CAPÍTULO 38.

Abro los ojos y los cierro inmediatamente, ya que el sol me ciega.  Un extraño buen humor me recorre en mis primeros segundos levantada. Estiro los brazos y las piernas tanto que me duelen y tengo que relajarlos sobre la cama. Me quedo quieta mirando al techo y vuelvo a cerrar los ojos, pero no puedo dormirme, así que me levanto. Al mirarme al espejo me doy cuenta de que ayer me dormí en jeans y sudadera. Sonrío mientras me pongo una bata para que no me de frío y salgo.
En el salón está Dani desayunando cereales mirando por la ventana del salón. Elena y Cristina siguen tumbadas en el sofá de la postura más rara posible. Cristina va a desnucarse de lo mal que ha colocado su cabeza sobre el cojín y a Elena se le cae la baba. Son tan monas y tan ridículas a la vez que les hago una foto e intento no mearme de la risa para no despertarlas.
-He intentado colocarlas mejor, pero casi me pegan al tocarlas- Dice Dani. Me preparo un vaso de leche y me siento junto a ella. Otra mañana más mirando por la ventana después de bastante tiempo. Le doy pequeños sorbos a la leche con Cola Cao mientras pienso en estos últimos días. Aunque los chicos no han estado presentes, me hacían falta. Han pasado un par de días en los que lo único que hemos hecho se resume en una palabra: vaguear. Tras la gran fiesta del cumple de Louis, la cena de Navidad y el día por Londres grabando, nos ha venido genial este gran descanso. El día después de la excursión por Londres, Dani y yo nos fuimos al hotel de Elena y Cristina. La mañana la pasamos hablando de todo aquello y viendo las fotos que nosotras hicimos. Luego pedimos unas pizzas porque según ellas la comida del hotel está asquerosa. Por la tarde salimos a dar una vuelta y ellas se compraron ropa y varias cosas. Yo me tuve que contener, no puedo permitirme gastar más dinero. Ese día por la noche, Niall cogió el avión a Irlanda y los chicos se fueron cada uno a su hogar para pasar estos días de Navidad con su familia, así que no les he vuelto a ver. Al día siguiente hicimos exactamente lo mismo, solo que aquí en casa. Por la noche vimos una película de esas tan cursis y dulces que te dan ganas de vomitar purpurina por las orejas. De lo tarde que la acabamos nos fuimos a la cama sin molestarnos en ponernos el pijama. Y aquí estamos ahora. Creo que el día volverá a ser igual, y ya estoy empezando a aburrirme. Echo de menos a los chicos, y echo de menos a Niall. Instintivamente me saco el móvil del bolsillo y abro el icono de WhatsApp. Le busco y leo lo último que hablamos.
¿Has llegado ya? ¿Cómo ha ido el viaje?

Sí, ya estoy aquí. Ha ido bien, pero la comida dejaba mucho que desear....

¿Hay algo en tu cabeza que no sea la comida? - en ese momento tenía que irme- ¡hablamos después!xxxxxxxxx

Me di cuenta de que se tiró al menos un minuto escribiendo algo, pero al final no lo envió. No hemos vuelto a hablar, excepto en el grupo de WhatsApp que creamos cuando se fueron de viaje. Siempre está activo, sobre todo porque Harry y yo insistimos en hablar y todos se unen.
En aquel momento del London Eye deseé que algunas de las cámaras estuviesen encendidas. Deseé grabar ese rato para siempre, cada palabra, cada gesto, cada sonrisa...Pero lo que más deseé fue un beso. Un beso que confirmase nuestras miradas. Pero yo, por cobarde, no se lo di. Y él...No sé por qué sería. Quizás no me quiere, aunque todo indica a que no es así. No lo sé.
Hoy es mi último día de relax. Mañana todos vuelven porque es año nuevo, menos él, y me dijeron que iban a montar una fiesta en su casa. No va a ser una fiesta como la de Lou, será aún más intima. Solo irán ellos, las chicas de Little Mix, Eleanor, Danielle, Perrie, nosotras y Josh. Pensándolo bien, entre la bebida y el baile si mañana Niall llega a estar, quizás se hubiese llevado un beso mío. Pero no quiero que nuestro primer beso sea así, no, para nada. Así que, para cuando vuelva, apunto en "Notaciones" en mi móvil:

PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO:
1. Besar a Niall.

Observo que Elena se despierta y mira a todos lados, soñolienta. Se levanta y se estira tras decir "Buenos días".
-¿Qué hay de desayunar?
-¡Eh, que no estamos en el hotel, te lo preparas tu solita!- Le contesto.
-Vale, vale, a sus órdenes.
