. Será que venimos de un pueblo tranquilo y nos hemos metido en una enorme ciudad, pero a mi me gusta.
-¡ Y a mi! Voy a poner la mesa.
- Yo hago las camas.
Nos ponemos manos a la obra. El repartidor llega con las pizzas. Abro la puerta y le hago pasar.
- Espera, espera, ¿ vienes en moto?
El chico, de más o menos nuestra edad,  castaño de ojos azules casi grises, asiente con la cabeza.
- La furgoneta no funciona...
- Joder, ¿ y tu jefe no ha mirado por la ventana? Madre mía, estás empapado.- Exclama Dani.
- No te podemos dejar ropa, pero toma, una toalla.- digo, saliendo del baño- ¿Estás muy lejos de aquí?
- Tres calles más abajo, lo suficiente para mojarse...
El chico está confuso. Se encuentra en casa ajena, con dos chicas recién levantadas que le tratan genial.
- Muchas gracias chicas, me gustaría quedarme, pero el jefe me espera... Por cierto, ¿ como os llamáis?
- Marina
- Danielle.
- Yo soy Tom. No sois de aquí, ¿ verdad?
- No, somos españolas.
- No lo digo por que habléis mal ni nada de eso, es que sois morenas de piel, ¡y eso no es muy Londinense!
Los tres reímos. El chico se va y yo desde la puerta veo como coge su moto y se aleja.
- Qué jefe más cabrón.
- Sí- Afirma Dani- vamos a comer.

Recojo la mesa mientras Dani, sentada en el sofá con el ordenador, rellena la solicitud para el programa de la tele.
Me visto con unos vaqueros, unas Converse negras y una de las sudaderas que llevé durante la semana. Me dejo el pelo al natural ( total, con la humedad se me va a ondular) y cojo el móvil, paraguas, dinero y llaves.
- Ya sabes, cuando salga te pego un toque.
- Aquí estaré con Josh.
Cierro la puerta y rápidamente abro el paraguas. Prefiero llamar a un taxi porque seguro que me liaré con la dirección. La parada de Taxis está al lado.
- Hola- digo, mientras subo a uno
- Hola- me contesta un hombre cercano a los 60 años.- ¿ Dónde te llevo?
- No se exactamente dónde es, pero tengo aquí la dirección.- le doy un papel con el sitio. Tras pensar un poco, asiente con la cabeza y exclama:
- ¡Ah , sí! No está muy lejos.
Me siento junto a una de las ventanas y observo como la gente camina bajo sus paraguas. Algunos corren buscando un sitio dónde refugiarse. Una chica se mete bajo el paraguas de otra sin avisar y esta se pega un susto.
El hombre conduce concentrado en la carretera. Vaya, aquí en Londres los taxistas no hablan, al menos los que me han tocado. En mi pueblo no hay taxis, pero en Málaga ( ya sabéis, de dónde yo soy) si que hay y suelen sacar algún tema de conversación durante el viaje. A veces eso me resulta incomodo.
Llegamos a la calle y el hombre me deja justo en frente de la casa. Me devuelve el papel y le pago.
Bajo mi paraguas, llamo al timbre. Una canción muy conocida suena, pero no se cuál es. Me gustan estos timbres, me parecen originales. Una señora de unos 54 años, rubia de ojos verdes muy, muy claros, me abre la puerta.
- Hola, soy Marina, la chica del anuncio.
-¡Ah, sí! Pasa, pasa, deja aquí el paraguas.
Me lleva a su salón y me dice que tome asiento. Tiene una casa enorme de dos plantas. Se nota que es una familia adinerada. Por la puerta aparecen los niños a los que tengo que cuidar. El chico, 13 años, pelo rizado y pelirrojo, ojos azules y piel muy blanca, demasiado. La chica, una monada de niña de 7 años, pelo rubio, ondulado y ojos azules.
- Estos son Jake y Molly
- Hola- dice la niña, contenta
- Hola- saluda el chico, con una mueca que parecía intentar ser una sonrisa.
