sábado, 17 de noviembre de 2012

CAPÍTULO 23.

-¿Ya te vas?
Josh sale de su habitación y sorprende a Dani vestida y desayunando.
-Dentro de un rato. ¿Cómo has dormido hoy?
-Muy bien...Voy a desayunar contigo.
Se coge varias rebanadas de pan, las tuesta y les echa mermelada de fresa. Se prepara un café y se sienta junto a ella.
-Creo que ya sé como agradecerte todo esto. Pero...es una sorpresa.
-Te he dicho que no tienes que agradecerme nada.
-¿Cómo que no?Si  te obligo a dormir conmigo.
-A mi no me importa, es más, me encanta dormir contigo.
Josh le sonríe y sigue comiendo junto a ella. No sabe muy bien si su sorpresa le gustará, ni siquiera si la aceptará, pero lo que tiene claro es que gracias a ella Dani se enamorará aún más de lo que ya está de él.
-¡Madre mía, ya llego tarde!- dice ella mientras se levanta, le da un beso, coge su bolso y antes de irse, se rodea y le dice- ¿Cuándo me vas a decir cuál es la sorpresa?
-Aún tengo que prepararla mejor.
Los dos sonríen y ella cierra la puerta.
Dani corre hacia la parada del metro y una vez dentro de él, mira la hora y respira tranquila. No es tan tarde.  Como no hay casi nadie, coloca sus piernas sobre otro asiento, se rodea las rodillas con los brazos y mira por la ventana el paisaje con las primeras luces del día. Josh...¿Qué tendrá ahora en la cabeza? Es capaz de hacer lo que sea, lo sabe...A veces, Dani piensa sobre él y  saca muchas conclusiones que al final ni siquiera le sirven. Finalmente siempre se dice a sí misma "Me quiere por como soy"  y sonríe. Esta chica de autoestima baja ahora se siente la reina del mundo.


Han pasado tres días. Los chicos están en Alemania, por lo que...Sí, hoy vuelven. Por fin, ¡por fin! Lo que siento es parecido a la sensación de alegría cada verano cuando voy a ver a mi prima Elena: tendrán muchas cosas que contarme,  yo muchos achuchones que darles...Tengo unas ganas increíbles de tocarle de nuevo el pelo a Harry, de bailar con Niall, de reír con Lou... Tengo ganas de ver a...¡mis amigos!
El grupo de WhatsApp no para de recibir mensajes de ellos. Uno, otro, otro... eso hace que tenga más ganas aún de verles.
Estos días han sido realmente aburridos: Salía a trabajar, volvía, estaba con Dani ( quién se ha pasado las tardes haciendo no se qué de un trabajo para la beca) y por las noches ella se va a dormir a la casa de Josh. Sabe que me siento un poco sola, pero a mi me da igual. Por fin se le ve enamorada, y lo está.
El caso es que todos estos aburridos días han merecido la pena después de todo...¡hoy veo a mis chicos! Y me estoy pensando seriamente ir al aeropuerto a verles...No puedo recogerles por eso de las fans, está claro, pero...¿colarnos entre la multitud y darles una sorpresa? ¡Vaya plan!
-¡Dani, Dani! Se me ha ocurrido una idea...
Ella levanta la vista del ordenador, de ese trabajo que la tiene atrapada estos días.
-¿Qué?
-Hoy vienen los chicos.
Se lleva una mano a la cabeza y suspira apartándose el pelo de la cara.
-Joder...¡Es verdad! Llevo mucho sin hablar en el grupo...Y se me había olvidado que venían...
-Tía, te noto muy cansada.
-Es que este puto trabajo y las noches junto a Josh hasta que consigue dormirse...Me están pasando factura...
-Bueno, a lo mejor esto te ayuda a animarte: vamos al aeropuerto a verles, nos metemos entre las fans y gritamos como ellas, a lo loco, ya sabes...¡Podemos hacerles carteles y todo!
-¡Se reirían un rato! Pero...no sé.
Por fin logro sacarle una pequeña sonrisa en su rostro apagado.
-Voy a la papelería de aquí al lado a por las cartulinas.
-¿Pero va en serio?
-¡Que sí, que sí! Pero no les digas nada de que vamos a ir, todo sorpresa total.