Nos sonríe y se prepara unos cereales como los de Dani. Pone música y Little Mix suenan con "Madhouse", haciendo que Cristina también abra sus ojos. Se sienta recta en el sofá y tras suspirar dice:
-Me duele mucho el cuello.
Dani y yo nos reímos y ellas dos se miran confusas.
-Normal que te duela, ¿has visto como has dormido? Teníais que haberos ido a una cama.
-Es que teníamos mucho sueño como para movernos. Ah, buenos días.
Se sienta junto a nosotras y las cuatro miramos por la ventana.
-¿No desayunas, Cristina?- Le pregunta Dani.
-No tengo hambre.
Dejamos de hablar y fijamos nuestra vista al final de la plaza. Sé que todas están mirando a la cafetería, al igual que yo. Al fin, Elena dice:
-Allí empezó todo, ¿verdad?
Dani y yo asentimos y sin poder evitarlo, hablamos de aquel día. De mi corazón que casi se me sale por la boca al ver a Harry y a Zayn allí sentados, tan normales. Después cuando me invitaron a una Coca Cola, y cuando llegó Dani con Josh. Fue su primera cita también. Ah, y mi primera con David. Por desgracia, tuve que volver a verle para devolverle la ropa y pasó lo que pasó. Así, entre risas y algunos malos recuerdos, lo repasamos todo hasta el día de hoy.
-Como dice Zayn, la vida es una montaña rusa.- Dice Cristina, haciendo que todas asintamos para darle la razón.
Tras eso volvemos a nuestro desayuno, pero yo la miro.
-Cristina, eres toda una Directioner.
-¿Sí?- Dice ella, dudosa.
-Y tanto. Has visto los video diaries, te sabes cada frase, cada momento, los motes cariñosos de los chicos, sus ropas, lo que les gusta y lo que no...Eres como nosotras.
-Lo he pensado mucho últimamente. Yo también creo que lo soy, porque cada vez que Elena me hablaba de ellos en Málaga cuando la conocí yo sabía lo que decía, pero por otra parte no me considero Directioner.
-¿Por qué no? Marina tiene razón- Me apoya Dani.
-Porque...por ejemplo, hasta que no conocí a Elena no vi los video diaries, no me interesé por ellos, aunque me sabía las frases más importantes.
-Pero ya lo has visto. Y te encantaron- Dice Elena, que se une a nosotras.
-Eso es verdad. Estuve riéndome todo el día, y los vi miles de veces.
-¡Directioner!- Grito, al oírla decir unas palabras que yo ya dije hace 6 años.
-¿Es demasiado tarde para que me lo considere?
-Nunca es tarde para una más.
La abrazamos y ella se ríe, me atrevo a decir que está muy, muy contenta de lo que acabamos de decir. Elena saca su móvil y dice:
-Día 29, apuntad esa fecha, es el día en el que una gran chica entra al fandom.
-Aunque lleva dentro de él mucho antes.
Mientras lavo los pocos platos que hemos usado para el desayuno, hacemos planes pensando en voz alta para esta tarde. Corto la conversación diciendo "Mañana vuelven los chicos" y las tres enloquecen.
-Pero no vuelve Niall.
-¡Dani, no seas aguafiestas!- Le dice mi prima que le lanza un cojín.
Sí, todas lo saben. Mi prima ya lo sabía, y no me parecía bien que las tres se lo ocultásemos a Cristina. Lo que solo sabe Dani es lo de Harry. No quiero que nadie más lo sepa, porque sé que lo que menos necesita es que sus sentimientos vayan de boca en boca, aunque solo sean dos personas.
El resto de la mañana lo pasamos hablando de mi y de Niall. No hacen nada más que preguntarme sobre  aquel momento. Como no quiero hablar más del tema ( no sé por qué, es lo único en lo que puedo pensar ahora) desvío la conversación.
-¿Y vosotras qué? ¿Eh? Cristina, tú seguro que tienes a alguien...
-No, no tengo.
-Venga ya, no me lo quieres contar.
-¡No miento!
-Elena, ¿miente?
-Sí, está con una llama que escupe y grita "Ola k ase"
La risa sube por mi estómago y acaba en mi boca con un grito. Ellas también se ríen a más no poder, retorciéndose en el suelo, con los ojos llorosos. Creo que esta es una de las mejores sensaciones que puedes experimentar en la vida: la risa. Esa que te hace golpear cosas porque no tienes ni idea de por qué te ríes de algo tan tonto. Y cuando paras, acabas riéndote de la risa de los demás.
Tras un rato así respiramos y mi móvil suena. Intento relajarme y lo consigo al ver que es John. Reunión a la vista...
