domingo, 7 de octubre de 2012

CAPÍTULO 10

Estoy en la calle de la casa de Lisa y Adam, apunto de llegar a su puerta. Por el camino, no he parado de pensar en lo que me contó Dani anoche. ¡Increíble, están juntos! Nunca va a olvidar ese día, fue demasiado bonito. El detalle de llevarla a la tienda, después esa playa tan natural, la lluvia... Joder, cuánta perfección en un solo día.
Me dispongo a llamar a la puerta cuando Lisa abre sin darme tiempo a tocar el timbre.
- Te había visto por la ventana, pasa.
Me da la lista de cosas por hacer y antes de irse corriendo como siempre, me mira y me dice:
- Cuando recojas a Molly, se te tirará encima. Literalmente.
-¿Por qué?- En ese momento, me doy cuenta.- Ah, si, la sudadera.
Cierra la puerta y abro la lista. Hay varias cosas, no son muchas. Al final de la lista, pone " Ve a comprar al supermercado de al lado. Justo cuando salgas de casa, dos puertas más a la derecha lo encontrarás. Es pequeñito, pero tiene lo necesario. Hay dinero en la cocina, encima del microondas."
Efectivamente, aquí está el dinero. Lo cojo y salgo a la calle, arrancando de la hoja la pequeña parte con las cosas que hay comprar.
Me extraña un poco que en  esta parte del barrio que parece tan importante y ajetreada, se encuentre este pequeño y humilde supermercado. Las cosas son fáciles de encontrar, ya que hay solo tres cortos pasillos. Pago a un señor ya muy mayor al que le cuesta contar las monedas del cambio y vuelvo a casa.
Pongo el dinero de vuelta sobre la mesa de la cocina con una nota, lo coloco todo ( como puedo, porque aún no se dónde va cada cosa) y me pongo a completar lo que queda de tareas.
La hora de recoger a Jake y Molly llega. El metro, como me esperaba, está lleno a reventar. Cogiendo aire, me impulso hacia delante y me agarro de una de las barras laterales, con cuidado de no caerme ni pisar a nadie. Menos mal que el trayecto es corto, porque aquí parece oler a todo y estoy sudando.
Las puertas se abren y gran cantidad de gente, incluida yo, salimos. Pocos minutos después  estoy frente a las grandes puertas del colegio cuando todos los niños acaparan la calle a la vez y yo, como la última vez, llamo la atención de Jake y Molly.
-¡Tu sudadera!- Grita la pequeña, lanzándose encima mía tal y como Lisa me advirtió. - ¿No había de Lou? ¡Te podrías haber acordado de mi y traerme una!
- Cariño, es un regalo, me lo dio ayer mi mejor amiga.
-¿Esa tal Danielle?
-Sí.
- Quiero conocerla y que me regale cosas tan guais.
Me echo a reír mientras le acaricio el pelo cariñosamente. Jake no ha dicho ni una palabra, así que decido preguntarle:
-¿Y tú, Jake? No has dicho nada, ¿cómo ha ido el día?
-Bien.- Responde, secamente.
- Ayer no nos vimos, ¿como pasaste la tarde del castigo?
- Mal. El tío es gilipollas y lo tuve que limpiar yo casi todo.
-Ah, lo siento... ¿has recapacitado, entonces?
-¿Sobre qué?
- Sobre que es una tontería dejar tus gustos a un lado por una persona.
- No me digas lo que tengo que hacer, ¿vale? Tu ayer te fuiste antes de tiempo y no te lo he echado en cara.
Se que debería callarme, pero tengo muy mal genio y entro al trapo en una discursión con facilidad.
- Primero, tu hermana Mel me dejó irme. Segundo, yo tengo razón y lo que tu acabas de decir es una tontería.
-Mira, paso. Vamos a llevarnos bien, aunque veo que la cosa no va por ese camino. Llévanos a casa, haznos la comida y vete, así de sencillo.
Al contrario que yo, él corta la pelea y decide olvidar el tema, lo que le hace parecer más maduro, pero ¡que coño va a ser más maduro! ¡Lo que está haciendo no es de una persona así para nada!
Llegamos a casa y les preparo unos filetes con guisantes y tacos de jamón ( petición de Lisa, que me dijo que de vez en cuando preparara verdura) Molly me pregunta sobre como conseguí la sudadera, sobre si iba a jugar con ella otra vez y muchas cosas más, pero él permanece callado y al terminar de comer, sube a su cuarto sin articular palabra.