Cojo algo de dinero y salgo. Por suerte, este es un barrio que tiene de todo y a dos pasos hay una papelería. Entro y lo primero que me encuentro es una gran estantería llena de libros, y como siempre, me pierdo entre todos los títulos...Está el nuevo de Federico Moccia, que será mío. Sin duda, es mi favorito, le adoro y me encantaría que algún día me firmara un libro. Los tengo todos.
Por fin consigo separarme de aquella estantería y me dirijo al mostrador donde un hombre mayor me llevaba observando un buen rato.
-Es una alegría que los jóvenes aún se interesen por la lectura- Me dice, antes de que yo hable.
-Ah...sí, adoro leer desde pequeña- Le contesto, algo cortada.
-¿No te llevas ninguno?
-No, no llevo dinero suficiente, pero vendré otro día.
-Entonces, ¿ qué te doy?
-Dos cartulinas grandes, una morada y otra azul cielo- Le digo, eligiendo nuestros colores favoritos.
-Ahora mismo.
Poco después sale de un cuartucho con las dos cartulinas, le pago y me voy con una sonrisa.
-¡Ya estoy aquí!- le digo a Dani- Saca lápices, rotuladores y esas cosas.
-Estas muy loca, eh.
-No, yo no soy una fan loca, me lo han dicho Harry y Niall.
-Pero...estás loca.
Una vez todo listo, nos sentamos en la mesa grande y cada una con su cartel empezamos a dibujar zanahorias, espejos, cucharas y a escribir muchas frases coloridas. Suena "Drunk" de Ed Sheeran. Un precioso recuerdo viene a mi mente: Ella y yo hace 7 años, en su casa, haciendo exactamente lo mismo para ir al concierto, escuchando sus canciones, preparándonos para los gritos, el sudor y la adredalina...
-Tía, parece que vamos de nuevo al concierto, ¿te acuerdas en mi casa, haciendo carteles?
-¡Me has leído la mente!
-¡Telepatía!
Las dos reímos recortando fotos de revistas  que habíamos comprado hace ya, coloreando y dibujando hasta llenar cada rincón de los carteles. Por fin puedo pasar ese rato de mejores amigas que tanto echaba en falta.
Terminamos y nos vamos a vestirnos. Me pongo esa sudadera que tanto adoro de UK, unos pantalones rojos y unas Converse azul marino.  Dani se pone una camiseta blanca con su chaqueta americana que  nos recuerda a Zayn, unos vaqueros y unas Converse rojas. Se deja el pelo al natural, pero yo decido planchármelo. ¡Listas! Sutilmente le preguntamos a los chicos cuál es el aeropuerto y la hora de llegada, alegando que habíamos visto en twitter que las fans ya saben el sitio y que queríamos ver si están en lo cierto.
Cogemos un taxi y en un rato nos lleva allí y vemos que hay varias chicas, cuento 6, esperando con carteles. Falta 1 hora y poco para que vengan, pero hemos decidido venir ya para que no nos pille el toro.
-Joder, necesitaba esto, ahora estoy muchísimo más relajada, pero a la vez nerviosa.
-Si pudiera ponerme a gritar y a bailar en estos momentos, lo hacía, pero los guardias nos están mirando...¡Joder, parece que estamos otra vez en el concierto!
-Pues sí, pero con mucha menos gente.
Tardamos poco en entablar conversación con las directioners que había a nuestro lado. Cuando sé que la persona desconocida junto a mi es directioner, no me cuesta nada hablar, es más, soy la primera en hacerlo. Una de ellas pone música en su IPhone y todas cantamos al unísono, pero sin pasarnos, ya que los guardias siguen pendiente de nosotras.
Según pasa el rato, varias chicas van  llegando, y más, y más...Hasta que acaban apareciendo más de 20 chicas allí, más revolucionadas. Los guardias se acercan a nosotras y nos piden silencio, pero pocas hacemos caso, ya que detrás de ellos aparecen nuestros chicos. Por fin les veo, ¡por fin! Les echaba tanto de menos... Harry y Lou vienen hablando juntos, Zayn va mirando su móvil y Liam y Niall nos saludan. Vemos que se van por otro lado y corremos hacia ellos. Los guardias nos siguen, pero la mayoría somos más rápidas. Acabamos tras unas vayas y varios guardias que allí nos esperaban, pero ellos, como siempre, se acercan a sus fans. Liam me lo dijo: sin nosotras, no son nada. Y le creo.