-¿Sí?
-¡Marina, soy John!- Siempre dice lo mismo, con su habitual buen humor.
-¡Hola, John!
-Esta tarde hay reunión, tenemos que hablar de muchas cosas.
-¿Sí? Suena a malas noticias...
-¡Para nada! Lo sabrás a las 16:15, donde siempre. ¡Nos vemos!
Cuelga y miro la hora. Me da tiempo de comer, vestirme y salir pitando. ¿Por qué siempre las reuniones son tan aceleradas? Yo creo que se le olvida llamarme, o llama en el último momento.
Dani, Elena y Cristina se quejan de que tenga la tarde ocupada, así que me piden que les ayude a elegir sitio dónde ir juntas, algún sitio dónde no hayan ido. Les digo que vayan a Harrods, pero enseguida descartan la idea, ya que están de dinero más o menos igual que yo.
-Podemos ir al Starbucks- Propone Elena.
-¡Oh, al Starbucks, que "hipster" mi prima!- Digo bromeando.
-¡Oye, no te rías de mi!- Dice, pero a la vez se ríe de mi gracia.
Volvemos a pedir pizza por 3ª vez para comer, y estoy segura de que será para cenar hoy también. En realidad me encanta estar en este plan: me levanto cuando quiero, hago lo que quiero, como lo que quiero...¡Soy libre!
Comemos como nos enseñaron los chicos: sin poner la mesa. Porque, según ellos, ¿para qué ponerla, si luego vas a tener que quitarla? Y pensándolo bien, tienen razón. Les enseñamos a Elena y Cristina el juego del presentador de las noticias y con dos personas más es una catástrofe total entre gritos y bocas llenas de comida. Somos todas unas "princesas".
Hora de vestirse. Me vuelvo a acordar de mi segunda reunión en la que aparecí despeinada por las prisas, con jeans y sudadera. Parece que las miradas vuelven a clavarse en mi mientras saco una ropa más elegante para que no vuelva a pasar. Escojo unos leggings negros con una camisa, mi americana azul oscura y unos tacones negros. Me dejo el pelo al natural porque no tengo tiempo de hacerme nada en él y me despido de todas, que ya se preparan para pasar la tarde fuera.
El metro se va llenando con cada parada. No es la primera vez que me pasa, pero al estar sola lo siento aún más. Hablo de ser "famosa". Es la primera vez que cojo el metro sola desde que empezaron las vacaciones y la gente me mira de forma extraña. Los más mayores me ven como una chica más, pero los de mi edad y más pequeñas saben quién soy, saben que llevo varios meses apareciendo en las revistas como la posible novia de sus ídolos, saben que sé que me miran y sí, sus miradas son increíblemente incomodantes.
Bajo del metro y al salir respiro más tranquila. Son las 16: 12, ¡mierda, ya voy tarde! Cruzo varias calles y por fin estoy, me miro en un cristal, me peino con los dedos y entro al gran edificio. Me acerco a la recepcionista.
-Hola, tengo reunión con Jonh.
Siempre voy hacia ella, aunque sé perfectamente cuál es la sala dónde está. Se supone que debe dar parte de las personas que le visitan.
-Se encuentra en la sala 12-B.
-Gracias.
Las 16:17. Llamo a la puerta y oigo su voz diciendo que pase.
-¿Coca Cola?- Me pregunta, poniendo en la mesa el vaso ya lleno. ¿Siempre es tan profesional?
-Sí, gracias- le sonrío- Siento llegar tarde.
-Ojalá todos fueran tan puntuales como tú. Siéntate.
Le obedezco y él me da mi pen-drive.
-¿Ya la has leído?
-Sí.
-¿Qué tal?
Tras una pausa mirando a su vaso de café vacío me mira a mi:
-¿Qué puedo decirte que no sepas ya? Eres estupenda escribiendo, lo tienes todo: la historia, la forma, los personajes...Describes perfectamente cada detalle, resaltas lo importante, creas segundas historias que salen de la nada y sorprenden un poco más en cada capítulo...
Cuando me creo en una cima de piropos hacia mi talento, tengo que descender despacio de la montaña:
-Pero...-Dice, pausándose tras haber hablado tan rápido.
-¿Sí?- Digo, algo desilusionada. Siempre tiene que haber un puto "pero"
-El problema está en los 3 últimos capítulos. No son como los demás.  A ver como explicarlo...Tu novela es una caja de sorpresas, siempre misteriosa, pero estos 3 últimos capítulos lo han estropeado. Gracias a ellos el final es previsible. Lo que tus lectores van a querer es ese final, ese que yo al leer esto sé vas a poner, pero tienes que liarlo más, tienes que darle más vueltas, tienes que hacer que el lector se devore las páginas por tener un por qué...Tienes que seguir escribiendo como lo haces, así de sencillo.