Molly me sube al suyo, ponemos el disco de los chicos, bailamos y cantamos hasta que Adam aparece en casa y yo me marcho a la mía.

-¿Dani? ¿Dónde estás?
Aparece entrando en el salón con el pijama puesto y los ojos entrecerrados.
-Estoy muy cansada, estaba durmiendo. Dentro de pocas horas tengo la prueba de modelos.
-¡Es verdad! Y esta vez si que puedo ir.
- Bueno, voy a dormir, llámame para vestirme y arreglarme.
Cierra la puerta y se va. Yo voy a escribir, últimamente no me cuesta nada seguir los capítulos. Voy a por una Coca Cola y a por el ordenador, como siempre. Al poco rato ( o eso me pareció a mi) Aparece de nuevo
-¡Dúchate y vístete! ¡Que llegamos tarde!
Obedezco sus órdenes y me ducho. Me pongo unos pantalones cortos blancos, unas medias rosas muy claras, una camiseta holgada del mismo color y unos botines de Dani marrones, del mismo color de mi bolso. Me aliso el pelo y me cojo el flequillo en una trenza. Ahora tengo que ayudar a escoger a Dani.
Empezamos a revolver ambos armarios, como la otra vez. No iba a ponerse la falda de nuevo porque la mujer que le dijo lo de las fotos ya la vio con ese look.
-¡Ponte el vestido rojo! Ajustado, sexy, elegante...
- No, joder, no. Creo que debería ir más sencilla, más natural...
- Entonces...- me meto entre los montones de ropa- ¡Ponte la falda vaquera! Ya sabes, la que me dejaste.
- Podría ser...- dice, buscándola en el armario.- Aquí está, ¿ que más?
- Pues... Contrasta tonos muy claros y muy oscuros. Es decir, la falda es un tono claro, ¿no? Pues ponte una camiseta blanca y acompáñalo con una chaqueta negra, la de cuero.
- Ya se lo que dices.- me saca una camiseta blanca lisa de tirantes finos- ¿Esta?
- Sí, eso es. Perfecto.- le doy la chaqueta de cuero mientras ella asiente con la cabeza.- Y para terminar, los zapatos deben ser oscuros también.
-¿Los negros de aguja y plataforma?
-¡Eso es! Venga, vístete.
Al poco rato está preparada. Si el otro día iba perfecta, hoy explotará miradas. La chaqueta de cuero abrochada hasta la parte inferior del pecho le hace parecer más sexy y decidida. Al quitársela y quedarse con la camiseta de tirantes blanca remetida por debajo de la falda, le da un aire dulce y alegre.
Si Dani es alta, con esos tacones más aún. Parezco su hermana pequeña. Voy a mi habitación y busco unos tacones igual de altos. Ahora la diferencia no es tanta. Se deja el pelo al natural y se maquilla poco. Llamamos a un taxi y nos ponemos en marcha.

Entramos en una sala con muchas chicas. Altas, guapas, modelos. A decir verdad, yo siento como que no pinto nada. Es decir, ¿que hago yo, una chica del montón, junto a tantas rubias de ojos claros impresionantes? Y otra pregunta que me hago es: ¿Dani es una de ellas? En el instituto, cuando las dos paseábamos por el patio, empezábamos a hablar de... un poco de todo. Los días que estábamos depresivas eran en los que nos dábamos cuenta de las bellezas que había a nuestro alrededor ( y sí, algunas bellezas se les podría llamar también furcias) y entonces nos sentíamos feas. Ahora yo sigo sintiéndome así entre tantas chicas perfectas, pero lo más extraño es que veo a mi mejor amiga como una de ellas.
Las hacen pasar a todas dejándonos a los que las acompañaban en la misma sala. Todas las chicas se van montadas en sus grandes tacones y solo nos quedamos las  amigas, novios y familiares. Me siento junto a una mujer de 45 años con la que entablo conversación rápidamente. Le cuento por qué estoy aquí y ella hace lo mismo: es la madre de una de ellas, como suponía. Me cuenta que está preocupada porque su hija había dejado los estudios por ser modelo y  aún no la habían elegido en nada.
- Yo la apoyé y lo seguiré haciendo, pero lo que ha hecho no está bien. Cuando se de cuenta de que esto de ser modelo no es lo suyo, volverá a los estudios pero quizás sea demasiado tarde.