Zayn es el primero en acercarse. Firma algunos libros, camisetas, fotos...Al llegar a nosotras empieza a descojonarse de la risa, haciendo que los demás que estaban con las otras fans nos vean y también se rían. Niall vuelve a ponerse rojo, con lágrimas en los ojos y golpeando una de las vallas. Para más risa, Dani y yo empezamos a gritar:
-¡Zaaaaaayn! Oh, Dios mío, ¡quiero un hijo tuyo! ¿Por qué eres tan perfecto?
-Liam, por favor, ¡mírame, llévame a casa! Por favooooooooor, ¡ eres el mejor!
-Harry, ¡deja que te toque el pelo! ¡Te quiero, guapoooooo!
-¡Niall, deja que te viole, por Dios! ¡Estoy enamorada de ti!
-¡Lou, quiero comerte la zanahoria!
Los chicos no pueden parar de reírse y cuando llegan a nuestro lado, sin parar de hacerlo, fingen que somos unas directioners más.
-¿Os firmamos los carteles, chicas?- Dice Zayn, entre risa y risa.
-¡Oh Dios mío, Zayn Malik me ha hablado!- Le grito al oído. Los cinco echan unas firmas en los carteles que tanto nos hemos currado y nos abrazamos. Harry me dice al oído "Luego hablamos por WhatsApp, loca"
Decidimos separarnos de la avalancha y volver a casa para hablar más tranquilamente con ellos y si se puede, quedar.
En el taxi nos empiezan a llegar mensajes de ellos, diciéndonos que estamos locas, que esas frases son exageradas, que les han encantado los carteles...
Harry: Chicas, vamos a  nuestra casa, va a estar Danielle.
Yo: ¿No estarán Eleanor y Perrie?
Lou: No pueden venir.
Yo: Jo, una pena, tengo muchas de conocerlas.
Dani: Seguro que "mi doble" es un amor.
Yo: Seguro.
Liam: Lo es, os lo digo yo.
Yo: Ooooh! Que mono :)
Le comentamos al conductor que queremos cambiar de dirección y, algo molesto, toma otra calle y nos ponemos en marcha hacia los chicos. Los abrazos que me he llevado me han sabido a poco.


-¡Marina!- Harry abre la puerta y yo los brazos preparada, pero él en cambio lleva sus manos a mi pelo.
-Ah, se me olvidaba- repito la acción- nuestro saludo.
A Dani si que la abraza mientras yo paso adentro. Los chicos se levantan a por mi repitiendo la misma broma que le hemos hecho, pero gritando mi nombre.
-¡Marinaaaaaaaa, por favor, que guapa eres! ¡Dame un hijooooo!- Me grita Niall mientras me abraza.
-¡Que ojazos tieneeeeees, te comoooo!- Lou hace lo mismo, pero sin acabar la frase por la risa.
-¡Oh Dios Mío, Marina en mi casa!- Zayn imita mi voz chillona y esta vez la que ríe soy yo.
Liam simplemente se une al abrazo sin decir nada, pero eso sí, riéndose.
-Os he echado muchísimo de menos, joder.
-¡Eh, que yo también existo!- Les grita Dani. En seguida todos me dejan y se van con ella. El último en hacerlo es Niall, que me besa la cabeza y me dice "chiquitaja". Reconozco que esto me acaba de encantar demasiado.
Al irse todos con Dani, veo a una chica de pie observando el panorama mientras ríe.
-Tu debes de ser Marina, ¿verdad?
-Sí, y tu Danielle. ¡Encantada!
-¡Igualmente!
De lo primero que me doy cuenta es de que es altísima, ¡más que Dani! Eso sí, lleva unos tacones que ayudan. No sé por qué, pero en vez de los típicos dos besos de siempre, nos abrazamos. Imagino que por la alegría del momento.
-Tenía muchas ganas de conoceros, en serio. Liam me ha hablado mucho de vosotras dos.
-Y yo también tenía unas ganas muy grandes de conocerte en persona, de verdad.
Tras sonreírnos se inclina un poco y ve a Dani por fin liberada del gran abrazo.