Asiento lentamente con cada inspiradora palabra de John. No dudo de él, aparte de porque es todo un profesional, es porque estas últimas semanas no he escrito nada, y lo poco que he escrito no lo he notado brillante.
-Sé por qué estos capítulos no son igual que es resto de la novela. Aunque puede que me equivoque...
-¿Por qué crees que es?- Le pregunto.
-Por esto de que eres famosa. Según lo que he leído no has parado de salir a todos lados y acudir a fiestas importantes.-Ala, que exagerado- Me parece genial que te hayas adaptado tan bien al sitio, pero recuerda que estas aquí por tu novela y debes terminarla para febrero. Y aunque enero va a empezar ahora, un mes se pasa en nada, casi sin darte cuenta.
-Lo sé, tienes razón. Intentaré centrarme más, y la tendré terminada pronto.
-Y ahora viene la buena noticia. Según un estudio que yo mismo me he molestado en organizar, en España gran parte de la población adolescente está esperando con ganas tu novela. Eso significa que no solo va a hacerse famosa aquí, sino que también en tu país y necesitarás traducirla. Mi propuesta es contratar a una traductora, aunque parte de lo que ganes irá para ella. Es una pequeña parte, no te preocupes.
Esta última noticia me hace tranquilizarme y hasta ponerme contenta.
-Si es al español puedo traducirla yo sola.
-Ese es el problema. No es solo al español, también hay mucho interés por tu novela en Francia y Alemania, y estoy terminando de realizar un estudio por Italia.
Lo que dice me deja boquiabierta y me hace esbozar una gran sonrisa. No puedo creer que haya tanto interés por mi novela por Europa. ¿Tan famosa soy?
-Por tu cara de asombro, veo que no eres consciente de lo que se habla de ti por el mundo.
-No, no lo soy. ¡No me lo puedo creer!
-Marina, tu novela es una bomba. Ya no solo por ser la posible novia de dos de los integrantes de una de las bandas más famosas, sino por la novela en sí. Te lo digo en serio, la fama te la estás ganando tu solita.
-¿Yo? ¡Pero si no he hecho nada! Solo ser amiga de One Direction. Eso significa que la fama me la están ganando ellos- Reconozco algo decepcionada de mi misma.
-Te equivocas. Piensa en tu novela, en el argumento. Una Directioner que conoce a sus ídolos. Vas a despertar el interés de miles de fans de estos chicos por todos lados, van a leer hasta aquellas a las que no les gustan los libros....
Nunca lo he contado, pero mi novela es muy parecida a mi historia con los chicos, solo que el sitio, los sucesos y el nombre de los personajes son distintos. Sí, mi novela es un fanfic de One Direction. Más o menos cuando iba por la mitad casi todas las cosas que he escrito están basadas en hechos reales.
-¿Y como saben de qué va mi novela, si yo no he hablado nada?
-Lo saben por mi. Hablé con una de esas revistas y la información ha corrido como la pólvora.
Tras pensar un poco mi respuesta, digo muy seria:
-Debías haberme avisado.
-Lo sé, y lo siento mucho. No volverá a pasar. Aunque, solo les dije que la novela va sobre una chica que conoce a sus ídolos, una historia algo parecida a la tuya. Y ya de paso, te ayudé a desmentir rumores diciendo que no estás con nadie.
-Gracias, pero de ahora en adelante quiero que me avises de toda la información que des, y de lo que desveles sobre mi novela hasta que la publique.
-De acuerdo.
Mi seriedad dura poco, ya que la alegría la abarca. ¡Voy a ser conocida por todo el mundo!
-Bueno, para terminar, ¿aceptas tener una traductora?
-Sí, la necesito.
-Muy bien, pues ya te llamaré para que la conozcas y firmes unos papeles. En cuanto salga de aquí desconecto del todo, ¡me voy de vacaciones una semana a Grecia!
-¡Que las disfrutes!- Digo, levantándome para salir.
-Oye, una última cosa.
-¿Qué?
-He visto todas las fotos de las revistas. Ese estilo que traes a la reuniones no es el tuyo, no me gusta. Ven como viniste aquel día, juvenil, alegre....
Sonrío y contesto "vale" para después cerrar la puerta. Bajo en el ascensor y vuelvo a dirigirme al metro con intenciones de volver corriendo a casa y ponerme a escribir. Esta noticia me ha dejado impactada, ¡yo, famosa en España, Francia y Alemania! No esperaba salir del Reino Unido y España y me daba por satisfecha, ¡y mira ahora! No me lo puedo creer, ¡no puedo!