A los 46 minutos exactos se abrieron las puertas y todas las modelos vuelven. Algunas lloran decepcionadas. Otras, en cambio, abrazan a la persona que las acompañan alegres. Una chica morena de ojos grisáceos viene hacia nosotras.
- No me han cogido.- dice, con la voz quebrada. Como era de suponer, era la hija de esta amable señora, que me miró como si dijera " se lo dije"
- Volvamos a casa. Ah, Katy, esta es Marina. Ha venido para acompañar a su mejor amiga.
- Hola Katy- le dije- siento que no te hayan cogido.
- Da igual, una se acostumbra.- Se da la vuelta y se marcha.
- Adiós Marina- me dice su madre, persiguiéndola.
La verdad es que su madre tiene razón: es guapa, pero no lo suficiente para ser modelo.
Levanto la vista entre todas las chicas y veo a Dani. No parece muy contenta, así que me temo lo peor.
-¿Cómo ha ido?
-Mal. Joder tía, ¿cómo iba a ir bien? Mira a todas estas, guapas, preciosas, y luego estoy yo.
- Dani, tranquilízate, ¿vale? Todas ellas son muy guapas, sí, pero si se han interesado por ti ya 2 veces es por algo.
- No se ni para que me hago ilusiones. Yo nunca he querido ser modelo y no debería estar presentándome a sitios donde no me van a coger.
En este momento, mi duda de antes se resuelve: Dani se siente igual que yo, como cuando estábamos en el instituto. Pero aún así, yo la veo distinta. Desde mi punto de vista, la veo diferente. Sigo pensando que es una de ellas.
-Dani, deja de decir gilipolleces, ¿vale? Tienes unas piernas rectas y preciosas, unas curvas que ya quisieran muchas anoréxicas que hay aquí, un pelo más que perfecto y una sonrisa preciosa. Yo misma he visto como los novios de las demás te miraban el culo y he estado presente las dos veces en las que te decían que servías para modelo y aunque no sea así, yo veo que lo eres. Y veo que eres preciosa, ¿vale? Y sabes, después de tantísimos años, que no soy capaz de mentirte.
Tras marcarme este motivador discurso, sonríe. Mira al suelo por un momento y acto seguido, mira al frente.
- Tienes razón- me dice, caminando más rápido- Joder, tienes razón.
Más motivada que nunca, llama a un taxi. Se monta y yo hago lo mismo, contenta conmigo misma por haberla ayudado.

Me encuentro fatal. Me duele la garganta al tragar, mi voz suena rara, tengo mocos y escalofríos. Joder, me he resfriado. Estoy tumbada en el sofá con el pijama de invierno (cuando hace un rato no tenía nada de frío) y una manta de franela encima. Me he duchado de nuevo, pero con agua fría, porque tenía mucha calor, y ahora tengo la sensación de estar en Diciembre.
-¿Cómo estás?
- Igual...
- Es hora de cenar. ¿Qué te parece si pido algo y luego hago palomitas mientras vemos alguna peli?
- Vale. ¿Qué vas a pedir?
- Josh me recomendó un restaurante que tiene platos muy ricos y te los puedes llevar a casa. Estoy vestida y además, tengo ganas de salir. ¿Tienes preferencia por algo?
- No, me da igual. Gracias, tía.
-¿Gracias? Anda, anda... Tu a mi no me tienes que decir eso.
- Ahora tengo calor. Joder, ahora tengo muchísima calor- digo, mientras me destapo y me dispongo a quitarme el pijama.
-¡No, tonta! Si te desnudas ahora será peor, tienes que aguantarte con el pijama puesto. Parece que no te hayas resfriado nunca. Voy al restaurante, está al lado así que no tardo nada.
¿Os acordáis lo que os dije? Dani es la ordenada, la inteligente, la que sabe que hacer en cada momento. Yo la que hace las cosas bien cuando me salen bien, si no, paso. Ahora estamos demostrando que es así. Os dije que cuando ella necesita desahogarse y sentirse bien, yo soy la que mejor sabe hacerlo, y efectivamente, la he ayudado esta tarde. Ahora por la noche, ella me cuida a mi y sabe perfectamente lo que hacer para que mejore. Una sin la otra es un desastre.