- ¡Hola!- saludo, con mi mejor sonrisa- Me llamo Marina.
- Bueno, os dejo solos para que os conozcáis.
- Perdone, ¿ cómo se llamaba usted?- Le pregunto.
- Lisa.- dice, abandonando la habitación.
Jake se dirige al sofá acompañado de Molly. Me dejan un hueco para sentarme.
- ¿De dónde eres?- Pregunta el chico.
- De España.
- Allí ahora mismo hace buen tiempo, no como aquí- Dime, mirando a una ventana.
-Sí, yo también pensé lo mismo cuando llegué.
-¿ Cuánto tiempo llevas aquí?
- Solo una semana.
- ¿Cuántos años tienes?- Me pregunta la chica esta vez.
- 18, y si no me equivoco, tu tienes 7, ¿ verdad?
- Sí.
- Oye, ¿ has venido a Londres sola?- El chico vuelve a hablar.
- No, he venido con mi mejor amiga Danielle. Ella también es de España. Vivimos juntas en una casa alquilada.
- Lo estaréis pasando genial, ¿verdad?
- La verdad es que sí, Londres es genial.
El chico me cae bien. Al verme un poco cortada ha entablado conversación y ahora estoy siendo muy natural.
- Oye, ¿ tienes novio?- pregunta la chica, con una sonrisa preciosa. En ese momento me la comería a besos, no he visto a una niña más mona en mi vida.
- No, cariño, no tengo
- Pero eres muy guapa
- ¡Muchas gracias! Pero cielo, tu eres más guapa.
La niña sonríe de nuevo. Es un amor. El chico está pensando que más preguntarme.
- ¿Vives muy lejos de aquí?
- No mucho, solo unas calles más abajo.
- Oye, ¿ por qué estás aquí?
- Estoy escribiendo. Gané un concurso al nivel mundial desde España y me dijeron que me viniera aquí por un tiempo y escribiera una novela. Mi mejor amiga Danielle  está estudiando aquí.
- Se ve que estás destinada al éxito
- Eso está por ver, pero...¡Ojalá!
Los dos reímos. Esta vez le pregunto yo
- ¿Tenéis más hermanos?
- Sí, tenemos una hermana más mayor. Es de tu edad y fue quién vio el anuncio y dijo que te conocía. Convenció a mamá para que te llamase.
-Ah, ¿ sí?- me quedo pensativa, pero no se me viene nadie a la cabeza- ¿ Cuál es su nombre?
- Melissa, pero le dicen Mel.
¡Mel! Ha sido un detalle por su parte, tengo que quedar con ella y agradecérselo.
- ¡Ah, sí! Mel, es un encanto. La conocí  en mi segundo día aquí. ¿ Viene mucho?
- Unas dos veces por semana, pero vive una calle más arriba.
- Mel me llevará a vivir con ella cuando sea mayor- Me cuenta la niña
- ¡Seguro que lo pasáis genial!
En ese momento, Lisa entra al salón acompañada de un hombre muy alto y pelirrojo de ojos verdes.
-¿ Os habéis conocido mejor?
- Sí, me gusta, me cae bien- Afirma Molly. Yo le sonrío.
- ¿Y a ti, Jake?- Le pregunta
- Claro, también.- Los dos nos miramos y esbozamos una sonrisa.
- Subiros arriba, ahora tenemos que hablar nosotros.
Los niños hacen caso y Lisa me pide que me siente otra vez.
- Este es Adam, mi marido.
- Encantada
- Igualmente. Queremos conocerte mejor, así que, cuéntanos... ¿ de dónde eres?
El hombre se muestra firme y serio.
- Soy de España.
-¡Ah, España!- su rostro serio cambia por una gran sonrisa- Me encanta España, he estado allí durante muchos meses, ¿ de que parte eres?
- Del sur, soy de Málaga pero vivo en un pequeño pueblo en Jaén.
- Ah, sí, he estado trabajando en Málaga, Sevilla,  Madrid, Valencia y Barcelona. Es un gran país, si señor. La gente es muy amable y abierta y el ambiente es más alegre... Bueno, ¿ qué edad tienes?- dice, cambiando súbitamente de tema
- 18 años.