La boca del metro me traga para llevarme a sus profundidades. Aún no ha llegado el que me toca a mi, así que me siento en un banco y decido abrir Twitter tras bastantes semanas. Paso casi todo el tiempo contestando el mayor número de menciones que puedo y haciendo RT. Me doy cuenta de que mis seguidores han subido a 29.143 y vuelvo a quedarme sin aire. ¿Quién soy yo para tener tantos seguidores en Twitter?
Descanso un poco la vista de la pantalla del móvil y miro a un mapa de los sitios por los que pasa el metro que tengo al lado. Recorro con el dedo el camino que debo tomar y desvío mi vista 4 calles más abajo. Ahí está la casa de Jake y Molly. Miro la hora. Las 20:34. No sé si Dani, Cristina y Elena habrán vuelto a casa. Dudo un poco, pero al final decido ir a verles, así que cogeré el metro y bajaré en la segunda parada, que es la más cercana.
Cuando viene y me monto sigo en Twitter, esta vez viendo qué comentan todos. Se habla de que Niall está en Mulligar con su familia y los demás aquí en UK, cada uno en su hogar. Al ver los nuevos rumores sobre mi no sé si reír o llorar, o hacer las dos cosas a la vez, o pegar a alguien para descargar mi ira o ignorarles. Ah, no puedo ignorarlos,  ¡lo que dicen son gilipolleces! El poco rato que leo los tweets me entero de que estoy posiblemente embarazada de Harry, que se supone que me lié con Zayn en el cumpleaños de Lou, que Danielle a dejado a Liam por Dani, que Louis ha confesado en una revista que no le caemos bien ni a él ni a Eleanor...¿Hola? ¿Tenéis una vida?
Menos mal que hay gente que aún razona. Por otro lado, están los que dicen que todo eso es inventado y que no se creen nada o la mayoría de las cosas. Y luego hay otro pequeño grupo de chicas que nos idolatran a mi y a Dani por haber sido las primeras Directioners españolas que han llegado a conocer a los chicos y a ser sus amigas. Aunque son menos cantidad, la mayoría españolas y latinas, hacen que sonría y que vea que no todos nos odian  del hgrupopor las redes sociales. También se habla de mi novela y quitando unos pocos tweets, todo son buenas opiniones hacia el argumento. Casi sin pensarlo twitteo en inglés:
No estoy embarazada, no me he liado con Zayn, Dani no está con Liam y no le caigo mal a nadie del grupo. Solo somos amigas de los chicos, pero algunos indeseables sin vida han decidido destruir nuestra reputación.
Tras enviar ese, escribo otro de agradecimiento a las que me apoyan, pero esta vez lo hago en español:
Gracias a todas las Directioners que nos apoyan por Twitter y que entienden que solo somos unas chicas que les han conocido por casualidad. La mejor casualidad de nuestra vida, ya que los 5 son geniales.
La locura vuelve a desatarse, pero yo bloqueo mi móvil y salgo de allí. He llegado a mi destino.



Niall mira por la ventanilla del coche que conduce su padre. Los campos y montañas de Irlanda pasan ante sus ojos grandes y azules como el cielo, que hoy no trae lluvia. La radio canta una canción que desconoce. Su hogar, su infancia, sus primeras palabras, pasos, amigos y amores...Amor. Marina. No sabe cómo, pero cada detalle, cada mínima cosa acaba con ella en su cabeza. Y esto le arde por dentro, le quema la mente porque ahora se arrepiente de no haberla besado. A pesar de ser Niall Horan, el famoso, el deseado por millones de chicas, el perfecto...Es humano, lo que hace que la última cualidad  no sea cierta. Siente, se enamora y se equivoca. Y se ha equivocado, mucho Tiene miedo de que sea demasiado tarde para rectificar.
Su padre aparca en el camino que hay diviendo el gran jardín de bienvenida. Ambos bajan y sacan del maletero varias bolsas repletas de comida. Ya están preparando la gran cena familiar de año nuevo.
Mientras Niall saca las cosas de las nbolsas su padre las coloca. Tras un rato de un silencio roto por sus acciones, dice:
-¿Cómo has dicho que se llama?
-Marina.
Se lo ha contado todo, hasta el momento en el London Eye. Ahora su padre está contento, pero a la vez le ataca una curiosidad enorme, por lo que Niall sabe que toca un  interrogatorio.
-¿De qué parte de España es?
-Es de Málaga, pero ha estado mucho tiempo viviendo en Jaén, que está un poco más arriba.