Dani camina con el móvil en la mano. Hacía mucho que no entraba en twitter, así que le está echando un vistazo. Empieza a contestar menciones de sus amigos, de su prima Vanesa, que dice que la echa de menos, y empieza a leer los tweets de las muchas directioners que la siguen. Casi todas dicen los mismo:
Los chicos se encuentran en Londres, en el Fabulous Café.
¿Dónde estaría esa cafetería? Si Marina no estuviera mal, las dos ya se habrían puesto en marcha y la abrían buscado.
Entra al restaurante y le dicen que la comida para llevar se pide en una ventanilla. Sale y se pone en la cola, que solo tiene 6 personas. Al llegar su turno, sigue pidiendo y mirando twitter. Entonces siente que unas manos le tapan los ojos.Del susto el móvil da unas vueltas en el aire y por pocas se cae.
-¡Tranquila! No voy a comerte ni nada de eso.
- Me has asustado. ¿Quién eres?- Danielle reconoce la voz, pero no sabe a que cara asociarla.
- Adivínalo.- Es un chico, eso está claro. Pero, ¿quién?
- No tengo ganas, ¡dime quién eres!
- ¡No!- dice, riendo.- Venga, di nombres.
- Joder...No eres Josh, eso lo tengo claro.
- No.
-¿David?- Dijo, extrañada.
- No.
-¿Mike?- preguntó, acordándose de compañeros de la beca.
- Tampoco.
- ¿Bob?- dijo, acordándose de otro compañero.
- Que torpe eres...
-¡Es que no se quién eres!- dice, llevándose las manos a los ojos y apartando las suyas. Se da la vuelta y casi se cae de culo al ver quién era. Harry. Harry Styles.
-¡Harry!- le abraza muy fuerte- ¿Cómo es que te acuerdas de mi, con la cantidad de fans que ves cada día?
- No conocemos a todas las fans de forma tan tranquila como te conocimos a ti y a Marina. Por cierto... ¿dónde está?
- Está en casa, se ha resfriado y no se encuentra bien.
- Chica, aquí tienes lo que has pedido.- Le dice un hombre desde la ventanilla.
- Gracias. Le contesta, mientras Harry pide lo suyo.
-¿No estabais en una cafetería? Me acabo de conectar a twitter y eso decían.
- Sí, pero nos hemos tenido que ir, estábamos agobiados. Los chicos están en aquella esquina, montados en mi coche, esperándome.
- Joder, quiero conoceros a todos, algún día.
- Tu pedido- vuelve a decir el mismo hombre.
- Espero que así sea, porque a mi y a Zayn nos caísteis muy bien. Hemos hablado a los chicos de vosotras.
-¿Sí? ¿Qué dijeron?- Dani parece tranquila, pero en realidad devora con la mirada cada centímetro del rostro de Harry.
- Que os querían conocer, claro. ¿Qué te parece si te doy mi número? Te puedo llamar y cuando tengamos un hueco libre, quedamos.
- Ah...- Le falta la respiración. Esto ya es demasiado. Dani se queda mirando a Harry a los ojos. Él, algo confuso, baja la mirada, pero ella la busca.
-¿Dani?
Sigue sin reaccionar. Está petrificada y tiene los pensamientos bloqueados.
-¿Dani?
-Sí.- Dijo, al fin.- Perdona, lo siento...- Con la mirada en el suelo y pensando en el ridículo que acababa de hacer, saca su móvil para apuntar el número. Harry se lo dice y ella le da a "guardar".
- Pues ya me tengo que ir... Los chicos me esperan.
- Lo siento Harry.
-¿Por qué?
- Por comportarme como una fan loca, mirándote embobada. Lo siento, en serio.
-¿Qué dices? Es normal que te hayas quedado en shock. Me has recordado a Niall cuando conoció a Justin. Dani, fans locas son las que llegan a tirarnos del pelo de los nervios. Tú y Marina sois fans con las que se puede hablar bien, así que no digas "lo siento". Pero os queremos a todas por igual.
- Eres puro amor, en serio.- Dice Dani, abrazando a Harry con los ojos cerrados. Están así varios segundos. Ella abre los ojos y ve a los chicos corriendo hacia nosotros con una enorme manada de fans detrás suya.
- ¡Harry!- grita Niall- ¡Corre, vamos al coche, nos han pillado!
-¿Qué?- Harry grita también.
-¡Hola Dani!- le grita Zayn.