- Vaya, eres muy joven. ¿ Qué haces aquí en Londres? ¿ Estudias?...
Le explico, tal y como había hecho con sus hijos, el por qué de mi estancia aquí.
- ¿Sabes por qué llamamos?- Pregunta Lisa, que llevaba mucho rato sin hablar.
- Por su hija Melissa.
-¿ Cómo lo sabes, te lo ha dicho ella?
- No, me lo ha dicho Jake.
- ¡Ah! ¿Cómo ha ido con Jake y Molly?
- ¡Genial! Los dos han sido muy amables conmigo, me caen muy bien.
- Entonces todo perfecto, pero te advierto una cosa, ¿ Te gusta One Direction?
Madre mía, ¡mis niños, vaya dónde vaya!
-¡Sí!- les contesto con algo de emoción, pero sin pasarme.
- Entonces definitivamente tienes el puesto. Verás, a Molly le encantan estos chicos, tiene una pasión tan grande que no para de hablar todo el día de ellos. Jake no los odia, pero tampoco le gustan... Molly es la directioner de la casa.
-¡Seguro que nos llevamos genial! Adoro a estos chicos desde los 13 años.
- Molly te hará su nueva mejor amiga, ya verás...- comenta Adam con una sonrisa.
- Yo creo que ya está todo...- Lisa se levanta y yo hago lo mismo, pero él, sentado, dice:
-No, falta una cosa. Hablar sobre lo que vas a cobrar
- Cierto- digo sentándome otra vez.
De nuevo, Adam se muestra serio y se queda pensativo unos segundos. Al final habla Lisa
- Te vamos a pagar 358 libras al mes
- Que son 450 euros- dice él, haciendo rápidamente el cálculo.
- Bien.- digo yo, esbozando una sonrisa.
- Ah, otra cosa- Lisa retoma la conversación- Los fines de semana no hace falta que vengas. Entre semana como ellos no estarán aquí, tendrás que limpiar y ordenar la casa. Yo te dejaré una lista con todo lo que tienes que hacer. Los niños salen de colegio a las 2:30, tú debes recogerlos y hacerles la comida. Aquí tienes la dirección de su colegio- dice, dándome un papel- Solo tienes que esperarles en la puerta.
- Ahora sí está todo- dice Adam, terminando la conversación- te acompañamos a la puerta.
- Me gustaría despedirme de los chicos.- Digo. Lisa y Adam sonríen, satisfechos conmigo.
- Claro, sube las escaleras y la primera puerta que encuentres es dónde están.
Las subo a paso ligero y abro la primera puerta. Me encuentro con una gran sala  con una parte llena de muñecas de todo tipo y otra con una enorme colección de discos y varios ordenadores.
- ¿Puedo pasar?
- Claro- Me responde Jake.
- Solo venía a despedirme. Vaya, tenéis una enorme habitación...
- No, esta es la sala de juegos. Mañana cuando vengas te enseño todo lo demás.
Joder, si que tienen dinero.
- Vale, pues hasta mañana. Adiós a ti también, Molly.
-¡Adiós!
Antes de salir por la puerta, me dirijo a Molly:
- Ah, cariño, ¿sabes qué? ¡Yo también soy directioner!
-¿ En serio?- dice, muy sorprendida. Tira las muñecas con las que estaba jugando y se pone de pie.- ¡Quédate el resto del día! Podemos hablar de ellos y escuchar música...
- Lo siento, cariño, pero tengo el resto del día ocupado. Encantada de conoceros a los dos.


El taxi me lleva a casa. Ha parado de llover y el sol brilla un poco. Presiento que voy a estar bien en esa casa, pero Lisa y Adam no se ven amables y comprensivos. Son los típicos padres con dinero que no prestan atención a sus hijos. El caso es que si yo me porto bien ellos estarán genial conmigo. Y por otra parte, ¡450 euros! Todo está saliendo como yo quería.