Su padres se sitúa geográficamente con la mente. Sabe del lugar por sus anteriores vacaciones en Marbella. Tras eso, sigue preguntado:
-¿Cuántos años tiene?
-19. ¿Cómo es que tienes preguntas, con todo lo que te he contado?
Sonríe y se apoya sobre una de las mesas de la cocina abriendo un paquete de galletas, por lo que Niall acude a su lado rápidamente,
-Entiéndeme, Niall. Llevamos años sin decir que te has enamorado. No creo que nunca lo hayas hecho. Solo me has hablado de tres o cuatro chicas de pocos días. Quiero saber cómo es.
Se queda sorprendido al oír a su padre decir que está enamorado. No lo ha dicho así, solo ha hablado de una española a la que le ha puesto miles de adjetivos buenos. Pero es la verdad: está enamorado.
-Entonces, ¿todos los rumores son ciertos?
-¡No! No está con Harry, ni se ha liado con él, ni es la amante de ninguno de los otros. Solo la conocimos gracias a Harry y a Zayn y...me he enamorado- Reconoce.
-¿Tienes alguna foto?
-Claro-Saca su móvil y tras buscar un poco, llega a unas fotos que tiene con ella. Él con ella, Dani con ella, todos con ella, Perrie, Danielle y Eleanor con ella, Ella, joder, ella.
-Niall.
-Dime.
-Eres tonto. Pero tonto de narices.
-¿Por qué?
-Porque no la besaste.
-Oye, no me lo restriegues. Lo reconozco yo solito- Hace una pausa y continúa- ¿Te gusta?
Asiente y contesta:
-Es perfecta. Es sencilla, no es una modelo, ni una estrella, es simplemente una chica guapa...
-Una fan, una Directioner- Dice, completando la frase.
-¿Cuándo volverás a verla?
-Papá, me coinciden las fechas de los viajes del grupo con el final de mis días aquí.
Se queda callado y le mira muy serio mientras apura las últimas galletas.
-¿Quieres decir que no volverás a verla hasta dentro de unos meses?
-Sí.
-¿Y ella lo sabe?
-No, pero se dará cuenta cuando vea que coinciden las fechas.
-¿Cómo crees que se lo tomará?
-No lo sé. Creo que mal, porque según todos los del grupo se nota que ella también me quiere.
-Lo siento, Niall. Pero piens que volverás  averla cuando vuelvas...
-No, papá. Yo vuelvo de los viajes el día 21 de febrero y según lo que hemos hablado ella vuelve a España ese mes...
-Entonces, ¿puede que no vuelvas a verla?
-Eso es.
Un silencio lleno de pensamientos envuelve la cocina hasta que un grito de su madre lo interrumpe:
-¡Bobby! ¿Puedes venir? ¡Necesito ayuda en el salón!
-¡Ya voy, Maura!- Dice, apresurándose a salir de la cocina- Niall, una última pregunta.
-Dime.
-¿Ella te quiere por ser tu, o por ser Niall Horan, el famoso?
-Me quiere por ser yo, el Niall de Mulligar.- Dice, sin pensarse ni un segundo la respuesta.
-¿Estás seguro?
-Por eso la amo.




La ilusión por verles va creciendo más y más. Me quedan pocos metros por recorrer para estar frente a su puerta de nuevo. Hecho de menos los cotilleos del instituto de Jake y los juegos de Molly. Estaba muy a gusto trabajando allí, aunque me levantaba antes y limpiaba más. Creo que no conectaré igual de bien con Brian, aunque...habrá que intentarlo.
Al fin estoy frente a la puerta de madera con el marco blanco. Lo que más me sorprendió al ver la casa por primera vez fue que por fuera parece una casa normal, hasta pequeña, parecida a la mía, pero luego abres la puerta y te encuentras con pasillos, escaleras, un jardín...Es como...¿de dónde coño ha salido todo esto?
Llamo al timbre musical y tarareo la melodía hasta que Adam me abre.
-¡Marina, qué sorpresa!
Me tiende la mano y yo se la estrecho. Solía hacerme eso para despedirse, como si yo fuera uno de los grandes hombres de oficina con los que trata cada día.
-Hola, Adam. Vengo a ver como están Jake y Molly, les echaba de menos.
-Ah, sí, pues están en el cuarto de juegos, como siempre. Pasa y sube, me alegro de verte- dice, dejándome paso.
-¿Y Lisa? Me gustaría saludarla.
-¿Lisa? No está por aquí, pero volverá dentro de una hora más o menos.- Me responde. Mejor, Lisa nunca me ha caído bien.