-¡Hola!- Grita ella. Gritan todos. Hay mucha tensión allí. Dani se va a desmayar de un momento a otro.
Sin despedirse de ella, Harry la deja e intentan hacerse un hueco entre las fans. Cada vez hay más, como si aparecieran por arte magia, por teletransporte, por lo que sea. Se sujeta a la pared intentando no caerse por los empujones de las fans. Siente que alguien le coge el brazo y al girarse ve a Zayn.
-¡Por favor, llevamos a tu casa! ¡Por favor!
-¿Qué? Emm... Sí, claro, vamos, ¡seguidme!
Zayn llama a los chicos, que estaban haciéndose fotos y firmando autógrafos. Empiezan a correr tras Dani, confundidos por no tener ni idea de dónde van. Los ensordecedores gritos de las fans eran insoportables. Dani tiene ganas de llorar. No sabe porque, pero es lo único que quiere hacer.


Joder, está tardando mucho. He preparado las palomitas y he puesto la película. La he llamado 10 veces, pero no me coge el móvil. Vale, esto ya es preocupante.
Se oyen unos gritos en la calle. Aumentan cada vez más y más. ¿Que coño pasa ahí fuera? Me levanto y ando torpemente por culpa de mi pijama, que me está enorme, y porque no puedo separarme de mi manta. Tengo un frío increíble. Por la ventana se ven miles de chicas con camisetas de One Direction. Están rojas, lloran, respiran aceleradamente. Un momento, ¿estarán ellos fuera? Joder, ¿que hago? ¿Salgo? ¿No salgo? Mira que pintas tengo...
- ¡¡Marina, abre la puerta!! ¡¡Corre!!
¿Esa es Dani? ¿Que coño está pasando? Abro la puerta y entra, pero no viene sola. Zayn, Harry, Niall, Liam y Louis, que al verme paralizada cierra la puerta antes de que se cuele alguna fan.
Estoy parada. No se que hacer. No se que pensar. ¿En serio? ¿One Direction están en el salón de mi casa? Dani, ¿ a que coño juegas? ¿ a que me de algo? ¿Un infarto? ¿ Y qué cojones hago con estas pintas? El pijama de invierno que me está grande, un moño medio desecho y la nariz roja de tanto sonarme los mocos. ¡¡¿Qué está pasando!!?
-Marina, lo siento, pero nos perseguían.- Me explica Dani.
- Vale. Hola.- Consigo decir.
Observo a los chicos. Todos me miran mientras respiran aceleradamente. Joder, ¡no me miréis, que me va a dar algo!
- Marina, lo sentimos. No teníamos otra opción.- Me dice Harry.
Las fans siguen gritando. Llego a oír cosas como: "¿Quién era la guarra esa y por qué os entra en su casa?" Ese comentario me despierta. No, a mi Dani no se le insulta.
- No pasa nada. Cerrad las ventanas.- digo, mientras cierro la que había detrás mía.
Colocamos sillas cerca del sofá y se sientan todos mientras yo me visto. Me pongo una sudadera azul marino con letras rojas en francés que no recuerdo que dicen, unos vaqueros claros y mis Converse rojas. Me miro al espejo: soy un desastre. La nariz más enrojecida aún y la mirada triste y cansada. Pero, bah, paso de maquillarme. Me dejo el pelo al natural y unas ondas bailarinas caen sobre mi pecho.
Antes de salir, respiro profundamente y me digo a mi misma: "Compórtate".
Abro la puerta de mi habitación y todos me miran.
- Ven, siéntate.- Me dice Zayn, que me había dejado un sitio junto a él y a Dani.- Os voy a presentar. Estas son Marina y Danielle, las fans españolas que conocimos en la cafetería el otro día.
- Hola- Saludan, casi al unísono.
- Sentimos mucho presentarnos así, sin avisar ni nada. Encima Danielle nos ha dicho que estás resfriada.- Me dice Liam, sintiéndose culpable.
-¡No pasa nada! Además, solo es un resfriado, no es para tanto.- Aparento estar bien, pero me duele muchísimo la cabeza- ¿Pero que ha pasado? ¡Contadme!
- Estábamos en la cafetería Fabulous cuando una manada de fans ha aparecido. Entre empujones y tortazos, hemos salido y una vez en el coche, hemos recorrido varias calles hasta llegar al restaurante de al lado...- Explica Niall.