Abro la puerta y me encuentro a Dani y a Josh en el sofá hablando de algo. Al verme me saludan y ella me muestra que Josh le ha puesto las cortinas que compramos.
-¡Quedan genial! Tenemos que comprar más cosas...
- Cuéntanos, ¿ cómo ha ido?
Me siento en el sofá con ellos y empiezo a contarles como ha sido todo.
-... ¿Melissa ha hecho que consigas trabajo?- Pregunta Josh
-¡Sí! Tengo que llamarla y quedar con ella, tengo que agradecérselo.
- Vale, pero, ¿ cuánto te pagan? - Pregunta Dani esta vez.
- 450 euros.
-¡Está genial! Con esto mas lo que nos mandan nuestras familias tenemos dinero suficiente.
- Bueno, creo que es hora de que me cuentes muchas cosas...- me dice Josh, poniéndose serio.
- Sí, a ver, empiezo...
El tiempo pasa. Los dos, callados, escuchan mi historia que cuento por segunda vez. Dani, aunque se la sabe, escucha atenta. Termino de hablar tras añadir lo de Johanna también. Josh dice que no con la cabeza y resopla.
- Es peor de lo que me imaginaba... Joder, David. Es que... sabía que se cabrearía contigo, pero nunca llegué a imaginar que haría esto...
- Yo estaba tan sorprendida como tú. El primer día, cuando hablamos me pareció un chico muy majo y normal. Por eso acepté cuando me invitó a comer.
- Y lo de Jo... Bueno, lo de Jo me lo esperaba.
- ¿Sí? ¿ Se lo ha hecho a más chicas?
- No suele hacérselo a todas, más bien a las que puede. Hace unos meses la lió grande con una chica que no hemos vuelto a ver.
- ¿ Que pasó?
- Más o menos, lo que te pasó a ti. Entiendo que está mal y que debe controlarse, pero también me da pena. Lleva enamorada de David... años.
- Sí, a mi también me da pena, pero me estropeó el día y joder, no es muy agradable saber que alguien te odia.- digo, cada vez más cabreada.
- Marina, para.- Me pide Dani.
- Vale...
- Joder, es que aun estoy en "shok"
- Josh...- hago una pequeña pausa y respiro- sé que David es tu amigo y a nosotras solo nos conoces desde hace una semana. Aunque Dani te gusta muchísimo- Ella me lanza una mirada que parece decir " te mato"- y yo... bueno, yo te caigo bien.,él es tu amigo y si no quieres ayudarnos con la denuncia, vale, solo te pido que si puedes, le controles. No me gustaría que por esto pasaran más chicas.
Josh se queda callado mientras mira al suelo. Se lo está pensando demasiado, eso es que va a decir que no. Lo entiendo, la verdad. Nosotras somos prácticamente unas desconocidas para él.
- ¿ Me dejas ver la herida?- Me dice de repente, mirándome directamente a los ojos.
- Claro.- Me remango la manga de la sudadera y le muestro el moratón, más calmado que el otro día. Las uñas marcadas siguen ahí y se notan todavía bastante.
- Dios mio...- Por la cara de Josh se desliza una lágrima. Delicadamente me acaricia con un dedo el moratón. Convencido, vuelve a levantar la mirada:
- Le voy a denunciar. Por muy amigo mío que sea, esto no está nada bien.
Las lágrimas se precipitan por sus ojos. Yo le abrazo y él llora en mi hombro. Se separa de mi y mira a Dani, que le da otro abrazo.
- Estoy muy decepcionado. Marina, lo siento, no quería que nada de esto te pasase.
- ¿ Lo siento? Josh, no seas idiota. La culpa no es tuya.
- Tenía que haber visto que intentaría algo con alguna de las dos, joder, os podría haber ahorrado el mal rato...
- Josh, tu solo has intentado que tengamos amigos aquí en Londres. Deja de sentirte así, joder. Y deja de llorar, ¿vale? Llévanos a la comisaría y lo solucionamos todo.


Nos encontramos en el coche de Josh. Según él, no está muy lejos. Aparca y bajamos del coche. Dani y yo nos sentamos en una pequeña sala de espera mientras Josh habla con un policía. Le hacen pasar a una habitación. 26 minutos después, sale con el mismo policía y se dirigen a nosotras.
- ¿ Quién de vosotras es Marina Gijón?
- Yo.
- ¿Puedes acompañarme? Es para que nos cuentes como fue todo.
Me levanto y me lleva a la misma habitación dónde estaba Josh. Es una sosa y pequeña habitación con un escritorio lleno de papeles y otro policía que me saluda.
- Siéntese. A ver, cuénteme
Por tercera vez, cuento mi relato, esta vez sin la parte de Johanna. El policía toma varias notas mientras asiente con la cabeza. Al terminar, me mira:
- ¿Me puedes enseñar la herida?
Vuelvo a subirme la manga de la sudadera como hice para Josh unas horas antes. Algo sorprendido, la examina y toca con delicadeza las marcas de las uñas.
-¿ Te duele?
- No, porque me está tocando usted muy suavemente.
- Entiendo. Toma- saca de un cajón unos papeles y me los da- Rellena esto fuera, pídele a mi compañero un bolígrafo. Cuando termines, dáselo.
- Gracias por ayudarme.
- Es mi deber. Adiós, Marina.
Salgo de allí y hago caso de lo que me ha dicho. Dani y Josh miran como relleno las hojas y se la entrego al policía.
- Muchas gracias.
- No hay de qué. Te llamaremos pronto. Adiós.
- Adiós. Contestamos los tres al unísono.
Una vez fuera, le pregunto a Josh cómo está. Me dice que mucho más calmado, pero que necesita irse a casa.
-Os llevo a la vuestra.
Una vez allí, nos despedimos de él.  Le abrazo una vez más. Dani va a abrazarle, pero el le baja los brazos y le da un cariñoso beso.
- Adiós.
-Adiós... y gracias.

Entramos en casa. La hora de cenar se acerca, así que nos duchamos y nos ponemos cómodas. Entonces, de repente, le pregunto a Dani:
-¿ Sois ya novios, o qué?
Dani mira al suelo por un momento.
- No lo sé... Además, es muy pronto para llamarnos así.
- Venga ya Dani, os sabéis ya media vida uno del otro, os llamáis, quedáis y os despedís con los besos más tiernos que he visto en mi vida, ¿ qué más da eso?
Dani sonríe y asiente con la cabeza.
- Tienes razón, pero deja que pase un poco de tiempo.
- Lo que queráis... ¡No seré yo quien decida!
 Las dos cenamos un simple bocadillo. No tenemos ganas de cocinar. Tras eso, cojo el portátil y me siento en el sofá. Respiro profundamente e introduzco mi hotmail y mi contraseña en Tuenti.
-¿ Lo vas a hacer?- Pregunta Dani.
- Sí, ahora es el momento.
Exacto, voy a contárselo todo a mi familia. Al conectarme, mi madre me saluda. Decidida, yo empiezo a hablar:
Yo: Tengo que contarte algo que me pasó hace dos días, pero como solo hablamos ayer y muy poco, he decidido contártelo hoy. 
Lola: No me asustes. ¿Es algo malo?
Yo: No voy a engañarte: Sí, un poco. Pero no es nada por lo que preocuparse, ya que todo está solucionado.
Y por cuarta vez, cuento este desagradable recuerdo que hoy se ha repetido demasiadas veces en mi cabeza.



1 comentario:

  1. Me ha encantado, por favor, escribes demasiado bien. Es todo tan realista, tan cercano, no es como otras novelas que he leido, y mira que he leido muchas. hahaha , esta es especial, como ya te he dicho me siento muy identificada, sigue asi,¿sebes? esta novela me inspira a seguir mis sueños, no se como lo haces, pero te juro que como sigas asi vas a conseguir todo lo que te propongas en la vida, gracias por escribirla.Estoy segura de que me voy a acordar de ella durante mucho tiempo, mil gracias de parte de tu malagueña/soñadora londinense, @helenagr96 (helena) un beso! :)

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