Me paro frente a la puerta rosa, seguramente elegida por la pequeña. Respiro hondo y pienso en alguna frase ingeniosa para entrar. "Hi, we are One Direction" "¿Me habéis echado de menos?" Pienso varias posibles hasta que decido entrar sin llamar y decir:
-¡Hola!
Molly tira unas cuantas muñecas al aire y da un pequeño grito con su dulce voz. Jake salta del asiento y se pone de pie paralizado. Creo que han reaccionado más rápido al susto que a mi presencia.
-¡Marina!- Dice súbitamente Molly, que me da un gran abrazo apoyando su cabeza en mi vientre.- Te echamos de menos, ya nadie hace de novia de Niall con los muñecos y estamos volviendo a comer comida recalentada...
La cojo de la cintura y me la llevo a los brazos. Con sus pequeñas piernas me rodea y con sus finos brazos se abraza a mi. Le doy un beso en la mejilla y miro a Jake, que espera a que la suelte para abrazarme, supongo. La dejo en el suelo y antes de que pueda volver a mirarle descubro que suponía bien. Intento cogerlo en brazos también a él pero veo que no tengo tanta fuerza.
-¿Sabes?- Me susurra.
-¿Qué?
-Gracias.
-¿Por qué?
-Porque Leyla ahora es mi novia.
Le revuelvo su pelo pelirrojo mientras le miro a sus ojos, azules como los de Niall. Niall. Ahora no voy a pensar en él, ahora voy a escuchar a Jake, quiero que me cuente todo lo que le ha pasado mientras yo no estaba. Nos sentamos en la gran alfombra de colores que hay en el centro de la habitación y hablo con los tres, pero no como yo quiero. Lo único que hacen es preguntar por mi, por los rumores y por todo. Me gustaría contarle a Jake que quiero a Niall, y lo que pasó en el London Eye, pero no sé si hacerlo cuando tiene una novia y hermana Directioners. Lo que menos quiero ahora es que esto corra de boca en boca, al igual que el argumento de mi novela.
-Jake, quiero ir al servicio, ¿me acompañas? No me acuerdo de dónde está.
-Marina, está al final del pasillo...
Le miro con los ojos muy abiertos y muevo la cabeza hacia la puerta. Al fin se da cuenta de que quiero hablar con él.
-Ah...pero yo te acompaño, sí.
Salimos de la habitación y dejamos a Molly sola.
-Claro que sé dónde está el baño, solo que quiero hablar contigo a solas.
-Vamos a mi cuarto.
Entramos en su gran habitación con el poster a tamaño real de ellos. Les sonrío como si les tuviese delante, ¿qué voy a hacer cuando empiecen los viajes, si se han ido solo unos cuantos días y ya les hecho de menos?
-Quiero saberlo todo sobre Leyla.
Me cuenta que gracias a mis consejos quedó con ella más días hasta que decidió hacer algo para que acabasen juntos. La llevó a a la playa y al ritmo de WMYB bailaron y acabaron en beso. Me lo cuenta todo mirándome con sus grandes y expresivos ojos, hablando acelerado y poniendo ganas en relatarme cada detalle.
-Y todo gracias a ti.
-No. Yo no he estado todos esos días, así que es todo mérito tuyo.
Sonríe mirando al suelo y casi sin pensarlo, le digo:
-Si te cuento una cosa, ¿me prometes no decírsela a nadie?
-Claro.
-A nadie. Ni siquiera a Leyla.
-Me va a costar, pero si me lo dices tú no diré nada.
Un arrepentimiento por mis palabras llega, pero ya es demasiado tarde. Le cuento toda mi "trayectoria amorosa" con Niall, y él me jura y me promete mil veces que no le dirá nada a nadie.
-Eso espero, porque como alguna palabra salga de esa boquita... te corto la lengua.- Digo, acercando mi dedo a sus labios e imitando que cierro una cremallera- Me voy ya, deben de estar esperándome en casa.
Me levanto de la cama, donde estamos sentados, y abro la puerta. Antes de salir, me dice:
-¿Volverás a venir?
-Sí.
-¿Me lo prometes?
-Vale.
-Si no, "te corto la lengua", por prometer y no cumplir.
Me río y le lanzo un beso en el aire. Me despido de  Molly, que ya estaba empezando a cabrearse porque tardábamos mucho, y bajo a despedirme de Adam. Una vez dado su apretón de manos habitual, salgo a la calle y me doy cuenta de que la noche ya ha caído sobre la gran ciudad.



Bobby y Maura hablan en el gran salón decorado con tonos marrones, varios objetos dorados, muebles grises y paredes blancas. La gran sala derrocha elegancia y la puerta de cristal que da al jardín trasero le da un toque primaveral.