- Entonces yo he bajado a pedir comida y me he encontrado a Dani. Estábamos hablando mientras nos servían las cosas cuando han llegado todos con las fans detrás y no teníamos otra alternativa que decirle a ella que nos escondiera.
- ¡Joder! ¿Tenéis que pasar por esto cada vez que salís a la calle?
- No siempre, pero sí, a veces.- Ahora habla Lou- Muchas gracias de nuevo, ¿cómo os llamáis? Ya se me ha olvidado- Dice con una preciosa sonrisa.
- Danielle y Marina, pero a ella llamadla Dani.
- ¡Te llamas Danielle y tienes el pelo de nuestra Danielle! Increíble...
-¡Sí, también nos habíamos dado cuenta!
- Y... ¿de quién es la casa?- Pregunta Niall.
- La hemos alquilado a una señora ya mayor.
- Sí, la madre de su novio.- Digo, con una gran carcajada.
-¿Ya son novios?- Me dice Harry- Se veía venir. Cuando nos la presentó, venía de la mano con él...
Harry y yo reímos. Dani me pega una mini colleja.
-¿Puedo terminar de hablar?
- Vale, pero yo ya me se la historia, voy a pedir unas pizzas. Por cierto, ¿y la comida?
- ¡Las directioners locas la han tirado!
- Lo suponía...- Me levanto a pedir la pizza, pero me mareo un poco y caigo en la silla de nuevo.
- ¿Estás bien? ¿ Quieres que la pida yo?- Zayn se ofrece mientras me sujeta.
- No, tranquilo, ya voy yo.
Todos me miran preocupados mientras voy a la cocina y cojo el teléfono. Dani sigue contando como llegamos aquí mientras yo pido las pizzas.
-Sí... Sí...Ah, un momento- Tapo un lado del teléfono- ¡Chicos! ¿De qué la queréis?
- Jamón y Queso.
- Cuatro quesos. Bueno, dos de esa.
- ¡Bacon! Adoro el bacon... Pide dos de esa también.
-¡Organizaros!- Digo, riéndome. Ya estaba mucho más tranquila, aunque me estaban poniendo de los nervios.
- Dos de jamón y queso, dos de cuatro quesos y dos de bacon.- Concluye Liam
-¡Y dos de atún!- Grita Louis.
-¿No serán muchas?
- No te preocupes, tenemos a Niall.
Niall hace un gesto con el que afirma que se lo comerá todo y yo casi muero de la risa. Termino de hacer el pedido y al volver están hablando de mi.
-¿Qué estáis cotilleando? ¿Eh?
Niall me sonríe, dispuesto a hablarme. Dios mio, acabo de morir.
- Estábamos comentando lo de tu novela. Debes de ser muy buena escritora si ese concurso tan importante te escogió a ti.
- Modestia aparte, reconozco que escribo bien, pero no soy la mejor.
- Eso lo diremos nosotros. Cuando publiques tu novela, ya tienes 5 lectores.
- Seis- señala Dani.
- Sois geniales, en serio.
Una carcajada general inunda la casa. Louis nos manda a callar y pregunta:
-¿Cómo va a venir el repartidor? Cuando vea a las fans, se dará la vuelta.
- Cierto...- Zayn se queda pensativo-
-Espera, no oigo casi nada ya. Voy a asomarme.
Me asomo y veo a 6 fans sentadas en la acera hablando mucho más tranquilas. De vez en cuando, algún grito sobresale, pero el repartidor vendría sin problemas.
Dani, Zayn y Liam  preparan la mesa. Yo les acabo de preguntar a los chicos como son capaces de aguantar esto vayan donde vayan.
- La gente piensa que es costumbre- Lou me explica- Y sí, también es eso, pero sobre todo es porque sabemos lo que sentís y nos ponemos en vuestro lugar. Estáis viendo a vuestros ídolos justo a metros  y es muy normal que os comportéis así.
- Además- prosigue Niall- Si no fuera por vosotras no seríamos tan famosos. Desde que entramos a TXF hemos soportado los gritos de las fans, cada vez más fuertes. Pero... adoramos esos gritos.
-Ohhh- digo, con una sonrisa tonta en la cara.
- Niall grita mucho más fuerte que todas las directioners juntas cuando ve a Justin.