-Y tu eres mi doble.
-No, tu eres más guapa...
-¡Jajajaja!
Las dos se abrazan también y Liam sonríe sin parar, más que las últimas veces que le he visto.
-Danielle, te dije que Marina era una enana, ¿ sí o no?- Le dice Niall.
-¡Déjala!- Se ríe.
-Bah, ya estoy acostumbrada...
-Bueno, tengo hambre.- dice, dirigiéndose a la cocina- ¿Alguien quiere algo?
-¡Yo!
-Ah, ¿qué quiere mi chiquitaja?
-Pues lo que tu me des, enano irlandés.
Saca unas galletas y empezamos a comer como locos, compitiendo por ver quien come más. Cada uno se ha situado ya en algún sitio: Lou y Harry charlan en el sofá, Danielle, Dani y Liam charlan también mientras salen al jardín, Zayn pone algo de música...Todos volvemos a pasar un día juntos, cosa que nos hacía falta.
-Ven.- Me dice Niall, cogiéndome la mano y subiéndome a la segunda planta.
-Vale, ¡pero no me quites la bolsa de galletas!
-¡Comes más que yo!
Otra vez entramos en su cuarto. Los nervios que sentí cuando me enseñó la carta vuelven a aparecer, confundidos porque no saben que será esta vez. Sobre su cama veo 3 regalos y sospecho que son para mi.
-¿No decías que querías regalos? Pues toma, uno de cada sitio.
-Niall...
-¡Denada!
Me siento en la cama y cojo el primero. Está liado en un papel amarillo con un lazo verde enorme. Lo quito ansionsa, como siempre soy cuando abro regalos y me encuentro con una camiseta de tirantes con la bandera alemana en tonos muy fuertes que se acaban difuminando en la cintura.
-¡Joder, es preciosa! ¡Me encanta!
-Bien, he acertado.
-¡Por supuesto que has acertado!
Sonríe y me da otro para que continúe. Esta vez el papel de regalo es de una tienda con un nombre italiano que ni conozco y algo más pequeño. Lo abro y se presentan unas gafas de sol de pasta con la bandera de italia. Recuerdo que tengo unas iguales pero con la bandera de UK.
-¡Niall, me encanta todo!- me las pongo y no veo nada, ya que la habitación está oscura y solo iluminada por las luces que vienen del balcón- ¿Cómo me quedan?
-¡Genial!
Cojo el último regalo, liado en un papel plateado brilante. Esta vez es una bandera francesa que tiene una dedicatoria y una firma:
De tu irlandés, que como puedes ver se ha acordado de ti, chiquitaja :) Niall.
Con este último regalo no puedo aguantarme las ganas de abrazarle y, ¿por qué no? Lo hago y y él me recibe rodeándome con sus brazos.
-¿Con esto me confirmas que te han gustado?
Asiento con la cabeza y miro los tres regalos, contenta porque se ha acordado de mi, más aún por lo que me gustan todos.
-De banderas va la cosa...
-Es que recordé que me dijiste que te encantaba mi cuarto por todas sus cosas y pensé que te gustaría que tus regalos fuesen tan...
-¿Internacionales?- Le digo, intentando terminar su frase.
-¡Sí!
Los dos reímos y de repente nos callamos. Le observo de reojo y veo que juguetea con los dedos de su manos, se relame los labios y en definitiva, está nervioso.
Yo tampoco sé que decir en este momento. El detalle ha sido precioso, y ahora estamos aquí, en su cuarto, a la luz de la calle y la luna...Quizás sea la hora de volver a formar historias en mi cabeza, como hacía a los 13.
-Marina, yo te he traído aquí para decirte una cosa.
Mi mente empieza a resucitar estas historias y simplemente, no puedo creerme que el mismísimo Niall, mi amor platónico ( porque sí, nunca dejará de serlo) esté a punto de decirme algo que quizás me cambie. Porque siento, gracias a la situación, que es importante.
-Pues...dime.
Sin levantar la vista del suelo, al fin lo suelta:
-Quiero encontrar a una chica italiana que me tiene atrapado desde que la vi. Y quiero que me ayudes.

Y con este comentario, todas las historias y las tonterías, vuelven a su tumba.


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