Maura se tapa la boca en un intento de no gritar de emoción. Lo que Bobby le ha contado no ha hecho otra cosa que confirmar que Niall es todo un hombre, ahora enamorado. Pero para ella es su pequeño niño, y siempre lo será.
Niall está en su habitación dándose un baño de nostalgia. Esas cuatro paredes esconden miles de recuerdos. Sus padres la han dejado igual que cuando él se fue a vivir a Londres, solo la limpian y la mantienen en orden. Los años que viene a celebrar año nuevo aquí, le gusta encerrarse y abrir todos los cajones, sentarse en la cama mientras mira por la ventana a la gente pasar, oler la ropa que aún guarda en el armario y decir:
-Huele a casa.
En las paredes cuelgan fotos de todas las épocas de su vida. Desde que era un bebe de poco pelo y dos destellos de luz como ojos hasta una foto en la que sale con los chicos en mitad de un escenario, una de las veces que cantaron en Dublín. Pasando, por supuesto, por el resto de su vida. Fotos con sus antiguos amigos, con sus padres, con su hermano, su primera foto en la gran puerta de las audiciones de TXF...Y su primera foto con Liam, Harry, Louis y Zayn. Tras suspirar y sonreír decide que la próxima foto que ponga será con Dani y Marina.
Llaman a la puerta. Es su hermano, Greg.
-¿Es verdad lo que me ha contado papá?
-A este ritmo se lo va a contar a todo Mulligar.
Se ríe mientras le coge del brazo y le sienta en la cama.
-Cuéntamelo todo.
Aunque quiere dejar de hablar de lo mismo, le hace caso y se lo resume. Tras ser interrumpido por comentarios de Greg miles de veces, cuenta lo del London Eye y termina.
-Papá tiene razón.
-¿En qué?
-Eres tonto. Bueno, en realidad eres gilipollas.- Añade una risa.
-¡Eh! ¡Ya os vale! Sois los dos iguales ¿También quieres ver una foto?- Dice recordando las anteriores palabras de su padre.
-No, yo ya he visto las revistas- piensa un poco mirando al techo, se levanta y dice- sí, definitivamente eres muy gilipollas. Papá y mamá me han dicho antes que bajes.
Niall sale de su habitación, cruza el pasillo y baja las escaleras con pequeños saltos. Tras cruzar otro pasillo, entra al salón.
-Greg dice que me habéis llamado.
Maura asiente mientras Niall se acurruca en uno de los sofás que rodea la mesa central. Bobby le ofrece más galletas y él, por supuesto, las acepta.
Cierra los ojos por unos segundos. Sabe que le esperan muchas preguntas. Sus padres no saben como entrar en el tema, así que lo hace él.
-Ya se lo has contado, ¿no, papá?- Le sonríe.
-Sí...-Él lo imita y Maura se une.
-Se llama Marina- Le dice a su madre.
-Lo sé.
-Y es española.
-Lo sé. Lo sé todo, o al menos lo que le has dicho a tu padre.
Niall sonríe de nuevo, esta vez al recordarla, no para eliminar la tensión.
-También sé que te quiere por cómo eres, que no la besaste y que puede que no vuelvas a verla.
Niall se queda callado. No sabe a qué quiere llegar su madre con todo esto.
-Hemos...tomado una decisión- Continúa su padre.
-¡Venga, me vais a matar con tanta seriedad!- Dice Niall, haciendo que se relajen.
-Vamos a dejar que vuelvas a Londres, pero con una condición: cogerás el avión después de la cena con la familia.
Niall se levanta del sofá al oír "Londres" y corre por el salón escuchando las demás palabras de su padre. Cuando termina, se lanza a ellos y les da un gran abrazo y un beso a cada uno en la mejilla. No dice nada, ni siquiera "gracias", porque su gran gesto y las pocas lágrimas que se le precipitan por sus ojos ya dicen mucho. Se repone y dice con la voz quebrada:
-Voy a comprar el billete por internet, y también voy a ir preparando las maletas, que mañana con la cena y los preparativos no me va a dar tiempo...- Habla casi gritando, muy rápido.
-¿Te vas a ir mañana? Nos referíamos al día siguiente de la cena...- Dice Maura esta vez.
-Sí, después de media noche...si queréis...-La seguridad de sus palabras se esfuma lentamente.
-Queremos- Contesta su padre, devolviéndosela.
-Os quiero- Dice, y a Maura le sale una sonrisa enorme.
-Niall- Le llama ella antes de que salga disparado a hacer la maleta.
-¿Qué?
-Quiero ponerte otra condición.
-¿Cuál?
-Bésala.
Él asiente y sale corriendo, pero es interrumpido por su hermano que reclama un abrazo suyo.