Joder, cada palabra de Lou son millones de risas. Estoy extraña, pero bien. No se si me explico: horas atrás estaba sin respiración y atacada por el aspecto. Ahora me río con ellos y vamos a cenar juntos. ¿Pero esto que eeeeeeeeeeeeeeees? ¡Parece que estoy en un video diario!
El repartidor llama y Dani abre con cuidado. Ya solo quedan 3 fans que se están  marchado y no han visto al repartidor llamar.
Yo a veces he pensado: "¿Y si Liam no es tan educado en persona?" "¿Y si Niall en realidad no come tanto, solo es por hacer la gracia?" "¿Y si Lou no es tan gracioso y amigable?"...
¡Todo es verdad, joder! Niall ya ha devorado las palomitas que había preparado antes de que vinieran y la mitad de una pizza sin que nos diéramos cuenta. Liam me pregunta a cada momento si me encuentro mareada, cada frase de Lou es un puntazo, Zayn no para de tocarse y colocarse el pelo y Harry... bueno, Harry no está ligando con ninguna de nosotras. Creo que es el único tópico algo falso: Él no intenta besar a una chica a los cinco minutos.
Ahora hablamos sobre sus conciertos en España. Le cuento a Niall que me sigue en twitter gracias a mi carta y tras comprobarlo, los demás me empiezan a seguir a mi y a Dani.
-¡Oye, tengo una idea! Mirad, mi prima es directioner también. Ella está en España, pero podríamos enviarle un mensaje de voz por WhatsApp.
-¡Vale! Y le hablamos en español.- Dice Niall, animado.
Todos a mi alrededor esperan atentos mi señal.
-¡Prima! Tengo algo que contarte, algo muy fuerte, pero antes escucha esto:
Les indico a los chicos que hablen:
-¡Hola Elena, somos One Direction!- Dicen al unísono.
- Tu amable prima nos ha invitado a cenar, luego te cuenta por qué- Dice Niall en un español con acento irlandés y palabras lentas.
- ¡Adiós! ¡Un gran beso!
Le doy a enviar y ya tan solo falta esperar. Efectivamente, se ha vuelto loca, como yo esperaba. No paran de llegarme WhatsApp pidiéndome que le cuente que ha pasado, pero yo los ignoro porque me parece feo contárselo todo ahora que están aquí los chicos.
Al cabo del rato no queda ni un trozo de pizza. Como se habían levantado, se cambiaron de sitio y Dani acabó entre Liam y Lou. Yo acabé junto a Niall, que se comió la pizza que yo me dejé, y Harry.
Son cerca de las 2 de la mañana. Lou ha puesto en la tele un programa que no sabía ni que existía. Consiste en gente que pasa unas pruebas físicas muy duras, por lo que se caen en barro, lagos, piscinas... Algo parecido al Grand Prix, pero más bestia.
Louis, Niall y Liam se ríen de las caídas mientras que Zayn, Dani, Harry y yo nos reímos de las sonoras carcajadas de Niall.
- ¡No os riáis de mí!- Dice, mientas sigue haciéndolo con otra caída más.
-¡Son las 3: 14 de la mañana! Tíos, vamos, que mañana tenemos que ir a la radio a las 10:00
- ¡Joder, es verdad!
Todos se levantan y se dirigen a la puerta mientras nos dan dos besos y un abrazo a Dani y a mi.
- En serio, tenemos que agradeceros esto. Nos dejáis entrar a vuestra casa, estando Marina resfriada, nos invitáis a cenar y encima nos dejáis quedarnos hasta las tantas de la noche viendo la tele.- Dice Liam.
- Tranquilo Liam, Dani tiene mi número, la llamaré si vamos a cenar o algo.- Dice Harry, mirando a Dani, que sonríe.
Cerramos la puerta tras un "adiós". Nos miramos y sonreímos.
- 1, 2 y 3...
-AAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRRRRRRGGGGGGGGGGGGGGGGGGG.
Dentro de ese grito, estaban todos los nervios, sentimientos mezclados y ganas de llorar que nos habíamos tenido que aguantar durante horas. Pero, es extraño. Es... diferente. El grito para desahogarse que dimos cuando conocimos a Harry y Zayn  fue más emocionante y con más energía que este. Sí, ya se por lo que es: hemos estado con ellos como si fueran nuestros amigos, como unas chicas más, no como fans que acababan de ver a sus ídolos. Y sí, la sensación es mucho mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario